Cuánto narcisismo, por dios. Una petarda mediocre que nadie se quiso cargar por la pereza de no aguantarla y que se da unos aires que no tiene, que nadie le ha dado y que no merece. Es la invitada que nadie quiere a su fiesta en cataluña porque representa lo hortera, la arribista, la jeta, la que se pone a la venta, la chacha horrenda, la butifarra emperifollada con charol de colores y alharacas baratas de feria gitana.