El Ministerio de Defensa de Rusia ha reconocido este lunes que un ataque ucranio en Nochevieja sobre el municipio minero de Makiivka, situado en la zona ocupada de la provincia de Donetsk (este de Ucrania), provocó la muerte de 63 soldados rusos. El comunicado de Defensa llega después de que una fuente cercana a las autoridades impuestas por el Kremlin en la región ocupada afirmara a la agencia de noticias Reuters que decenas de reclutas habían perdido la vida en el bombardeo sobre el colegio en el que residían los militares.
El Ministerio de Defensa de Rusia no había respondido hasta ahora a las peticiones de información sobre el ataque ucranio en Donetsk en Nochevieja. Sin embargo, en su habitual informe diario, el domingo afirmó que habían destruido siete misiles Himars lanzados por las fuerzas ucranias, algunos de ellos cerca de Makiivka. Los Himars son un sistema multilanzadera de cohetes de alta precisión estadounidense, autotransportado, que pueden llegar a distancias de 80 kilómetros.
Desde septiembre, Rusia ha movilizado al menos a 300.000 reclutas y ha estado enviándolos a Ucrania para reforzar sus efectivos en el país vecino, que comenzaron a invadir el pasado 24 de febrero.
Además del Ministerio de Defensa Ruso, Daniil Bezsonov, una autoridad impuesta por Rusia en la zona ocupada de Donetsk, ha afirmado que el colegio en el que estaban los golpeados fue golpeado por misiles Himars alrededor de la medianoche del 31 de diciembre, cuandolas tropas rusas estaban celebrando el comienzo del nuevo año. También Igor Girkin, un nacionalista ruso que formó parte del Servicio de Seguridad Federal (FSB, heredero del KGB) y que ayudó en 2014 a Rusia a ocupar la península ucrania de Crimea y a organizar el posterior referéndum de anexión —rechazado por la comunidad internacional—, ha dicho en Telegram esta mañana que “el número de muertos y heridos asciende a cientos”.
Según Girkin, quien ha criticado de forma vehemente los errores militares de Moscú en Ucrania, ha dicho que había munición y armamento almacenados en el mismo edificio en el que estaban los reclutas, es decir, que la intensidad de la explosión pudo incrementarse por estos artefactos. (Reuters / EL PAÍS)
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