Si además de haber perdido los negocios, haber estado a punto de palmar, ver perder a tu equipo y hacer el payaso, no tuviera un pollón de campeonato, como tengo, un ciruelo grueso como un brazo, un portentoso taladro para cemento armado, ya me habría suicidado. Mi fastuoso pene legendario lo ha evitado. A hablar de micropenes al hilo del madrid