La Diada 2012, ¿un antes y un después?

Arran, un grupúsculo de adolescentes que aquí muchos ni conocían (y me refiero a Cataluña), se ha convertido de repente en la diana de la prensa española. Es de traca. Pero no casual, evidentemente.

Bueno, es la eterna estrategia de polarización del PP: "Elige a un enemigo, y mete a toda la oposición en el mismo saco". Lo mismo que hicieron con ETA y el nacionalismo vasco.
De esta forma, el mundo se divide entre los malos (los de verdad y sus cómplices) y los buenos (el PP).
 
Bueno, es la eterna estrategia de polarización del PP: "Elige a un enemigo, y mete a toda la oposición en el mismo saco". Lo mismo que hicieron con ETA y el nacionalismo vasco.
De esta forma, el mundo se divide entre los malos (los de verdad y sus cómplices) y los buenos (el PP).
Sí Jaume. El tema está en que hubo uno época, en la que el nacionalismo Vasco era tibio con ETA, porque ya le iba bien.

Y esta tibieza es la que enquista el problema y la solución.

Y en Catalunya, vamos camino de ser tibios con los extremistas que empiezan a asomar la patita.

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Tibio? :mmmh

En estos últimos años ha habido multitud de intentos desde el unionismo para relacionar independentismo con violencia. Lo vimos con las "relaciones" de ERC con Terra Lliure, con "ataques" a las sedes del PP, etc, etc. Ahora les ha tocado a los de Arran, un grupo minúsculo de gamberros a los que nadie toma en serio, ...excepto el unionismo, claro.

En España puede que compren este relato, pero en Cataluña no cuela. Por esto os saldrá el tiro por la culata. Como siempre.
 
Tibio? :mmmh

En estos últimos años ha habido multitud de intentos desde el unionismo para relacionar independentismo con violencia. Lo vimos con las "relaciones" de ERC con Terra Lliure, con "ataques" a las sedes del PP, etc, etc. Ahora les ha tocado a los de Arran, un grupo minúsculo de gamberros a los que nadie toma en serio, ...excepto el unionismo, claro.

En España puede que compren este relato, pero en Cataluña no cuela. Por esto os saldrá el tiro por la culata. Como siempre.

Si, tibio. ¿O es que ya has olvidado lo de "esos muchachos", o lo del árbol y las nueces? La misma tibieza y permisividad que muestras tu aquí con esa alusión a "un grupo minúsculo de gamberos". Quizás si hubieras ido tu en el autobús con tu familia y hubieras visto acercarse a un grupo de encapuchados armados de cuchillos no serías tan TIBIO con tus referencias.

En lo que si estoy de acuerdo contigo es que a alguien le va a salir el tiro por la culata. Solo que no va a ser al "unionismo".
 
Tibio? :mmmh

En estos últimos años ha habido multitud de intentos desde el unionismo para relacionar independentismo con violencia. Lo vimos con las "relaciones" de ERC con Terra Lliure, con "ataques" a las sedes del PP, etc, etc. Ahora les ha tocado a los de Arran, un grupo minúsculo de gamberros a los que nadie toma en serio, ...excepto el unionismo, claro.

En España puede que compren este relato, pero en Cataluña no cuela. Por esto os saldrá el tiro por la culata. Como siempre.
Tibio, sí. El nacionalismo Vasco ha sido tremendamente tibio con ETA. Esto es una realidad, te guste o no. Y porque le interesaba.

Y lo que digo es que no puedes jugar con fuego con los radicalismos.

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Si, tibio. ¿O es que ya has olvidado lo de "esos muchachos", o lo del árbol y las nueces? La misma tibieza y permisividad que muestras tu aquí con esa alusión a "un grupo minúsculo de gamberos". Quizás si hubieras ido tu en el autobús con tu familia y hubieras visto acercarse a un grupo de encapuchados armados de cuchillos no serías tan TIBIO con tus referencias.

En lo que si estoy de acuerdo contigo es que a alguien le va a salir el tiro por la culata. Solo que no va a ser al "unionismo".

Unos mataos que "llevaban cuchillos" para pinchar las ruedas del autobús. :facepalm
Cualquier intento de equiparar a esa purria -porque son purria- con violencia es de chiste. Unos tipos que en su curriculum de fechorías solo hay pintadas y pinchar ruedas de un autobús y alguna bicicleta.
Ya sé que se os la pone morcillona que hubiese un grupo terrorista en Cataluña, pero eso no ocurrirá, porque su respaldo social entre el independentismo es nulo. Eso sí, no le ha faltado tiempo a Rajoy para salir en la palestra para defender el turismo. Ya ves tú, con la que está montando en El Prat por su dejadez, y sale por unas pintadas en un autobús.
Cinismo y desvergüenza en grado extremo.
 
Yo veo un acto simbólico realizado por una juventud comprometida que denuncia hacía dónde nos lleva el turismo capitalista masivo. Nuestro deber es comprenderles y tomar conciencia de sus reivindicaciones. Es una manifestación generacional.
 
Última edición:
Si, tibio. ¿O es que ya has olvidado lo de "esos muchachos", o lo del árbol y las nueces? La misma tibieza y permisividad que muestras tu aquí con esa alusión a "un grupo minúsculo de gamberos". Quizás si hubieras ido tu en el autobús con tu familia y hubieras visto acercarse a un grupo de encapuchados armados de cuchillos no serías tan TIBIO con tus referencias.

En lo que si estoy de acuerdo contigo es que a alguien le va a salir el tiro por la culata. Solo que no va a ser al "unionismo".

Unos mataos que "llevaban cuchillos" para pinchar las ruedas del autobús. :facepalm
Cualquier intento de equiparar a esa purria -porque son purria- con violencia es de chiste. Unos tipos que en su curriculum de fechorías solo hay pintadas y pinchar ruedas de un autobús y alguna bicicleta.
Ya sé que se os la pone morcillona que hubiese un grupo terrorista en Cataluña, pero eso no ocurrirá, porque su respaldo social entre el independentismo es nulo. Eso sí, no le ha faltado tiempo a Rajoy para salir en la palestra para defender el turismo. Ya ves tú, con la que está montando en El Prat por su dejadez, y sale por unas pintadas en un autobús.
Cinismo y desvergüenza en grado extremo.

Claro, hombre... Tu ves a unos tipos encapuchados dirigirse hacia tu familia armados con cuchillos, y rápidamente deduces que son unos mataos, y que los cuchillos son para cortar fuet. No te da un pasmo pensando que es otra cosa de las que por desgracia suceden con tanta frecuencia últimamente. Ni se te pasa por la imaginación.

Ah, perdona. Ahora caigo. Es que no me había dado cuenta de que esto había sucedido en Narnia, la tierra ideal donde todo es perfecto (si no fuera por el malvado estado mesetario, fuente de todo mal). Disculpa la confusión. Te dejo con tus traviesos muchachitos.
 
Dolor, sangre y torturas

Jaume Reixach (El Triangle)

Dolor, sang i tortures


Para entender el momento político crítico que vivimos hoy en Cataluña nos tenemos que remontar al pasado. No a los 303 años de la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión ni a los 78 años del fin de la Guerra Civil. De todo esto hace demasiado tiempo, las circunstancias no tienen nada que ver con las actuales y sus protagonistas reposan en los libros de historia.

La apuesta independentista del gobierno de la Generalitat y las maniobras de las instituciones del Estado para impedir el anunciado referéndum del 1-O enlazan con los meses previos a la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona del año 1992, hace más de un cuarto de siglo. En aquel contexto, se produjeron dos hechos determinantes que esconden las claves para desencriptar el presente.

El 29 de mayo de 1991, un coche cargado con 200 kilos de amonal estalló en el patio de la casa-cuartel de la Guardia Civil en Vic, donde vivían 14 agentes con sus familias. En aquel atentado de ETA murieron nueve personas, de las cuales cinco eran menores de edad, dos eran guardias civiles y las otras dos, familiares.

El día siguiente del crimen, el comando de ETA fue localizado en un chalé de Lliçà de Munt y dos de sus miembros, Jon Félix Erezuma y Joan Carles Monteagudo, murieron acribillados por una unidad de élite de la Guardia Civil. El tercer etarra del comando, Juan José Zubieta, fue detenido y, posteriormente, condenado a 1.311 años de prisión. Salió en libertad en 2013, en aplicación de la doctrina Parot.

El “cerebro” del atentado del cuartel de Vic, Joan Carles Monteagudo, era catalán y, antes de incorporarse a ETA, había formado parte de Terra Lliure, la organización armada independentista que había decidido, hacía poco, su autodisolución. De la mano de Àngel Colom, el grueso de los militantes de Terra Lliure anunció su incorporación a Esquerra Republicana (ERC).

El atentado de Vic provocó una fuerte conmoción en la sociedad catalana y en las filas de la Guardia Civil, a pesar de que no fue, cuantitativamente, el más mortífero. Cuatro años antes, ETA había perpetrado el atentado de Hipercor, el más grave de su historia, que dejó un trágico balance de 21 muertos. Pero la finalidad de esta acción era “económica”: con el coche-bomba que hizo estallar en el parking del centro comercial, la organización etarra quería “presionar” a El Corte Inglés para que se aviniera a pagar el “impuesto revolucionario”, como en aquella época hacían otras grandes empresas españolas. Es cruelmente cínico, pero ésta es la explicación última del atentado que tiñó de luto la Barcelona preolímpica.

En cambio, el coche-bomba de Vic fue una acción “militar”: los miembros de ETA atacaron a la Guardia Civil, aunque, en el momento de la explosión, en el patio del cuartel había niños jugando y lo sabían. El hecho que el jefe del comando que perpetró el atentado fuera un ex-militante de Terra Lliure, Joan Carles Monteagudo, encendió todas las alarmas. Esto demostraba que había una conexión terrorista catalana-vasca y que, en este sentido, la autodisolución de Terra Lliure era más formal que real.

ETA tenía informadores y colaboradores autóctonos en Cataluña y, además, había ex-miembros de Terra Lliure que, en contra de la línea oficial, estaban dispuestos a continuar las acciones violentas, como explicitaron con la colocación de una decena de artefactos explosivos. Esta era la situación a pocos meses de los Juegos Olímpicos y es en este contexto en el que se desata la llamada Operación Garzón, para “limpiar” el acontecimiento deportivo de cualquier amenaza terrorista. La investigación dirigida por el ex-magistrado del juzgado n. 5 de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, la ejecutó la Guardia Civil, que venía “caliente” por el atentado de Vic.

Un “topo” infiltrado por el ministerio del Interior en el movimiento independentista catalán, Josep Maria Aloy, fue determinante a la hora de marcar los objetivos. A partir del 29 de junio del 1992, empiezan las detenciones de sospechosos de formar parte de esta trama terrorista, entre los cuales conocidos militantes de la causa independentista y activistas sociales. En el decurso de los interrogatorios, la Guardia Civil aplicó brutales métodos de tortura física y psicológica que fueron denunciados por 17 de los detenidos.

La Operación Garzón se prolongó hasta el mes de diciembre, y, en total, fueron detenidas 45 personas, si bien finalmente sólo 25 fueron llevadas a juicio, celebrado el 1995, en el cual 18 fueron condenadas. Con la llegada de José María Aznar al poder, y por presión directa de Jordi Pujol en las negociaciones para la investidura del líder del PP como presidente del gobierno español, todos los presos de la Operación Garzón salieron a la calle gracias a un indulto. De la mano del abogado gerundense Sebastià Salellas, las denuncias por torturas fueron elevadas al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, que en 2004 condenó al Estado español a indemnizar con 120.000 euros a catorce de los detenidos.

Ha pasado más de un cuarto de siglo desde el atentado contra el cuartel de Vic y la Operación Garzón, pero las heridas emocionales de aquellos dos sucesos –impregnados de dolor, sangre y torturas- continúan abiertas y todavía supuran. De aquí viene el odio visceral de los independentistas del “núcleo duro” contra los socialistas, puesto que la Operación Garzón se desató durante el mandato de Felipe González. Sólo hay que repasar la lista de los 45 detenidos por la Guardia Civil y de los testigos que fueron citados en el procedimiento judicial para constatar que muchos de ellos han acabado ocupando cargos de responsabilidad en las direcciones de ERC y la CUP, han asumido cargos institucionales o han sido candidatos a listas electorales.

El propio presidente Carles Puigdemont vivió en primera línea aquellos acontecimientos. En el año 1992, el actual presidente de la Generalitat trabajaba en el diario El Punt, donde la Guardia Civil detuvo al periodista Eduard López, acusado de formar parte de la trama terrorista, y procedió al registro de la redacción. Carles Puigdemont participó activamente en la campaña de solidaridad con los detenidos en la Operación Garzón y esto marcó su militancia independentista y su vida personal, puesto que, a finales del 1992, saturado por el estrés ambiental, decidió tomarse un año sabático y marchar al extranjero.

El sufrimiento fortalece y une y los 45 de la Operación Garzón constituyen el “núcleo duro” del actual proceso secesionista catalán. El recuerdo de las torturas sufridas a manos de la Guardia Civil es todavía muy presente, como han demostrado en la reciente conmemoración de los 25 años de aquellos hechos –ampliamente difundida por los medios de comunicación independentistas- y en la contundente respuesta que han dado a las explicaciones exculpatorias que ha hecho el ex-juez Baltasar Garzón en las páginas de La Vanguardia.

La Guardia Civil tampoco olvida la carnicería perpetrada en Vic. Por eso, después de la “chapucera” actuación de los comisarios-estrella del Cuerpo Nacional de Policía enviados por Jorge Fernández Díaz para intentar parar el proceso, se ha situado en primera línea de la contraofensiva del Estado en Cataluña. En el marco de las investigaciones judiciales sobre los excesos verbales del ex-senador Santi Vidal, la Guardia Civil se ha hecho cargo de los interrogatorios de los sospechosos y, de momento, dos de ellos –Joaquim Nin y Jaume Clotet- ya han salido del cuartel de Travessera de Gràcia con la acusación –poca broma- de “sedición”, que comporta una pena de hasta 15 años de prisión.

Ni “revolución de las sonrisas” ni “operación diálogo”. Aquí, a un lado y otro, manda la estrategia militar. Gente fría que ha interiorizado el sufrimiento, que no perdona, que no negocia y que opera con una mentalidad guerrera, donde el adversario político es el enemigo. Fuera caretas. Es la hora de los duros, de quienes conocen el hierro y el sabor de la sangre.

Afortunadamente, la inmensa mayoría de la población catalana –sea pro-independentista o anti-independentista- es ajena a esta escalada bélica que hay en el trasfondo de la presente fase final del proceso. Pero la semilla del diablo que sembraron el atentado del cuartel de Vic y las torturas de la Operación Garzón amenaza de envenenar la convivencia colectiva con la excusa del referéndum.

La socialización del dolor es el peligro que se cierne sobre Cataluña. Y en esta exasperación coinciden los represaliados de la Operación Garzón… con el ex-presidente Jordi Pujol y su núcleo familiar, asediados por la ofensiva judicial sobre su “tesoro” escondido en paraísos fiscales.
 
Recomiendo también leer la carta de Garzón.
La posverdad de la CUP y Terra Lliure
La definición de posverdad es la de mentira emotiva, es decir cuando lo ocurrido en realidad tiene menos importancia que la percepción que cada cual tiene de ello. La posverdad puede en demasiadas ocasiones transformarse en aquel ejercicio en el que Goebbels fue experto: repetir mil veces una mentira para que acabe estableciéndose en el imaginario como realidad incontestable. El 21 de julio, el Ayuntamiento de Barcelona decidió admitir una de estas posverdades y elevarla a acuerdo institucional. Me refiero a una propuesta que la CUP Capgirem presentó al pleno en la que se rechazan “las torturas denunciadas por los militantes independentistas” en 1992 en lo que denominan “operación Garzón”. Condenan públicamente “todo tipo de persecución policial sufrida por la militancia independentista…” y plantean organizar un acto de memoria de aquellos hechos contra la tortura y los malos tratos. Para terminar, reprueban “la actuación del exjuez Baltasar Garzón por haber faltado a la verdad diciendo que ninguno de los detenidos había denunciado torturas delante de él, cuando existen pruebas materiales de su existencia…” A favor votaron Barcelona en Comú, PDECat, ERC, el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy, y la CUP Capgirem.

Bueno, pues es falso. La CUP miente y lo sabe. Lo que han rebautizado a posteriori como “operación Garzón” –los nombres de otros jueces que también ordenaron detenciones en esos momentos parece que venden menos– fue fruto de dos años de investigación de la Guardia Civil a una organización terrorista que, lo siento, es lo que había definido hasta entonces a Terra Lliure. Las torturas que denunciaron los detenidos fueron incluidas en el acta de las declaraciones con mi firma inmediatamente debajo, como bien se ve y me mostraron recientemente en el Parlament de Catalunya algunas de las personas que hacen estas acusaciones.

En aquel momento –1992– ningún otro juez se atrevía a recoger esas denuncias en el acta de la propia declaración de los detenidos que así decidían hacerlo constar. ¿Cuál es la mentira entonces? Por escrito lo tienen y signado personalmente por mí.

¿Estoy de acuerdo en que no se investigó lo suficiente? Sí. En lo que no estoy de acuerdo es en que la responsabilidad recaiga sobre el único juez que no podía investigar. Porque, como también saben bien la CUP y sus compañeros de viaje, pues cuentan con buenos abogados que les explican la ley, el juez de la Audiencia Nacional no puede, bajo concepto alguno, por falta de competencia objetiva, investigar torturas o malos tratos, sino recoger en acta la mención de los hechos referidos a ese presunto delito, como así se hizo. El juez de instrucción competente (en este caso jueza) era el titular del juzgado natural de la zona en que se produjeron los hechos denunciados (el de Madrid). A partir de ahí debía resolver el ministerio fiscal en su función de ejercer la acción penal y perseguir el delito, y la juez, investigarlo.

En esa concatenación de posverdades de la CUP y los viejos militantes de Terra Lliure llegamos a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que condena a España por no investigar suficientemente las denuncias de torturas, pero se explica con prístina claridad que la actuación de quien esto firma fue impecable y no se condena por torturas, como arteramente se expone en aquel acuerdo.

Todo lo anterior lo expliqué a un grupo de personas a las que invité a conversar cuando me abordaron en el Parlament de Catalunya, al que fui convocado por el grupo de trabajo que entiende del terrible caso de niños robados del franquismo. Mantuve mi presencia por responsabilidad democrática, aun sabiendo que se produciría este encuentro. Fue, curiosamente, el 18 de julio. Me impresionó, debo decir, que por dejar patente su rechazo hacia mi persona los dos diputados de la CUP no quisieran intervenir en una reunión que afectaba a más de 30.000 víctimas ilegalmente dadas en adopción o directamente robadas durante la dictadura franquista y aún en democracia. Pero cada
cual es libre de explicar a su electorado cuáles son sus prioridades.

Los denunciantes también recordarán que seis de los 15 detenidos fueron condenados por el tribunal de la Audiencia Nacional en 1995 por pertenencia a banda armada o colaboración, tenencia ilícita de armas o terrorismo. Es decir, no hablamos de ideólogos independentistas que elaboraban argumentos en distendidas charlas de café o en reuniones de reflexión. Hablamos de personas que utilizaban el terror como método para exponer sus
ideas. Otra posverdad de la CUP cuando reivindica a los protagonistas de una época que nadie desea recuperar.


No entiendo ese empeño de intentar reivindicar visiones del pasado distorsionadas, ni pretendo convencer a nadie de nada que no quiera reconocer. No merece la pena perder el tiempo en ello. Su verdad no es la mía y sus argumentos se han ido convirtiendo en un compendio de dimes y diretes engrosado, cada vez menos cierto. Yo hice lo que pude, incluso emprendí la única inicial investigación que se realizó y, por supuesto, rubriqué sus denuncias. He peleado siempre por evitar los malos tratos y las torturas, hasta el punto de haberme granjeado enemigos no menores que han hecho lo posible por sacarme del juego. Otros colegas no trabajaron en esta línea. ¡Qué le vamos a hacer!

Nadie es perfecto. He realizado mi autocrítica en innumerables ocasiones y pienso seguir haciéndolo. Pero no puedo aceptar que la imaginación o el deseo se centre en una lectura parcial e ¿interesada? de la historia. Creo que los ciudadanos esperan mejores cosas de todos nosotros y que cada cual debe elaborar su propia mirada interior, relacionándola con lo que desea aportar a la sociedad.

Quédense pues con la que denominan apócrifamente “operación Garzón” que yo sigo con mi defensa irrestricta de los derechos humanos y de la legalidad frente al abuso, venga de donde venga, actitud por la que ya he pagado un alto precio. Ahora bien, si con estos argumentos se defiende el “procés”, creo que también me he equivocado en la valoración y defensa de los fines, fundamentos y argumentos de quienes lo propugnan. Desde luego la defensa que por convicción he hecho del debate, la aproximación, la pluralidad de España, el derecho a decidir, quedan hueros ante actitudes que abrazan esa llamemos posverdad que reinventa la historia y a nada conduce.
 
Ahora lo entiendo todo: Puigdemont es ETA
No lo es. Pero es un artículo que debería hacer reflexionar muchas cosas.

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¿Reflexionar?. Lo dogmático no da lugar a eso. No hay lugar a la reflexión pues no hay nada fuera del pensamiento y lógica de la doctrina. Reflexionar sería manchar de imperfecciones los cimientos inamovibles del pensamiento acotado e inyectado en forma de plantilla fija en el cerebro.. Reflexionar es de imperfectos. El movimiento / proceso es perfecto, todo lo demás sería contaminarlo con falsedades.

Un abrazo!
 
Tú no eres dogmático? Tú reflexionas? Han hecho algo bien desde el Govern de Catalunya? No eres radical en tu postura?
 
Tú no eres dogmático? Tú reflexionas? Han hecho algo bien desde el Govern de Catalunya? No eres radical en tu postura?

Reconocemos muchisimos errores que el gobierno central ha cometido de cara a Cataluña durante años. A la inversa es raro que se reconozca ninguna responsabilidad (siendo flagrante esta) por no hablar del proceso inmaculado dentro del contexto Visca Matrix.

Un abrazo!
 
Ahora lo entiendo todo: Puigdemont es ETA
No lo es. Pero es un artículo que debería hacer reflexionar muchas cosas.
¿Y dónde encaja Mas en este nuevo relato que se sacan de la manga? Porque Puigdemont ha aparecido hace bien poco, y durante años Mas era el Gran Líder Adoctrinador (según vosotros).

Es el problema de ir inventando películas, que no cuadran las unas con las otras.
 
Última edición:
Tú no eres dogmático? Tú reflexionas? Han hecho algo bien desde el Govern de Catalunya? No eres radical en tu postura?

Reconocemos muchisimos errores que el gobierno central ha cometido de cara a Cataluña durante años. A la inversa es raro que se reconozca ninguna responsabilidad (siendo flagrante esta) por no hablar del proceso inmaculado dentro del contexto Visca Matrix.

Un abrazo!
Contestáis por inercia sin leer lo que se escribe. Esto si que es Matrix.
 
por no hablar del proceso inmaculado dentro del contexto Visca Matrix
¿Te crees que cuela ir criticando contínuamente los espantapájaros que te inventas? Ningún independentista considera inmaculado el "proceso," de hecho es una gran chapuza que se ha hido improvisando, la prueba es que cinco años después aquí seguimos reintentándolo, pero que sea difícil y nos cueste encontrar la vía de salida no hará que dejemos de insistir.
 
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