Como comenté en el
post de Android, pasé de un iPhone Edge (2G) a un HTC Hero con Android.
En aquel momento puse a ambos móviles prácticamente al mismo nivel. El Hero con su Android 1.5 tenía muchas cosas que el iPhone no tenía, y aunque su hard fuera justito, hacía bien su papel.
Muchas cosas han cambiado desde entonces, y no hace ni un año. Para empezar, Android ha pasado a la versión 2.x (la 2.2 está ya disponible en los teléfonos "by Google"), que ha supuesto el espaldarazo definitivo a la plataforma. Android 2 es bueno, muy bueno y aunque la atomización de terminales haga que las actualizaciones no sean siempre lo rápidas que debieran, los dispositivos que se han podido actualizar a Android 2.1 disfrutan de un sistema que ya ha alcanzado la madurez (que no su techo).
El Hero ha tenido una nueva vida con Android 2.1. He tenido la oportunidad también de probar a menudo un HTC Desiré (hermano gemelo del Nexus One), que con su pantalla amoled de 3,8 juega ya en las grandes ligas. Su uso también es otra cosa. Rapidez endiablada, pantalla espectacular y Android en su máxima expresión.
Pero hace ya semanas que decidí que volvería al iPhone, que he estrenado hace un par de días. Y claro, mucho ha llovido también en los últimos 10 meses. El iPhone 4 es un cañón, y más si lo comparamos con el venerable iPhone original, pero lo que más he notado es que no he regresado a iPhone OS (que estaba en su versión 3.0.1 por aquellas fechas) sino a iOS4. Toda una revolución.
Estos días se verán muchas comparativas entre la gama alta de Android (Desire, N1) y el iPhone 4. Pero tengo que decir que son difícilmente comparables. La experiencia de usuario es distinta. En cuanto a hard, los Android son fuerza bruta, memoria a porrillo y pantallones de ultimísima generación. El iph4 es potencia contenida, menos RAM pero una optimización brutal, así como una pantalla con tecnología sobre el papel inferior, pero de una calidad que, en mi opinión, supera a las amoled del Desiré. La retina display está no un poco sino bastante por encima.
De Android me quedo con:
- Capacidad de personalización
- su sistema de notificaciones
- Su integración con las redes sociales
- Sus capacidades Push y su integración con las apps de Google (Gmail, calendar, Maps)
Pero de iOS4 me quedo con:
- Implementación de la multitarea y su gestor de tareas interno
- Gestión de memoria
- La App Store sigue siendo superior a Android Market aunque en cambio la Android Market permite devolver la aplicación durante las primeras 24h. Eso es un antídoto perfecto contra las aplicaciones "timo".
- La interfaz, aunque no ha cambiado mucho en el iPhone, sigue estando un poco por encima de Android. Más intuitiva y más sencilla.
- La excelente optimización del Sistema Operativo con el hard
- La capacidad de almacenamiento. Ningún dispositivo Android viene con 16 Gb. Como mucho con 4. Se puede ampliar, desde luego, pero todo corre por tu cuenta.
Me llama la atención cómo Apple aún no tiene bien resuelto el tema de la sincronización con Gmail (se puede pero hay que dar unas cuantas vueltas). Sí, ya sé que gmail es de Google, pero eso no es motivo suficiente.