En el fuero interno del personaje seguramente existirán todos esos cabreos: lo que sucede es que no acabo de percibirlos.
Pues a mí ese cabreo me llamó la atención desde el principio; lo que pasa es el que el hombre muchas veces se contiene. Por ejemplo, cuando le recrimina a uno de los guardias el hecho de que cambie la ropa de sitio y la ponga toda junta (en la escena del crimen). Está enfadado pero se controla... al contrario que su compañero, que echa humo cuando ve al fotógrafo (por eso parece más sincero, más humano... y el espectador empatiza más con eso... aunque en realidad tenga mucha mierda escondida que se niega a reconocer y que le hace trizas por dentro).
A mí el personaje de Arévalo me pareció simplemente incompleto. Amaga un poco al principio (ya lo dije, las llamadas a su casa) y luego un gran bluf. Como si se hubieran olvidado de desarrollarlo.
Yo creo que es algo completamente intencionado; el personaje de Arévalo no parece construído para resultar empático o carismático... sino todo lo contrario (monocorde, como decía Max). Del mismo modo el personaje de Gutiérrez tiene un tratamiento completamente opuesto. Que la química entre ambos sea imposible es parte fundamental de la película (creo).
Ligera pausa. Me dormí y me tuvieron que despertar. En serio. Hacía mucho que no me pasaba.
Yo la última que recuerdo que me dejó seco (con babilla y todo) fue La novena puerta (hace muchos años)... y, sin embargo, hoy en día me encanta (creo que por aquí no tiene muchos fans).