Articulo visionario de xavier rius lo borda ...
Catalunya, año 2050.
Dicen, dicen, dicen que el presidente Trestorras está a punto de declarar la independencia.
Es el 153 presidente de la Generalitat.
Desde Quim Torra -que según las cuentas oficiales era el 131- se han sucedido una veintena de presidentes
Algunos por perídos muy cortos. De entre seis meses y año y medio.
La política catalana recuerda, en este sentido, a la política francesa del período de entreguerras.
Enntre 1932 y 1940 se sucedieron, en efecto, hasta dieciséis gobiernos. Con una media de cinco meses a sólo 24 días (1).
El Delta del Ebro ha desaparecido a causa del cambio climático y la mala gestión de los recursos fluviales. Demasiados embalses.
El cambio climático ha arrasado el litoral. Las playas han desaparecido. Aunque a esto también ha contribuido la construcción de 40 puertos deportivos en apenas trescientos kilómetros de costa. Una barbaridad. El agua, con tormenta de levante, llega a veces al vestíbulo del Hotel Arts.
Las especies invasoras han colonizado el territorio: el mosquito tigre, la mosca negre, el cangrejo americano, el caracol manzana, la avispa asiática, el mejillón cebral. El sirulo, hambriento, ha llegado a morder algun bañista.
Los osos del Pirineo -descendientes del mítico Melba que se reintrodujó a final de los 90- han diezmado los rebaños. Hasta han atacado algún pastor.
Los inviernos son cada vez más cortos -e incluso efímeros- y los veranos más largos. Julio, agosto y septiembre se han convertido en insoportables. Puro bochorno.
La plaga de los incendios forestales ha acabado con los bosques de buena parte de Catalunya. Incluso los pirenaicos. La nieve ha desaparecido. Las estaciones de esquí languidecen.
La Seat hace tiempo que se mudó a Eslovaquia. Estuvieron dudando entre el norte de África o el centro de Europa. Eslovaquía les queda más cerc a de Alemania.
El entonces presidente de la multinacional, Luca de Meo -ahora es el presidente mundial de Volskwagen-, advirtió en el 2019 que los cortes de carretera perjudicaban a la empresa. Pero los CDR se empecinaron en que “o independencia o barbarie”.
No pasa nada porque la independencia está
a tocar. La nueva República Catalana -
Catània- lo arreglará todo: las pensiones, el paro, la factura de la luz, las listas de espera, los barracones.
El presidente Trestorras -sin parentesco con el citado Quim Torra (2018-2019)- dice que ahora sí. Ha propuesto un referéndum de autodeterminación.
Si el Estado no lo acepta -que difícilmente lo aceptará- dice que seguirá adelante
peti qui peti. Recuerda un poco a Artur Mas. Con él empezó todo.
Mientras la composición sociológica del país también ha cambiado.
Se ha cumplido la profecía de Michel Houllebecq -aquel autor galo que ganó el el Nobel en el 2025- según la cual las parejas musulmanas “tienen más hijos que las parejas ateas o agnósticas”.
“La población monoteista está destinada a aumentar de prisa y particularmente en el caso de la población musulmana”, decía en
Sumisión, una de sus novelas más polémicas (2)
“Todo ellos sin tener en cuenta la inmigración que acentuará aún más el fenómno”. Inlcuso habla de guerra civil”, añadía.
Hablar de la inmigración fue, durante mucho tiempo, un tema tabú. Y cuando empezaron a hablar ya fue tarde. Nuestros políticos siempre miraban a otro lado.
Por el Ramadán siempre felicitaban a los musulmanes. A mí me da igual porque soy agnóstico pero en cambio nunca felicitaban a los católicos por Pascua. Todo fuera por la independencia.
Ahora, un partido musulmán con 21 escaños en el Parlament se ha convertido en la fuerza bisagra entre el bloque
indepe y el constitucionalista.
Al final ha optado por los independentistas tras alcanzar una serie de acuerdos.
Los indepes creen que de esta manera podrán culminar el llamado proceso. Los ven como los nuevos Comunes. Tengo mis dudas.
La izquierda -que siempre fue proclive a la inmigración, sobretodo musulmana, seguramente para joder a la Iglesia católica- pensó que atraería así el voto de futuros electores pero a la hora de la verdad han preferido votar lógicamente a sus propios partidos.
A cambio han impuesto su propia agenda: papeles para todos excepto a los inmigrantes del África subsaharian o de Asia, comida halal en las escuelas y en los centros penitenciarios, reconversión de iglesias vacías en mezquitas, asignatura optativa del Islam y el árabe como tercera lengua en detrimento del inglés.
El partido islamista se reserva también la presidencia del Parlament, la vicepresidencia del Govern y cuatro consejerías: Sanidad, Trabajo, Bienestar Social e incluso Cultura.
El pacto está casi cerrado.
1) Jean-Baptiste Duroselle: “La Décadence (1932-1939)”. Imprimerie Nationale, París 1985 dentro de la colección “Política extranjera de Francia” (volumen I).
(2) “Submissió”, Anagrama, Barcelona 2015, pàgina 65
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