re: Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal(CRÍTI
Nueva critica. De la pagina de cine CINEOL. No la pone por las nubes precisamente:
Unas medidas de seguridad extraordinarias para el pase de prensa. Una sala enorme, ninguna butaca vacía. Se cierran las luces, la gente aplaude y se oyen risas nerviosas.
Hay expectación, por supuesto.
Empecemos por las buenas notícias: Indiana Jones ha vuelto, su carisma casi intacto, y las aventuras que le toca vivir estan repletas de acción, con pinceladas de aquel humor socarrón suyo, manteniendo a buena altura la imaginación que caracteriza la saga.
Harrison Ford está perfecto. Aquello que Steven Spielberg y George Lucas decían, que el actor es el alma misma de Indiana, la razón más importante de que todo funcione, se descubre como cierto. Los años que han pasado aportan algún que otro matiz al personaje, dejando a un arqueólogo ni mejor ni peor que el antiguo, más cansado, tal vez, pero que es esencialmene el mismo, menos mal.
También los nuevos fichajes funcionan, aunque con diferentes resultados. Shia Laebouf resulta bastante brillante. Su personaje és, además, el partenaire perfecto para nuestro héroe, y la consecuente relación entre ambos, original e interesante, entretiene durante todo el filme (algo así como la réplica a la que se establecía entre Harrison Ford y Sean Connery en La última cruzada). Cate Blanchett es, por su parte, un gran villano, pero lo es sobre todo por su presencia e imagen (en ese sentido, ¡el mejor de la saga!), y lo cierto es que su personaje puede parecer algo hueco debajo de la mirada fría y el acento ruso. Lo mismo sucede con Winstone y Hurt, que son grandes actores, pero sus personajes parece, a ratos, que sencillamente no pueden dar más de sí en el filme.
Karen Allen (que no es un nuevo fichaje) retoma su papel con la misma gracia con que Harrison Ford retoma el suyo, y sin duda se establece definitivamente como la mejor chica-Jones, o, como mínimo, la más rebelde, o la que se encuentra más a la altura de Indiana.
A parte de los actores, hay otros elementos de la película que salen especialmente bien parados. Las escenas de acción, por ejemplo. Además de ser espectaculares, se nota la intención de Spielberg de renunciar todo lo posible a los efectos especiales, entregándonos momentos de muchísima intensidad (¡especialmente cuando hay vehículos implicados!) con el sabor de cualquiera escena de acción de las otras tres películas. A pesar de eso, sin embargo, hay ratos en que los efectos especiales no pueden evitar intervenir, y entonces ocurre que, aunque estén bien resueltos, la escena de acción se nota distinta a las demás escenas rodadas tradicionalmente, dejando un aura indefinida de artificialidad alrededor de los personajes.
Y es que no en todos los aspectos Indiana Jones 4 logra compararse a las otras tres entregas.
Para empezar, aunque el planteamiento de la historia es especialmente sugerente (me refiero al tema general sobre el que trata esta nueva aventura de Indiana Jones, un hombre que ha desatado la caja de pandora que era el Arca Perdida y que ha bebido del Santo Grial), la película está hilvanada de un modo bastante torpe. Rozando lo absurdo, se podría decir. También se echa de menos algo de ritmo, no por la acción, desde luego, sino por lo que hace a momentos cómicos. Pero lo más importante es que, quizás, no haya en Indiana Jones 4 ninguna escena que vaya a volverse mítica ni a permanecer, cómo algunas escenas de las otras tres películas, en la Historia del Cine de aventuras para siempre.
Incluso el principio de El reino de la calavera de cristal puede parecer algo tranquilo en comparación con los frenéticos inicios de las demás entregas.
La intención de hacer un nuevo “Indiana Jones” al uso es evidente, y hasta se agradece que no se haya optado por, por ejemplo, construir algo así como un recopilatorio de guiños a la saga (de estos guiños sólo hay un par, y aún así resultan algo toscos) pero es muy posible que, en el fondo, no se haya logrado.
La pregunta que ronda a un fan de la saga durante la proyección de esta cuarta parte (no nos engañemos: esta crítica va dirigida a los fans, porque, al fin y al cabo, sólo ellos leerán esta crítica con auténtico interés) es: ¿está El reino de la calavera de cristal llamado a ser el cuarto volumen de una tetralogía, o es una película separada, una película que no puede, que no merece compararse a las tres primeras?
Es difícil dejar de preguntártelo a medida que transcurre el filme, y más difícil aun encontrar una respuesta en ese mismo momento. Pocos clásicos se vuelven clásicos al instante, después de todo.
Habremos de dejar que pase el tiempo.
(Por cierto, y sé que no es necesario que os lo diga: ¡id a ver Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal!)