Me ha descolocado bastante, por cómo choca el estilo del dire con los puntos de partida.
Es probablemente el trabajo más hermético de Nichols, de una forma absolutamente deliberada además, y ahí está la mayor fuerza y el mayor problema de la peli. Narrativamente quiere ser tan, tan contenida, que la encuentro morosa y demasiado hermética: queda bien en las relaciones entre personajes y hay algunos momentos realmente bonitos ahí (el que menciona Emurion), pero todo lo relativo a la ambigüedad del niño va sin control, con momentos donde es ET y otros donde es Damien, sin un camino puesto.
Por eso me parece que gana mucho cuando se centra precisamente en esas interacciones: la maravillosa mirada de tarado de Shannon hace innecesario mucho verbo, y es la primera vez que compro del todo a Edgerton. Nichols controla perfectamente la sobriedad y el ritmo de esos momentos, y lo noto mucho más incómodo cuando toca meter a las claras los elementos sci-fi (el primer amanecer cortado por esa cúpula digital), salvo en la fascinante "escena Tomorrowland".
No diría que es una buena película, pero sí una con cosas interesantes. Eso sí, el plano final como revelación es barato hasta molestar.