Bueno, vista. A mí no me ha gustado. Vaya por delante que Paul Thomas Anderson me parece un buen director sin más; me gustaron Boogie Nights y Magnolia, pero sin entusiasmarme, me parecieron un coñazo Punch-Drunk Love y The Master. Con There Will Be Blood, que pasa por ser su mejor film, me equivoqué leyendo primero Oil!, y me dejó frío.
Licorice Pizza sigue la estela. Me da la sensación de ser un pastiche de cortos en super 8 de la familia pasados a video. No hay una historia coherente, ni en situaciones ni temporalmente. Vemos muchas referencias cinéfilas, mucho ja ja ja ji ji ji entre ellos, pero para alguien de fuera de su mundo, no sé, no dice gran cosa. La protagonista es más fea que pegar a un padre, pero actúa muy bien; él también, aunque no se sabe si solo se trata de un chaval mostrándose como es en la vida real. Algunas de las situaciones por las que pasa con ¿15 años? son difíciles de creer. Sean Penn, Tom Waits y Bradley Cooper sobreactuadísimos. Y larga, muy larga.
Da la sensación de que PTA ha intentado hacer su American Graffiti y le ha salido mal. Al final, me quedo con Alana Haim y la música de la época. Y Licorice Pizza es como llamaban los chavales en los sesenta a los discos (de vinilo, claro).