La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de aceptar una "minicumbre" entre el Ejecutivo catalán y el Gobierno en Barcelona es vista por algunos diputados socialistas como un "error" por parte del presidente.
Estas voces argumentan que este formato sólo se da entre Estados y Catalunya no lo es, aunque creen que forma parte de la estrategia y las contrapartidas para lograr la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2019.
Desde que se conoció la decisión de celebrar el Consejo de Ministros en Barcelona el día 21 de diciembre, el Ejecutivo de Quim Torra ha propuesto que se celebrara un encuentro no sólo del president con Pedro Sánchez sino de ambos gobiernos.
Sin embargo, el Gobierno de Sánchez había rechazado de plano tal posibilidad hasta esta semana, cuando la vicepresidenta Carmen Calvo abrió la puerta a que hubiera más encuentros entre ministros y consejeros después de las negociaciones que había mantenido con el vicepresident Pere Aragonés y la Portavoz del Govern, Elsa Artadi.
"Lo que no va a haber es una reunión de dos gobiernos. Eso no procede porque nosotros somos también el Gobierno de Catalunya", insistía ayer mismo Carmen Calvo.
Pero lo cierto es que al mismo tiempo apuntaba la posibilidad de reuniones en paralelo a la de Quim Torra y Pedro Sánchez y hoy mismo se confirmaba este extremo con el anuncio por parte de Moncloa de que también se verían la vicepresidenta con Aragonés y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet con Elsa Artadi.
Esta decisión, que el Gobierno quiere enmarcar en la necesidad de desencallar el problema en Catalunya, es vista como un "error" por algunos diputados socialistas que creen que la interpretación de una "cumbre" entre gobiernos, que hace el Govern, es la correcta. "Los independentistas se han salido con la suya", exclaman.
Una de las fuentes consultadas explica que el formato final de este encuentro es el que se utiliza en las cumbres entre dos Estados y consideran que abrir la mano a una reunión entre dos gobiernos entra dentro del 'principio de aceptación' de la soberanía que reclama el Govern para Catalunya.
En este sentido, argumentan que la reunión Sánchez-Torra es dar un trato especial ya que no se corresponde con el formato que mantuvo el Ejecutivo con ocasión de la celebración del Consejo de Ministros en Sevilla, cuando la única reunión que hubo fue la de Pedro Sánchez con la presidenta andaluza, Susana Díaz.
Algunas fuentes creen también que la reunión no es una "mini cumbre" sino una "cumbre" con todo lo que eso representa y añaden que con el formato acordado lleva una gran carga de "simbolismo" que favorece al independentismo y aleja a los votantes centristas del apoyo al PSOE como, aseguran, se ha visto ya en Andalucía.
No obstante, los consultados están convencidos de que la decisión de Pedro Sánchez de aceptar la propuesta del Govern de la Generalitat de Catalunya se enmarca en su objetivo de aprobar el Presupuesto de 2019 para asegurarse la permanencia en el Gobierno hasta el final de la legislatura.