"Inherent Vice / Puro vicio": lo nuevo de Paul Thomas Anderson

Exacto, Dussander. En el hilo está. Hablabas hasta de decepciones relativas y ahora la llevas de icono diario.

Mi opinión en su momento. A día de hoy sigue siendo la misma.

(si hay en ella palabras muy largas avísame)

El cabrón ha hecho su peli más irregular, o al menos no tan redonda como conjunto (la energía desbordante de BOOGIE, la épica americana de POZOS, la fuerza visceral de MASTER) y creo que es por miedo por una parte a Pynchon, y por otra a acometer a estas alturas un trabajo más ligero y cómico (el feel good borderline de PUNCH es otra cosa totalmente distinta). Creo que son esos miedos los que han acabado filtrando a Anderson lo que es una obra imperfecta. Absolutamente interesante, pero imperfecta.

Creo que está en un momento como el que vivieron los Coen a principios de la década pasada, en el que el entusiasmo de la juventud estaba casi seco pero la sapiencia y el "fuck the average viewer" aún no estaba del todo controlado; lo peor que podría pasar es que en vez de facturar obras totales como MASTER se dedique a firmar cosas tan chulas como VICE, lo cual es una pérdida pero no una tragedia.

Y es que esto es de perogrullo pero la puñetera luce de oro (atención al flashback lluvioso y al uso de neones), está musicada de plata (ausencia de tópicos, por suerte) e interpretada de bronce (fascina la Waterston, y nada de chistes guarros). Lo del noir incomprensible no es tanto por madeja enredada como por conspiraciones chorras y conscientes de ello, apartadas por equivalentes contraculturales con petas kalopianos en vez de whisky chungo, femme fatales malickianas, cameos cómicos, musicales y pornófilos... como si Josh "molto penekeko" Brolin en su escena final hubiese comprendido que la comprensión no equivale a la aceptación.

Que conste que hace medio año pronostiqué que esto le decepcionaría y, de momento, un hijo suyo como el joven Duss lleva escrito decepción en el teclado.

La "decepción" es relativa: VICE es una buena película.

Yo tengo que decir que esa crítica, para mí, no hace justicia a la película porque se puede atragantar más o menos, pero es tan enérgica como Boogie y tan o más visceral que The Master. De hecho, metáforas aparte, es su película más radical en lo de romper el relato, en este sentido es Godard o Antonioni (y a ti no te entusiasman), ya que citas a los Coen, también lo hacen al final de No Country, aquello que comentábamos en el hilo de Historias Extraordinarias de que Llinás rompe el relato por exceso y que tiene más que ver con la Nouvelle Vague que con el cine clásico, por lo que tampoco estoy de acuerdo en que no sea un PTA controlado en su vertiente "fuck the average viewer".

Y ya a título personal, yo prefiero al PTA con humor de Vice o Punch-drunk que al demasiado serio de las 2 de enmedio, aunque ahí también haya toques.
 
Cada vez que reviso la secuencia inicial de Inherent Vice, la que reúne a Doc Sportello con Shasta Fay Hepworth, me vuelvo a sorprender. Me asombro ante lo cerca que parece estar la cámara de Paul Thomas Anderson de los cuerpos y rostros que filma, de cómo cualquier tipo de velo que podría interponerse entre el ojo del dispositivo y los gestos de los personajes se ha caído del todo por fin. De cómo la azulada luz del anochecer que hace juego con la chaqueta vaquera de Sportello choca con el rojo intenso del sofá en el que está tumbado y con el color naranja del vestido de Shasta, una mujer que Anderson registra de tal manera que semeja una epifanía o un fantasma venido del pasado. Y todo esto es punteado por una luz artificial del interior de la casa de Doc de una intensa calidez. Los movimientos de cámara son muy sensuales y los tamaños de plano que Anderson elige para cada encuadre que registra el intercambio entre Sportello y Shasta tienen siempre la apertura adecuada. Se produce una dialéctica apasionante entre Sportello, hombre a medio camino entre dos mundos enfrentados, y Shasta, mujer evanescente que representa los restos de un naufragio que ya solo trae melancolía y añoranza por lo que pudo ser. Las imágenes de tiempos pretéritos que Sportello convoca en su memoria son filmadas con una intensa belleza intermitente, como si el pasado representase los sentimientos más inefables del mundo.

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Shasta, una mujer que Anderson registra de tal manera que semeja una epifanía o un fantasma venido del pasado

Es que es tal cual. El fantasma de la década pasada... Las primeras líneas de la novela de Pynchon resultan abrumadoras en su claridad:
Ella vino por el callejón y subió las escaleras traseras, como antes. Hacía un año que Doc no la veía. Que nadie la había visto. Por entonces iba siempre en sandalias, con la parte de un bikini estampado de flores y una camiseta desteñida de Country Joe & the Fish. Pero esa noche vestía de pies a cabeza como una chica de tierra adentro y llevaba el pelo mucho más corto de lo que él recordaba: la pinta que ella juraba, en el pasado, que nunca tendría
 
Leo el extracto de la novela original y es que PTA lo ha filmado TAL CUAL. Y no olvidemos que el cabrón empieza la película con un plano literal de "Bajo los adoquines, la playa".

Sikander, no hay varios montajes. Lo que pongo arriba es un corto filmado por PTA para completar la película. Con descartes de la misma.

Groucho, ¿qué estupendo libro de Tarantino dices que estás leyendo?

Besos.
 
Despúes de leerme esta locura de hilo (historia viva del foro) dudo que pueda aportar gran cosa a lo ya dicho, pero ahí quedan de todos modos mis impresiones.

Conclusión de la peculiar trilogía de PTA sobre los Estados Unidos del siglo XX y propuesta de enorme riesgo por parte de un tipo con una identidad marcada, aunque cada película que haga parezca más bien un mundo cerrado y completo en sí mismo; artilugios muy estilizados (aún sin parecerlo) y de múltiples capas en los que resulta fácil perderse (a veces demasiado), que nos transportan a una época a través de una perfecta ilusión de montaje, encuadre, iluminación etc. y una cuidada ambientación. Aquí, una reinterpretación del noir que sigue siendo noir con todas las letras, con un tipejo hablando con gente de todo pelaje para llegar al fondo de Dios sabe qué; con mil nombres propios y toneladas de información que un espectador cada vez más confuso debe ir asimilando… Un Sueño eterno pasado por LSD que, en lugar de ir desenredándose, opta por volverse más demencial. Para mí ha sido como escalar una montaña y me he rendido más o menos a la mitad (hasta ahí, genial). Si a esto le añadimos el tono cómico y el disparate (con momentos de brutal sinsentido, como lo del viaje con la tal Japónica), el tema conspiranoico que involucra barcos fantasma, clínicas dentales y centros terapéuticos de desintoxicación… apaga y vámonos (unido ésto a que nos vendieron un Lebowski 2 y… no).

Crónica de una década muy concreta pero también de nuestro tiempo, la odisea de un colgado que nos representa a todos, en la que parece imposible entender nada (y cuando acertamos a comprender el modus operandi de los “malos”, resulta ser una chorrada digna de Mortadelo y Filemón). Arquetipos descarados de detectives, mujeres fatales, empresarios turbios, etc. en un mundo que ya no es lo que fue ni lo será (la América post-Vietnam y la utopía hippiesca desmoronada… y con ellas, todas las certezas sobre la realidad); no puede descartarse la influencia de la droga en la percepción de nuestro particular héroe. Los personajes principales parecen atados por relaciones muy contradictorias, como la mezcla de amor y desengaño que siente Sportello hacia su ex, un espectro del pasado… por no hablar de Bigfoot, que viene a ser su némesis, representante de todos los valores conservadores y contrarios al protagonista, y sin embargo, no puede evitar ser su único amigo; quizá el infiltrado (Owen Wilson) sea el único inocente y que aún puede salvarse, por ser quien tiene algo sólido y auténtico (su familia). Por si esto fuera poco, tenemos a la tal Sortilège, observadora y narradora externa que añade una nueva capa de irrealidad sobre lo que ya de por sí es una empanada mental.

Comedia pulp y absurda, por lo tanto, que oculta un trasfondo más amargo de lo que parece, en torno a unos individuos tristones e infelices, fuera de su tiempo. Contada, por cierto, sin el menor exhibicionismo formal y sin concesiones a la molonidad más aparente. Queda, por último, la referencia al “vicio inherente”, metáfora muy literaria, tópico de la novela negra que sirve para explicar el meollo de la historia (se me ocurre La llave de cristal de Hammett, por ejemplo); supongo que relacionado con algo que no puede evitar romperse, la inevitable fuerza del destino, tan habitual del género.
 


No, qué va, no me pierde el razonamiento lo consagrado que esté un director, si una peli me aburre me aburre, me la suda de mano de quién venga.

Y sí el Phoenix es mi candidato para Joker si la vuelven a hacer, si no mirate la secuencia en la que se acerca al tío ese en los grandes almacenes acercándole el foco.
Si lo digo por lo de Joker-Phoenix. Es un delirio. Aun así, te quise.

Y aquí el @KLopeK con un zasca en toda la boca rollo Maquina del tiempo.
 
Una sesión triple "perdidos en su propia época en L.A.":

Inherent Vice + Under the Silver Lake + Once Upon a Time in Hollywood

Joker es curiosona, esta es una obra maestra, Phoenix está mucho mejor aquí que en Joker.
 
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