Lo peor que estoy viendo estos días sobre la posibilidad de los indultos es lo que se están creciendo los indepes en su fantasía. Sánchez alimenta el monstruo. Les hace creer que tienen poder, autoridad, a la par de la del gobierno, para negociar sobre sus cosas. Siguen sin tener los pies en el suelo, siguen drogados de arrogancia y vanidad, siguen cegados de soberbia y empachados de alucinaciones fantasiosas sobre posibilidades irreales. Adoptan tonos de pomposa seriedad para exigir interlocutores encarcelados o fugados. Todo exigencias, de la primera a la última. Para cuándo la bofetada que les despierte del encantamiento? Un bofetón bien dado, con la mano abierta, de los que te dejan despierto y colorado, preguntando, qué tren por encima me ha pasado? Qué ganas de verlos humildes y centrados.