INGMAR BERGMAN, el post.
- Autor Vega
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y yo mi favorita, Vargtimmen.
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no se contesta así a un veterano.
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Ingrid Thulin. Opiniones.
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Gran mujer y mejor actriz.
Cuando vea un veterano le contestaré bien. Sikander desde su ascenso al poder está muy SUBIDITO.
I see what you did there.
Gran mujer y mejor actriz.
Cuando vea un veterano le contestaré bien. Sikander desde su ascenso al poder está muy SUBIDITO.
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Lennoniano
¿EH?
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Yo recomiendo "The virginspringmanantialdelajungfrukällan 2", una peli (muy) del, por, y para el foro.
Yo recomiendo "The virginspringmanantialdelajungfrukällan 2", una peli (muy) del, por, y para el foro.
Atreus
Snake Plissken
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Pues lo cierto es que no tiene sueca mal tirada...
Pues lo cierto es que no tiene sueca mal tirada...
Atreyub
En busca y captura
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No entiendo nada. Empezáis a dar nombres de muebles Ikea y me pierdo.
No entiendo nada. Empezáis a dar nombres de muebles Ikea y me pierdo.
latrescuatro
Miembro habitual
Pero que coño son esos títulos??
Salu2
Salu2
tonirocker
Miembro habitual
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Hace como 30 años desde la unica vez que vi " El septimo sello " y recuerdo que me impacto mucho, es de esas peliculas que dejan , valga la redundancia, un sello imborrable.
Hace como 30 años desde la unica vez que vi " El septimo sello " y recuerdo que me impacto mucho, es de esas peliculas que dejan , valga la redundancia, un sello imborrable.
Elliott
Desconozco
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y no hay remake yanqui con el aire bien y eso?
y no hay remake yanqui con el aire bien y eso?
GROUCHO
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El sueco no tiene aire mal tirado.
http://www.youtube.com/watch?v=3B5Jnho8dTc
El sueco no tiene aire mal tirado.
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Harkness_666
Son cuatro
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Como en un espejo
Karin (Harriet Andersson) intenta reponerse de una enfermedad mental junto a su médico y actual pareja (Max Von Sydow), su hermano, que atraviesa los problemas típicos de la adolescencia, y su padre, un escritor demasiado ocupado con su trabajo.
Primera parte de la llamada trilogía sobre “el silencio de dios”. Bergman pone a cuatro personajes en un entorno aislado como es una isla desierta (no es la primera vez que lo hará) para enfrentarlos a sus demonios interiores, y el resultado es (como no podría ser menos) una panorámica sobre la enfermedad, las relaciones familares y afectivas, las dudas sobre la fé y el pecado… es decir, sobre los entresijos del alma humana. Unos personajes que viven en su propio mundo y ante su propio reflejo, que intentan aparentar normalidad pero permanecen encerrados en sí mismos, incapaces de hacer frente a lo que les atormenta, ya sea porque huyen de ello, o porque la realidad es demasiado terrible. La preocupación metafísica es ineludible para el sueco, muestra la fragilidad del ser humano y lo cuestionable de sus sentimientos en un universo que no comprende y en el que se encuentra perdido. Algo le dice que dios existe, y con él un alivio para el alma, pero tal vez sólo sea una cosa horrible, agazapada en la oscuridad.
Dirigida con gran sencillez y sobriedad, con el viejo Bach como única banda sonora junto con los sonidos cotidianos, el protagonismo lo tienen los actores y sus diálogos, con Andersson como protagonista y elemento central y desencadenante de lo que ocurre. Paralelamente, está esa atmósfera algo irreal y de elementos simbólicos: la ventana al mar, las ruinas del barco, la grieta en la pared… lo de la obra de teatro ya no me convence tanto, demasiado moñas.
Para algunos, el cine es un ejercicio de sinceridad, volcar sus preocupaciones e inquietudes más profundas. Posiblemente, Bergman sea más esclavo de ello que cualquier otro cineasta.
Como en un espejo
Karin (Harriet Andersson) intenta reponerse de una enfermedad mental junto a su médico y actual pareja (Max Von Sydow), su hermano, que atraviesa los problemas típicos de la adolescencia, y su padre, un escritor demasiado ocupado con su trabajo.
Primera parte de la llamada trilogía sobre “el silencio de dios”. Bergman pone a cuatro personajes en un entorno aislado como es una isla desierta (no es la primera vez que lo hará) para enfrentarlos a sus demonios interiores, y el resultado es (como no podría ser menos) una panorámica sobre la enfermedad, las relaciones familares y afectivas, las dudas sobre la fé y el pecado… es decir, sobre los entresijos del alma humana. Unos personajes que viven en su propio mundo y ante su propio reflejo, que intentan aparentar normalidad pero permanecen encerrados en sí mismos, incapaces de hacer frente a lo que les atormenta, ya sea porque huyen de ello, o porque la realidad es demasiado terrible. La preocupación metafísica es ineludible para el sueco, muestra la fragilidad del ser humano y lo cuestionable de sus sentimientos en un universo que no comprende y en el que se encuentra perdido. Algo le dice que dios existe, y con él un alivio para el alma, pero tal vez sólo sea una cosa horrible, agazapada en la oscuridad.
Dirigida con gran sencillez y sobriedad, con el viejo Bach como única banda sonora junto con los sonidos cotidianos, el protagonismo lo tienen los actores y sus diálogos, con Andersson como protagonista y elemento central y desencadenante de lo que ocurre. Paralelamente, está esa atmósfera algo irreal y de elementos simbólicos: la ventana al mar, las ruinas del barco, la grieta en la pared… lo de la obra de teatro ya no me convence tanto, demasiado moñas.
Para algunos, el cine es un ejercicio de sinceridad, volcar sus preocupaciones e inquietudes más profundas. Posiblemente, Bergman sea más esclavo de ello que cualquier otro cineasta.
Harkness_666
Son cuatro
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Los comulgantes
Retrato de la crisis de fé de un sacerdote, síntesis del universo Bergman que presenta sus claves principales reducidas a lo esencial, en una película austera, de numerosos primeros planos, sin música, de ambiente muy cerrado y opresivo. La acción se concentra en un solo día, no hay elementos simbólicos u oníricos, muestra tan sólo la realidad al desnudo, el mundo irrespirable en el que se mueven unos personajes atormentados, prisioneros de su propia individualidad, cuyas relaciones personales son poco menos que una mentira. Por ello necesitan desesperadamente creer en Dios… pero cuando más falta les hace, éste no les escucha, dejándoles una profunda angustia interior.
La película transcurre sin estridencias, mostrando los hechos de manera muy austera (la misa del principio, el hallazgo junto al río…). Inquietante en su breve aparición el personaje del jorobado y su reflexión. La lectura de la carta en forma de monólogo es muy de teatro filmado, aunque imagino que es lo que buscaba conseguir.
El cine de Bergman, muy a pesar de su fama de filosófico y trascendental, en el fondo gira en torno a cuestiones muy del ser humano, sus dudas, sus miedos e inseguridad ante lo que no puede entender, y aquí directamente el protagonista es casi el alter-ego del director. Una película que en su simplicidad encierra a la vez toda la complejidad y universalidad de su cine, eso sí, de la manera más cruda y desesperanzada.
Los comulgantes
Retrato de la crisis de fé de un sacerdote, síntesis del universo Bergman que presenta sus claves principales reducidas a lo esencial, en una película austera, de numerosos primeros planos, sin música, de ambiente muy cerrado y opresivo. La acción se concentra en un solo día, no hay elementos simbólicos u oníricos, muestra tan sólo la realidad al desnudo, el mundo irrespirable en el que se mueven unos personajes atormentados, prisioneros de su propia individualidad, cuyas relaciones personales son poco menos que una mentira. Por ello necesitan desesperadamente creer en Dios… pero cuando más falta les hace, éste no les escucha, dejándoles una profunda angustia interior.
La película transcurre sin estridencias, mostrando los hechos de manera muy austera (la misa del principio, el hallazgo junto al río…). Inquietante en su breve aparición el personaje del jorobado y su reflexión. La lectura de la carta en forma de monólogo es muy de teatro filmado, aunque imagino que es lo que buscaba conseguir.
El cine de Bergman, muy a pesar de su fama de filosófico y trascendental, en el fondo gira en torno a cuestiones muy del ser humano, sus dudas, sus miedos e inseguridad ante lo que no puede entender, y aquí directamente el protagonista es casi el alter-ego del director. Una película que en su simplicidad encierra a la vez toda la complejidad y universalidad de su cine, eso sí, de la manera más cruda y desesperanzada.
Harkness_666
Son cuatro
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El silencio
El cierre de la trilogía sobre el silencio de Dios es ésta extraña película acerca de dos hermanas muy diferentes y el hijo de una de ellas, que durante un viaje en tren tienen que parar en un indeterminado país extranjero debido a la repentina enfermedad que una de ellas sufre.
Con escenas bastante subidas de tono para la época y por acercarse además a asuntos como la homosexualidad y el incesto, el resultado fue la censura. Inconexa, algo desconcertante y en cierto modo cercana al surrealismo, con una primera parte sin apenas diálogo (lo cual llama la atención en Bergman), se centra en la morbosa relación entre las dos hermanas, que a veces parece más la de unas amantes, una relación de amor-odio y de dependencia mutua marcada por los celos, la envidia y la sexualidad reprimida. Mientras tanto, el niño es testigo de lo que ocurre y tiene encuentros con personajes tan estrafalarios como un inquietante conserje y una tropa de enanos de circo españoles, en un hotel casi vacío que bien podría ser el purgatorio, donde acecha la presencia de la muerte. Dios o la religión no se mencionan en ningún momento, pero de algún modo es el cierre del círculo. Si para Bergman la ausencia de amor es la ausencia de Dios, aquí su silencio es total, aunque tal vez exista alguna esperanza que representarían el personaje del niño y su cuaderno. El lenguaje, que aparece de manera recurrente y simbólica, es como el abismo que media entre estos seres perdidos en sí mismos, y esas alusiones a una guerra parecen indicar que no son los únicos.
Más difícil y hermética, Bergman ensaya aquí un camino diferente con respecto a sus anteriores películas, aunque sus preocupaciones siguen siendo las mismas.
El silencio
El cierre de la trilogía sobre el silencio de Dios es ésta extraña película acerca de dos hermanas muy diferentes y el hijo de una de ellas, que durante un viaje en tren tienen que parar en un indeterminado país extranjero debido a la repentina enfermedad que una de ellas sufre.
Con escenas bastante subidas de tono para la época y por acercarse además a asuntos como la homosexualidad y el incesto, el resultado fue la censura. Inconexa, algo desconcertante y en cierto modo cercana al surrealismo, con una primera parte sin apenas diálogo (lo cual llama la atención en Bergman), se centra en la morbosa relación entre las dos hermanas, que a veces parece más la de unas amantes, una relación de amor-odio y de dependencia mutua marcada por los celos, la envidia y la sexualidad reprimida. Mientras tanto, el niño es testigo de lo que ocurre y tiene encuentros con personajes tan estrafalarios como un inquietante conserje y una tropa de enanos de circo españoles, en un hotel casi vacío que bien podría ser el purgatorio, donde acecha la presencia de la muerte. Dios o la religión no se mencionan en ningún momento, pero de algún modo es el cierre del círculo. Si para Bergman la ausencia de amor es la ausencia de Dios, aquí su silencio es total, aunque tal vez exista alguna esperanza que representarían el personaje del niño y su cuaderno. El lenguaje, que aparece de manera recurrente y simbólica, es como el abismo que media entre estos seres perdidos en sí mismos, y esas alusiones a una guerra parecen indicar que no son los únicos.
Más difícil y hermética, Bergman ensaya aquí un camino diferente con respecto a sus anteriores películas, aunque sus preocupaciones siguen siendo las mismas.
Harkness_666
Son cuatro
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Y con ésta termino el ciclo.
Esas mujeres
Una comedia. Como suena. Una puta comedia de Ingmar Bergman. No es desde luego lo más recordado de su filmografía, pero tiene algunas incursiones en el género como ésta, que gira en torno a un crítico musical que se traslada a la mansión de un famoso violonchelista polígamo con la intención de escribir su biografía, y allí vive toda clase de enredos y aventuras con el harén que tiene montado el “maestro”, un personaje al que nunca llegamos a ver físicamente pese a que todo gira en torno a él.
Es una película muy chorra, aunque con algunos puntos realmente buenos, y de un sentido del humor entre fino y tontorrón, que con cierta dosis de mala leche realiza una crítica tanto hacia la figura de esos genios ególatras e intocables, como hacia los pelotas que se encargan de endiosarlos o defenestrarlos por interés. Con escenas dignas de Benny Hill (literalmente, con cámara rápida y musiquita trompetera), intertítulos, personajes hablando a cámara… y también destaca por ser la primera que hizo Bergman en color, con una estética irreal, recargada y felliniana. Sorprenden ver a las habituales Harriet Andersson y Bibi Andersson en unos papeles tan chorras, y a todos en general sobreactuando, como ese histriónico prota que parece Jim Carrey. En contra, resulta demasiado dispersa por momentos, pareciendo que no tiene ni pies ni cabeza.
Está bien como curiosidad, y sorprende por estar a años luz del tono y de las temáticas habituales de la filmografía del director sueco, que muestra su vena más cachonda (sí, la tiene).
Y con ésta termino el ciclo.
Esas mujeres
Una comedia. Como suena. Una puta comedia de Ingmar Bergman. No es desde luego lo más recordado de su filmografía, pero tiene algunas incursiones en el género como ésta, que gira en torno a un crítico musical que se traslada a la mansión de un famoso violonchelista polígamo con la intención de escribir su biografía, y allí vive toda clase de enredos y aventuras con el harén que tiene montado el “maestro”, un personaje al que nunca llegamos a ver físicamente pese a que todo gira en torno a él.
Es una película muy chorra, aunque con algunos puntos realmente buenos, y de un sentido del humor entre fino y tontorrón, que con cierta dosis de mala leche realiza una crítica tanto hacia la figura de esos genios ególatras e intocables, como hacia los pelotas que se encargan de endiosarlos o defenestrarlos por interés. Con escenas dignas de Benny Hill (literalmente, con cámara rápida y musiquita trompetera), intertítulos, personajes hablando a cámara… y también destaca por ser la primera que hizo Bergman en color, con una estética irreal, recargada y felliniana. Sorprenden ver a las habituales Harriet Andersson y Bibi Andersson en unos papeles tan chorras, y a todos en general sobreactuando, como ese histriónico prota que parece Jim Carrey. En contra, resulta demasiado dispersa por momentos, pareciendo que no tiene ni pies ni cabeza.
Está bien como curiosidad, y sorprende por estar a años luz del tono y de las temáticas habituales de la filmografía del director sueco, que muestra su vena más cachonda (sí, la tiene).
Atreyub
En busca y captura
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(The Serpent's Egg, 1977)
"Nada funciona bien a excepción del miedo".
Ambientada en la época de la República de Weimar, en la década de los 20, Bergman abre la película con una escena muy inquietante: gente que camina a cámara lenta insertados en unos títulos de crédito muy parecidos a los del cine de Woody Allen. Al final de la película, en el clímax y el aterrador descubrimiento, donde se da explicación al título del filme, se sabrá quienes son y serán. Bergman realiza aquí un filme más comercial que sus anteriores obras pero que a pesar de contar con muchos géneros o tocar muchos palos se antoja un tanto extraña y de resultado no tan redondo o logrado.
Previa a la llegada al poder de Htiler, la historia gira en torno a Abel que descubre como su hermano Max se ha suicidado. A partir de aquí tendrá que convivir con su cuñada, quien trabaja en un cabaret (es imposible no recordar la película de mismo título) entre otros muchos trabajos y que en una serie de circunstancias irán a parar como ayudantes del doctor Vergerus: el vivo ejemplo de las torturas ejecutadas por los nazis sólo que aquí son presentados como pruebas médicas para conocer el límite del ser humano (imágenes de triste y sobrecogedora exposición).
En este caso el ritmo es uno de sus peores enemigos. No por ser pausado sino porque no sabe redondear las diferentes mini historias que pueblan la película y queda todo con un tono y una exposición extraña. Y aunque luego se sabe el porqué de muchas cosas (el suicidio de Max, el porqué de los asesinatos por los cuales Abel es sospechoso, el interrogatorio de éste, la relación de Abel y su cuñada, etc.) están muy dispersos entre sí y no del todo bien narrados. No se puede negar que Carradine y Ullman logran estar convincentes pero son personajes extraños, se entiende debido a las circunstancias de la época, pero cuesta empatizar del todo con ellos.
No quiero decir con todo esto que la película sea mala, ni mucho menos. El tema de los nazis siempre me ha llamado la atención y "El huevo de la serpiente" lo ha conseguido pero no de una forma tan llamativa como yo creí. Momentos buenos los tiene: el intento de escapar de la oficina/interrogatorio, el perdón mutuo entre Manuela y el cura, el descubrimiento de que el piso es una sala donde se filman las torturas, todo el diálogo entre Abel y el doctor Vergerus, quien expone con todo lujo de detalles y con una frialdad sobrecogedora como el germen del exterminio masivo está en todas esas pruebas / experimentos dándole una razón terrorífica al término "huevo de serpiente". El momento donde el doctor se traga la píldora de cianuro pero mira su rostro de dolor, miedo y fascinación ante el espejo logra conseguir hasta donde llegaba la enajenación mental de los nazis.
El diseño de producción está muy logrado, consiguiendo esa sensación de soledad, vacío, miedo y tristeza a partes iguales (la escena del hombre apalizado es correcta en su exposición, quizás no tanto el enfrentamiento entre Abel y los dos tenderos o el intento de relación humana entre Abel y Manuela, que es interesante per se pero no logra funcionar todo lo bien que pudiera) al igual que la fotografía de manos de Sven Nykvist logrando los contrastes de blanco vs negro y un gris perenne. Me encanta la sensación de no haber salida, de que Abel siempre se encuentre en un laberinto sin salida como son la oficina repleta de rejas, la casa sin salida, los pasadizos hasta llegar a la sala del doctor. Una sensación patente de que la época oscura del nazismo era una época casi sin posibildad de escapatoria. Un filme irregular pero desde luego interesante y sobretodo cautivador a pesar de no contar con una redondez absoluta.
(The Serpent's Egg, 1977)
"Nada funciona bien a excepción del miedo".
Ambientada en la época de la República de Weimar, en la década de los 20, Bergman abre la película con una escena muy inquietante: gente que camina a cámara lenta insertados en unos títulos de crédito muy parecidos a los del cine de Woody Allen. Al final de la película, en el clímax y el aterrador descubrimiento, donde se da explicación al título del filme, se sabrá quienes son y serán. Bergman realiza aquí un filme más comercial que sus anteriores obras pero que a pesar de contar con muchos géneros o tocar muchos palos se antoja un tanto extraña y de resultado no tan redondo o logrado.
Previa a la llegada al poder de Htiler, la historia gira en torno a Abel que descubre como su hermano Max se ha suicidado. A partir de aquí tendrá que convivir con su cuñada, quien trabaja en un cabaret (es imposible no recordar la película de mismo título) entre otros muchos trabajos y que en una serie de circunstancias irán a parar como ayudantes del doctor Vergerus: el vivo ejemplo de las torturas ejecutadas por los nazis sólo que aquí son presentados como pruebas médicas para conocer el límite del ser humano (imágenes de triste y sobrecogedora exposición).
En este caso el ritmo es uno de sus peores enemigos. No por ser pausado sino porque no sabe redondear las diferentes mini historias que pueblan la película y queda todo con un tono y una exposición extraña. Y aunque luego se sabe el porqué de muchas cosas (el suicidio de Max, el porqué de los asesinatos por los cuales Abel es sospechoso, el interrogatorio de éste, la relación de Abel y su cuñada, etc.) están muy dispersos entre sí y no del todo bien narrados. No se puede negar que Carradine y Ullman logran estar convincentes pero son personajes extraños, se entiende debido a las circunstancias de la época, pero cuesta empatizar del todo con ellos.
No quiero decir con todo esto que la película sea mala, ni mucho menos. El tema de los nazis siempre me ha llamado la atención y "El huevo de la serpiente" lo ha conseguido pero no de una forma tan llamativa como yo creí. Momentos buenos los tiene: el intento de escapar de la oficina/interrogatorio, el perdón mutuo entre Manuela y el cura, el descubrimiento de que el piso es una sala donde se filman las torturas, todo el diálogo entre Abel y el doctor Vergerus, quien expone con todo lujo de detalles y con una frialdad sobrecogedora como el germen del exterminio masivo está en todas esas pruebas / experimentos dándole una razón terrorífica al término "huevo de serpiente". El momento donde el doctor se traga la píldora de cianuro pero mira su rostro de dolor, miedo y fascinación ante el espejo logra conseguir hasta donde llegaba la enajenación mental de los nazis.
El diseño de producción está muy logrado, consiguiendo esa sensación de soledad, vacío, miedo y tristeza a partes iguales (la escena del hombre apalizado es correcta en su exposición, quizás no tanto el enfrentamiento entre Abel y los dos tenderos o el intento de relación humana entre Abel y Manuela, que es interesante per se pero no logra funcionar todo lo bien que pudiera) al igual que la fotografía de manos de Sven Nykvist logrando los contrastes de blanco vs negro y un gris perenne. Me encanta la sensación de no haber salida, de que Abel siempre se encuentre en un laberinto sin salida como son la oficina repleta de rejas, la casa sin salida, los pasadizos hasta llegar a la sala del doctor. Una sensación patente de que la época oscura del nazismo era una época casi sin posibildad de escapatoria. Un filme irregular pero desde luego interesante y sobretodo cautivador a pesar de no contar con una redondez absoluta.
Atreyub
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Está claro que viniendo de quien viene pues claro... pero en serio, aunque no me haya gustado tanto como para aplaudirla sí que es cierto que como mínimo es interesante (y más por la propuesta).
¿Hoffman? Uhm, no estaría mal. La verdad.
Está claro que viniendo de quien viene pues claro... pero en serio, aunque no me haya gustado tanto como para aplaudirla sí que es cierto que como mínimo es interesante (y más por la propuesta).
¿Hoffman? Uhm, no estaría mal. La verdad.
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Fresas Salvajes: fascinante viaje existencial desde el crepúsculo, que propone unos vaivenes expresivos y narrativos sólo posibles en manos de una persona aventajada como es el sueco. Voces rotas, interpretaciones fascinantes, absoluta precisión del texto y una solemne, por destacar algo, secuencia onírica.
Sí totalero.
Fresas Salvajes: fascinante viaje existencial desde el crepúsculo, que propone unos vaivenes expresivos y narrativos sólo posibles en manos de una persona aventajada como es el sueco. Voces rotas, interpretaciones fascinantes, absoluta precisión del texto y una solemne, por destacar algo, secuencia onírica.
Sí totalero.