Que qatar y el mundo musulmán es una vergüenza lo sabemos todos, que los derechos humanos y laborales en esos países son una mierda lo sabemos, que los occidentales y vosotros, y yo, consumimos lo que hacen, y lo que producen las empresas de las que son dueños, lo sabemos. Caretas de buenos, las justas. Lo que no tolero son los de siempre de izquierdas, los que dan lecciones de ética y de historia a la medida de sus ideas. Retorcerlo todo a su antojo y pretender decirnos lo que debemos apoyar y lo que no. Y cuándo y cómo. España destila sabiduría en sus refranes y aquí vale el de o todos moros o todos cristianos.
El mundo musulmán es intolerable, por su trato a la mujer, a la libertad y a las clases sociales pero no hacemos nada, nada. Los dejamos hacer. Pues nada. Te callas. Haciéndolos partícipes de lo nuestro los convertimos algo en nosotros pero más despacio. Si este es un camino, nos callamos. Ya vale de cobardes por todos lados. De criticar desde la barrera. O los derrotas en batalla o los convences poco a poco. Sí, pareciendo hipócrita, porque tragas, pero insultarnos desde casa, haciéndose el digno, el ético, el empachado de principios, y no hacer nada más, sólo lo hacen los que no sirven para nada.
Opinar está sobrevalorado y la opinión de los que no aportan nada al mundo más que consumir el aire que respiran y dejarnos la mierda que cagan, la que más. Donde está la opinión de los de izquierdas con los muertos y desaparecidos de Cuba y Venezuela en los mismos diez años que se multiplican por diez?. La hipocresía es esa. No la de llevar un mundial de fútbol a qatar.
Que también está mal pero esa rasgadura de vestiduras sobreactuada tirando de información manipulada e interpretada a conciencia para tomar el pelo a bobos, despistados, pasotas o fanáticos, me da ardores de estómago.