La has resumido muy bien, el relato, el arte del relato, la fascinación por el relato, despojando a sus 3 protagonistas de nombre e incluso de palabra, para ir a lo esencial, una historia e imágenes para complementarla, de hecho hay una magnífica simbiosis entre la escasez de medios que obliga a la voz en off a tapar necesidades y el aire misterioso, juguetón y autoconsciente que impregna esa voz en off a la película.
Literatura, igual que Tarantino en Pulp Fiction, Llinás se sirve de técnicas de la nouvelle vague para crear un libro animado, un mosaico de historias "típicas" dónde la disgresión llega a tener más fuerza que las propias historias iniciales, 3 mcguffins cojonudos, si Tarantino lo hacía con el pulp y la novela negra Llinás lo hace con la literatura de misterio, policial y de aventuras.
Varias cosas fascinan por su excelencia además de la imprescindible claridad en la exposición gracias a la escritura y la narración de la voz en off. La primera es la capacidad para intrigar, crear misterio y, en definitiva, el absoluto "sense of wonder" de la presentación de las historias, un noir rural casual y fatalista, una historia de misterio y conspiración siguiendo los pasos de un muerto a lo Polanski, una aventura surreal de un tipo en solitario por un río a lo Apocalypse, ya digo que la fascinación inicial es insuperable.
La segunda es la impensable falta de límites en las historias sin que chirríe, pese a la falta de medios, nos pueden llevar a cualquier lugar, a cualquier situación, jugando a la máxima escala, La ventana indiscreta, cuento encerrado a lo Edgar Allan Poe, triángulo amoroso poético, un relato familiar fordiano, aventuras africanas, bélico, carcelario, una historia fantasmagórica y mística sobre un arquitecto real, ...
La tercera es el partido que le saca a las localizaciones de la provincia bonaerense, un río, una finca, brumas, caminos de tierra, y el misterio y la poesía que es capaz de sacar de esas localizaciones mediante unos fantásticos encuadres en conjunción con lo que se relata.
Y aunque pueda parecer lo contrario, tan meritorio me parece la presentación y el desarrollo de las historias como, ya en su último tercio, la conversión de la película a base de disgresiones más exageradas, ahí se explicita de manera orgánica la naturaleza de la película, y cuanto más se acerca al final más, incluso con la asimilación por parte de un personaje secundario del rol de fabulador del director con coña incluida sobre la verosimilitud y, al final, las resoluciones anticlimáticas de las 3 historias le dan un poso y una consistencia brutal al conjunto.
Intentaré estar atentísimo a
La Flor, película estrenada el año pasado (y que pretende ser trilogía) y en la que Llinás parece atacar de la misma forma el fantástico y el terror.