@sikander es todo mucho más simple. Se explica con esta famosa frase:
Henry Ford: “Un cliente puede tener su automóvil del
color que desee, siempre y ... que sea
negro”,
Es decir, la ley te habilita para usar cualquiera de los dos idiomas oficiales, pero tú como catalán estás obligado a usar el catalán. El no uso del catalán lo ven como una ofensa y conculcación de sus derechos lingüisticos y/o políticos. ¿Pero qué pasa como los derechos políticos del dependiente? ¿Están deslizando la idea de que por el hecho de trabajar de cara al público una persona no tiene derechos políticos? De que una persona de cara al público está obligada a usar la lengua que decida el cliente.
Imagina la escena: un sitio donde el castellano, el catalán y el francés fueran cooficiales. El cliente se empeña en hablar en catalán y el dependiente en francés. Ninguno entendería nada del otro, da igual que ambos como ciudadanos deban conocer y/o conozcan otra lengua que les permita entenderse, el castellano, pero no aceptarlo implica violar sus respectivos derechos políticos.
Ponlo en comparación con Andorra: el catalán es la única lengua oficial. Y tienen enseñanza vehicular en catalán, castellano y frances. Y el castellano es usado una amplia mayoría, y no pasa nada. Es lo que tiene usar los idiomas como algo cultural y una forma de comunicación, en lugar de una defensa de una identidad política determinada. La obsesión con el catalán es el ejemplo perfecto que demuestra las acusaciones de supremacismo. Me imagino que el dueño del comercio que recibirá un aviso o la dependienta que posiblemente pierda el trabajo van a estar contentísimos y encantados con la "cultura catalana"