La última vez que fui al cine fue a ver Joker. No pusieron tantos anuncios como acostumbran. De todas formas yo hasta que empiezan los trailers estoy con el móvil y me la pela. Tuve que bajar dos veces a mear a lo largo de la proyección (debe ser la edad, meo más que Concha Velasco), por esas escaleras que te matan (literalmente) si das un traspié en la oscuridad. Los aseos, limpísimos. Suerte que casi no había ni dios en la sala.
Echo de menos los cines Plaza de mi localidad: ahí vi en los 90 cientos de películas, Mis dobles, mi mujer y yo, Matilda, El hombre de la máscara de hierro, Goldeneye, Daylight, Titanic, Esfera, Alien Resurrección... entonces, en aquellos tiempos, ibas al cine con 1.000 pesetas y tenías para todo: peli, palomitas y coca. No había anuncios, solo trailers de películas. Las salas, bien.
Ah, probablemente mi mejor experiencia en cine fue viendo la Momia (la de ahora, con Tom Cruise). Sesión de noche. ¿Personas en la sala? Mi hermano, yo mismo, y nuestras respectivas. Nadie más. Nos pasamos toda la película haciéndonos fotos chorras por toda la sala (vacía). La película era una mierda, claro.