Magneto
Ambiguo Travieso
En cierta ocasión de la que no quiero acordarme, en un congreso en el que estaba como expositor, se acercó un pez gordo a presentarme a su mujer. Yo, que estaba ya tan cansado que no me llegaba el riego al cerebro, quise agarrarla por la cintura y darle los dos besos de rigor, pero con tan mala fortuna, que combinado con un mal movimiento de ella para acercarse a mí con la misma intención y mi sempiterna gilipollez, acabe con la mano derecha extendida abarcando su pecho... mejor lo llamamos teta para que no haya lugar a confusión (y vaya teta, por cierto... ).
Pero es que además, no sé qué hizo ella (del susto, imagino), que pareció que iba a caerse de lado, y mi instinto (el protector, no el otro, guarros), hizo que apretara para sujetarla, con el defecto visual que podéis imaginar...
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Seguido de este:
Menos mal que era otra época, en la que aún no éramos gilipollas, que si no, acabo en la cárcel, fijo.
Un amigo mío del instituto tenía una hermana horrenda, por dentro y por fuera (no la cogieron en la audición para los Uruk Hai de "El señor de los anillos" porque creyeron que venía maquilada de casa), y me tenía enfilado porque no me callaba cuando me tiraba puyas. Siempre pensé que su odio visceral venía marcado por una tensión sexual no resuelta conmigo, es decir, se la juntarían las ganas de follarme salvajemente con su repulsión. Dejé de darla dos besos después de una discusión tremebunda, pues se colaba en las reuniones informales de los amigos para espiar a su hermano (un pusilánime de cuidado, para más señas, que tenía un miedo tremendo a su madre y a su hermana), y desde entonces un apretón de manos. Se lo dije, sin cortarme, "Mejor la mano porque me la puedo lavar en un baño de un bar en un momento."
Anécdota extra: En una fiesta de fin de año se encontró uno del grupo con un amigo y ella estaba presente, ya que se acopló de mala manera con otra amiga suya tan hija de perra como ella. Este chaval iba con unas copas de más y le dijo, "Oye, tío, dile a esa pava que quiero rollo con ella." Fue con una sonrisa en los labios hacia la hermana de nuestro amigo y se lo comentó, ella se negó en redondo y la respuesta del "mediador" fue maravillosa, "No te creas que estás para elegir."
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