La Diada 2012, ¿un antes y un después?

La enmienda señala que la "excepcionalidad" del momento "obliga" al PDeCAT a actuar con "generosidad máxima" para poder contribuir a la solución del conflicto político "a través del ejercicio de autodeterminación en el camino hacia la República Catalana".
Sacado de la vanguardia...

La soluciin al conflicto es la autodeterminación no el causante... Esa es la actitud
 
La ex CDC es el verdadero cáncer de Catalunya. Son el nacionalismo racista excluyente. Son un peligro para la convivencia. Que triste todo.

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Un espectáculo delirante
por Jordi García-Soler

Hace ya mucho, demasiado tiempo, que a quienes intentamos analizar todo lo relacionado con el tan traído y llevado “proceso de transición nacional”, el tan célebre procés, se nos han acabado todas las comparaciones e incluso todos los calificativos posibles. El que por ahora es el último episodio, pero que mucho me temo que por desgracia no será el último, ha sido la representación pública, con luz, taquígrafos, cámaras y ante la estupefacción general, de la ya indiscutible división en la mayoría absoluta parlamentaria independentista. Una división que se ha hecho evidente en un espectáculo delirante, mediante una votación de la Mesa del Parlamento de Cataluña en la que no solo votaron de forma opuesta los representantes de ERC y de JxCatsino también cada uno de los representantes de esta formación.

No se trata ya de las habituales discrepancias entre JxCaT y ERC, por una parte, y las CUP por la otra. Tampoco se trata de la muestra pública palpable de las diferencias estratégicas y tácticas entre ERC y JxCat, sino sobre todo de la división interna de JxCat. Y todo con un único protagonista, el expresidente Carles Puigdemont. Ahora resulta que, en palabras del portavoz parlamentario de JxCat, Eduard Pujol, el principal y casi único objetivo de la mayoría independentista debe ser “proteger a Puigdemont”. Me temo que yerra en esta observación. Lo importante ahora, y desde hace ya bastante tiempo, no es “proteger a Puigdemont” sino protegerse de Puigdemont. O tal vez proteger a Puigdemont de sí mismo.

Por mucho que unos y otros se esfuercen en afirmar que dejan al Gobierno de Quim Torra al margen de esta grotesca disputa, lo cierto es que ERC ha dicho en voz alta y muy clara que JxCat “ha mentido de forma descarada y ha roto la confianza” entre los socios de la actual coalición gubernamental, mientras que desde JxCat han arremetido contra ERC, acusándola de pretender “blanquear al PSC del 155”. El ridículo es monumental. Tanto, que incluso una persona como Pilar Rahola, incombustible y apasionada propagandista del procés, ha calificado todo esto de “patético”.

Más que patético, personalmente opino que se ha entrado ya de lleno en el terreno del puro y simple delirio. Con un Gobierno presidido por Quim Torra que apenas ha tomado posición y que se ha dedicado fundamentalmente a la promoción de la ratafía y a protagonizar espectáculos tan penosos como el que tuvo lugar en el Smithsonian Institute de Washington, se habla ya de una nueva convocatoria de elecciones autonómicas anticipadas. Conviene recordar que en los últimos ocho años, y en concreto desde el 28 de noviembre de 2010, la ciudadanía de Cataluña ha concurrido a las urnas en cuatro ocasiones en elecciones autonómicas, ya que lo hicimos ya el 27 de septiembre de 2015 y volvimos a hacerlo el 21 de diciembre de 2017, es decir hace solo medio año. Cuatro elecciones autonómicas en solo ocho años, y con la parece que muy probable convocatoria de unos nuevos comicios para el próximo otoño, revela muy a las claras la situación de profunda parálisis de la política catalana. Una parálisis que impide no solo la resolución de la gran cantidad de problemas de todo tipo que aquejan al conjunto de la sociedad catalana, sino que además agrava la innegable confrontación social interna y, por lo que vemos ahora de forma no menos cuestionable, agudiza las tensiones, disputas y divisionesen el seno de la misma mayoría absoluta independentista.


Carles Puigdemont, que en muy pocos años ha alcanzado el prodigio de cargarse a marcas políticas tan antiguas como CiU y CDC, pero que también ha dado ya por amortizadas otras marcas políticas de vida casi siempre muy efímera, como han sido y son Democràcia i Llibertat, Junts pel Sí, PDeCAT, Junts per Catalunya… No satisfecho todavía con este transformismo político incesante, Puigdemont, desde su refugio en Hamburgo, pretende un nuevo cambio, una nueva mutación del gen convergente mediante una nueva, la enésima operación de cirugía estética política. Se trataría ahora de construir un Partido Único del Independentismo, una suerte de Frente Nacional, algo así como un Movimiento Nacional… Evidentemente, con el propio Carles Puigdemont como líder único, indiscutido e indiscutible, a la manera de todos los caudillajes populistas de un signo u otro.

En Cataluña hemos entrado definitivamente y de lleno en el terreno del delirio. Esperemos que se trata de un delirio individual, personal e intransferible, compartido a lo sumo por unos pocos fieles incondicionales e irreductibles. Porque los delirios, si son ampliamente compartidos, suelen acabar mal. Muy mal.

'Un espectáculo delirante', por Jordi García-Soler
 


No hay peor ciego que el que no quiere ver, y esta pobre está muy bien adiestrada, pero no se ha preocupado de averiguar la verdad. En fin, una vez más:

Durante el franquismo, el catalán estaba expulsado de cualquier acto oficial o referente a la Administración en Cataluña. Tampoco se podía estudiar oficialmente en catalán, aunque en muchísimos colegios públicos los profesores daban las clases en cualquiera de los dos idiomas sin problemas. Punto.

Fuera de ésto, se hablaba catalán exactamente igual que se habla ahora. En Barcelona español y catalán coexistían en la calle. Si tú ibas a La Boquería, o al Born, o a Gràcia, escuchabas mucho más catalán que español; pero si te movías por la Bonanova/Sarrià/Pedralbes o el Guinardó la gente hablaba español. Desde luego, en el momento en que salías de Barcelona, y sobre todo en las provincias de Gerona y Lérida, todo el mundo hablaba en catalán entre ellos y pasaba al español con la gente que no conocía el idioma: turistas, emigrados de otras regiones de España... Pero el idioma del día a día era el catalán.

Durante los años sesenta, que son los que yo conozco de primera mano, se editaban libros en catalán, había revistas y periódicos en catalán, y nadie te decía nada por hablar en catalán. No puedo hablar de lo que pasó en los años cuarenta porque no había nacido, pero sí recuerdo bien que los que más despreciaban el catalán en mi época era la burguesía catalana; precisamente los que luego formarían CiU y se convertirían en furiosos antifranquistas,,, cuando murió Franco, claro.
 


No hay peor ciego que el que no quiere ver, y esta pobre está muy bien adiestrada, pero no se ha preocupado de averiguar la verdad. En fin, una vez más:

Durante el franquismo, el catalán estaba expulsado de cualquier acto oficial o referente a la Administración en Cataluña. Tampoco se podía estudiar oficialmente en catalán, aunque en muchísimos colegios públicos los profesores daban las clases en cualquiera de los dos idiomas sin problemas. Punto.

Fuera de ésto, se hablaba catalán exactamente igual que se habla ahora. En Barcelona español y catalán coexistían en la calle. Si tú ibas a La Boquería, o al Born, o a Gràcia, escuchabas mucho más catalán que español; pero si te movías por la Bonanova/Sarrià/Pedralbes o el Guinardó la gente hablaba español. Desde luego, en el momento en que salías de Barcelona, y sobre todo en las provincias de Gerona y Lérida, todo el mundo hablaba en catalán entre ellos y pasaba al español con la gente que no conocía el idioma: turistas, emigrados de otras regiones de España... Pero el idioma del día a día era el catalán.

Durante los años sesenta, que son los que yo conozco de primera mano, se editaban libros en catalán, había revistas y periódicos en catalán, y nadie te decía nada por hablar en catalán. No puedo hablar de lo que pasó en los años cuarenta porque no había nacido, pero sí recuerdo bien que los que más despreciaban el catalán en mi época era la burguesía catalana; precisamente los que luego formarían CiU y se convertirían en furiosos antifranquistas,,, cuando murió Franco, claro.

No en la decada de los 70 yo de niño fui a un cole concertado un año donde para mi sorpresa se daba lengua catalana y lo aprendi esa clase de catalan obligado, es falso el mito que estaba prohibido su aprendizaje
 
Mi familia por parte de madre es de Castellón. Con Franco en vida, en el pueblo donde vivía mi abuela (Almazora), era muy raro escuchar una palabra en castellano. Y los cuadernos de tareas de mi madre, que me encantaba curiosear, estaban todos en valenciano. Si sucedía eso en Castellón, en Cataluña lo siento pero no me trago que el catalán estuviera perseguido.

Y para muestra de lo "perseguidísimo" y "prohibidísimo" que estaba, un botón:

placa-e1393852597673.jpg


Claro que a lo mejor, a lo que se refieren es a que no era de uso obligatorio ni se discriminaba al castellano como ahora, que todo puede ser... :pensativo
 
De verdad, de verdad, de verdad ¿no queda nadie con un mínimo de sentido entre los independentistas? Un mínimo porcentaje, joder. Tiene que haberlos.

Increíble.
Es ahora cuando vemos todos los efectos practicados durante decadas de la inmersión linguistica en catalá , lavar el cerebro y cambiar pensaments de historia .
Si no se para todo esto mirando para otro lado , ira a más quizás algo que ya empezamos a otear de republicas bananeras lease colectivos en motocicletas con armas o porras versus cdrs que toman el control sobre los disidentes pisoteando tu libertad de movimiento y tragas porque no hay una policia aseptica que les corte el tinglado..
 
De verdad, de verdad, de verdad ¿no queda nadie con un mínimo de sentido entre los independentistas? Un mínimo porcentaje, joder. Tiene que haberlos. Increíble.

No. Repasa la entrevista que ha colgado Edgtho.

La periodista lobotomizada le dice a ese hombre (que no sé quién es): No se podía hablar en catalán. Y cuando él le dice que eso no es cierto, su respuesta es la del partido (bolchevique, nazi o castrista): Pero usted está negando la mayor. Es decir, ella no concibe que éso que le han dicho en su secta no pueda ser verdad. Y en el momento en que él insiste en que no es cierto, cambia de tercio al no tener datos objetivos ni hechos concretos que apoyen sus afirmaciones: Vengamos (quiere decir volvamos, cada vez hablan peor español) al presente. En castellano antiguo a eso se le llama sostenella y no enmendalla.

Luego les cuentan que Cataluña fue un estado independiente, que los reyes de Aragón lo eran también de Cataluña-Aragón ¿? (mirad la Viquipèdia), que la guerra de Sucesión fue entre España y Cataluña, que Rafael Casanova fue un mártir, que los catalanes genéticamente son distintos del resto de España porque no están mezclados con sangre árabe (cuatro siglos de dominio musulmán en las taifas de Lérida y Tortosa), que Miguel de Cervantes, y Cristóbal Colón, y Santa Teresa de Jesús eran catalanes, que España les roba... ¡y hay cientos de miles de cretinos que se lo creen! ¿Qué haces con esa gente?

De la misma forma en que en la Alemania posterior a abril de 1945 se procedió a la desnazificación de la población, algo similar se tendrá que hacer con estas personas tan adoctrinadas que ya no distinguen entre realidad y fantasía.
 
Y a todo esto un coche en vic se ha encargado de limpiar y arrasar las cruces gamadas del espacio publico y patrocinadas desde el ayt ...

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Lo del coche es injustificable, ha puesto en peligro a las personas de la plaza y no hace más que darle argumentos a esta gente. Ahora, respecto a las declaraciones de la alcaldesa, habría que pedir permiso para sembrar la plaza de banderas españolas para ver hasta donde llega su concepto de libertad de expresión.

Saludos
 
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