A ver, que Costa no dudaba de que la película fuese buena o no.
Hace unos días estaba en Nueva York, en un festival en el Lincoln Center, y estaba otro director, James Grey, que es un tipo que parece agradarle a la gente. Este hombre se la pasó durante una hora, en una entrevista, en cierto modo, insultándome a mí y también a usted. Estaba tan, tan convencido de estar dando un sermón, porque hablaba como si dijera la verdad, y la gente, aparentemente,creía que lo hacía.Grey decía que él podría hacer películas en digital o con cámaras pequeñas, pero es demasiado fácil y deberíamos resistir esa idea. Decía que a él le gustan las cosas difíciles, y lo difícil es meterse en la selva con cámaras de 35 mm y un equipo técnico de cien personas. Pero lo único que estaba haciendo era mentir en un sentido amplio. Porque al decir esto, encubría muchas otras cosas, porque no hablaba de los aviones, los jet privados, los estudios, y si eso es a lo que él llama dificultad estamos completamente jodidos. Al alabar esta dificultad, Grey quería decir que debíamos estar del lado del cine, y el cine es algo complejo, difícil, costoso. Nos está diciendo, yo pude hacer un uso distinto del dinero, pero no, es mejor hacer las cosas de este modo.
De todas maneras, Pedro Costa me parece inmensamente mejor cineasta que James Gray (y sí, el tipo que redactó la entrevista no sabe escribir el apellido de este último). Costa no suele meterse con las películas, sino con los métodos de producción injustos que las hizo nacer. Para él la producción determina la película definitiva. Su discurso es totalmente coherente. Y ahí, en el Lincoln Center, el que dijo una buena cantidad de chorradas fue Gray.