Atreyub
En busca y captura
Respuesta: INGMAR BERGMAN, el post.
Con spoilers.
(Skammen, 1968)
Película ambientada en una guerra civil y un matrimonio de músicos (Von Sydow y Ullmann) se trasladan a una isla con tal de alejarse lo máximo posible de ella. Pero como en toda guerra nadie puede escapar de ella ni sus represalias. Bergman, una vez más, recurre a un enfoque intimista alejándose todo lo posible de la espectacularidad del género pero sin dejar de exponer la crueldad, la crudeza y la exposición de las relaciones humanas junto con los carácteres puestos a prueba en situaciones de máxima ansiedad ante la imposibilidad de escape y la impotencia que esto promueve. Con una fotografía perfecta para la ocasión de mano de Sven Nykvist, consiguiendo ese enfoque realista, donde las luces y las sombras son elementos comunes en este tipo de películas y enfatiza la sensación de soledad, desamparo y sobre todo frustración.
Como seña de identidad Bergman recurre a su intimismo, a su tono y ritmo pausado, dejando que las relaciones humanas fluyan y sean expuestas con todo lujo de detalles como toda la primera parte, donde la cotidianeidad, cercanía y supuesta paz da paso a la pareja para demostrar sus carácteres y como a medida que la guerra avanza y los aprisiona irán trastocándose hasta no ser dueños de sus actos. En el momento adecuado hará acto de presencia Gunnar Björnstrand y su personaje será un elemento más que pondrá a prueba la amistad, los celos, el engaño y la demostración de que en momentos de necesidad no hay relación alguna.
Pero como indicaba está repleta de escenas tristes como esa casa arrasada por el fuego y cuerpos (infantes incluídos) muertos, maltrato y tortura física y psicológica, desesperación ante el enemigo tergiversando las palabras de una pareja apolítica para demostrar el poder manipulador de la prensa televisada o el sacrificio de alguien importante por tal de sobrevivir en uno de los momentos más tristes de la película mientras los soldados arrasan con los lanzallamas la casa de ellos. Y cuando todo parecía acabar queda el tramo final, donde la ausencia de esperanza y la crudeza de la guerra toma su máximo esplendor con planos impactantes como esos cuerpos flotantes en el río, el suicidio o la funesta espera de una muerte anunciada y asegurada.
Una película antibélica demostrando que a Bergman no se le resiste nada. Porque aquí no prima las escenas llamativas o la pirotecnia efectista de Hollywood sino como el ser humano es, como decía el dicho, un lobo para el ser humano y como la cobardía de uno (ejemplo perfecto el de Sydow) se puede tornar en crueldad imparable por tal de salir ileso de una situación o amparado en rencores o rencillas. Un claro ejemplo de la parte oscura del ser humano, la que se muestra tal y como es.
Con spoilers.
(Skammen, 1968)
Película ambientada en una guerra civil y un matrimonio de músicos (Von Sydow y Ullmann) se trasladan a una isla con tal de alejarse lo máximo posible de ella. Pero como en toda guerra nadie puede escapar de ella ni sus represalias. Bergman, una vez más, recurre a un enfoque intimista alejándose todo lo posible de la espectacularidad del género pero sin dejar de exponer la crueldad, la crudeza y la exposición de las relaciones humanas junto con los carácteres puestos a prueba en situaciones de máxima ansiedad ante la imposibilidad de escape y la impotencia que esto promueve. Con una fotografía perfecta para la ocasión de mano de Sven Nykvist, consiguiendo ese enfoque realista, donde las luces y las sombras son elementos comunes en este tipo de películas y enfatiza la sensación de soledad, desamparo y sobre todo frustración.
Como seña de identidad Bergman recurre a su intimismo, a su tono y ritmo pausado, dejando que las relaciones humanas fluyan y sean expuestas con todo lujo de detalles como toda la primera parte, donde la cotidianeidad, cercanía y supuesta paz da paso a la pareja para demostrar sus carácteres y como a medida que la guerra avanza y los aprisiona irán trastocándose hasta no ser dueños de sus actos. En el momento adecuado hará acto de presencia Gunnar Björnstrand y su personaje será un elemento más que pondrá a prueba la amistad, los celos, el engaño y la demostración de que en momentos de necesidad no hay relación alguna.
Pero como indicaba está repleta de escenas tristes como esa casa arrasada por el fuego y cuerpos (infantes incluídos) muertos, maltrato y tortura física y psicológica, desesperación ante el enemigo tergiversando las palabras de una pareja apolítica para demostrar el poder manipulador de la prensa televisada o el sacrificio de alguien importante por tal de sobrevivir en uno de los momentos más tristes de la película mientras los soldados arrasan con los lanzallamas la casa de ellos. Y cuando todo parecía acabar queda el tramo final, donde la ausencia de esperanza y la crudeza de la guerra toma su máximo esplendor con planos impactantes como esos cuerpos flotantes en el río, el suicidio o la funesta espera de una muerte anunciada y asegurada.
Una película antibélica demostrando que a Bergman no se le resiste nada. Porque aquí no prima las escenas llamativas o la pirotecnia efectista de Hollywood sino como el ser humano es, como decía el dicho, un lobo para el ser humano y como la cobardía de uno (ejemplo perfecto el de Sydow) se puede tornar en crueldad imparable por tal de salir ileso de una situación o amparado en rencores o rencillas. Un claro ejemplo de la parte oscura del ser humano, la que se muestra tal y como es.