MILOS FORMAN, el prestigio checo

Respuesta: MILOS FORMAN, el prestigio checo

Coño JohnDoe, veo por tu quote que yo ya había escrito en el hilo sin recordarlo, lo he mirado, y fue para decir exactamente lo mismo que he escrito hoy.

:juas

Pero eso es normal, Vegania pues a todos nos pasa. Son muchas horas en el foro, con muchos días y quieras o no solemos repetirnos (a mi me pasa muchísimo, uf, me leo y veo que a veces he repetido lo mismo en otras partes sin darme cuenta).

Si lo miras desde otra perspectiva: significa que no has cambiado de opinión, que te mantienes en tus 13. :D
 
Respuesta: MILOS FORMAN, el prestigio checo

De Valmont me gustaron las nalgas de la Falk, de hecho ojala tuviera la cara como el culo.
 
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- Los fantasmas de Goya (Goya's Ghosts, 2006)


Pues muy bien. Quizás un punto folletinesca en algún que otro pasaje y se permite licencias que jamás se hubiese dado en la realidad (Bardem provando de su propia "medicina") y cuenta con un montaje un punto atropellado en algunos pasajes que no consiguen la redondez que exigía el producto pero por lo demás, quitando esos pequeños aspectos o apartados desde luego la película es 100% Forman y lo agradezco.

Empezando por la ambientación y la fotografía. Excelente en ese apartado, logrando transmitir esa negrura histórica por parte de la Iglesia y su Inquisición junto con detalles históricos por parte de los franceses conquistando España. En cuanto a actores, mucho rostro conocido de aquí (aparte de Bardem, claro está) que le dan ese tono extraño entre filme a la americana y los TV movies que estamos acostumbrados a ver en A3/T5 según el personaje a interpretar.

No se puede negar que el director de Amadeus dota a su película de ese clasicismo narrativo, donde recurre a una exposición muy detallista, dándole enfoque a los motivos, razones y situaciones de la época y de los personajes importantes del momento (Stellan Skarsgård se sale como Goya, un actor realmente convincente que dota a su personaje matices realmente convincentes... Bardem es Bardem y a veces se le va el personaje pero no desentona, ciertamente. Portman regulera, por momentos brillante por momentos excesiva).

Pero que me ha convencido mucho, sinceramente. Me gustan las artes de este director (desde siempre) y con esta vuelve a ofrecerme un producto como mínimo correcto, sin haber conseguido los laureles que podía esperarse pero que me ha dejado un buen regusto, sí señor. Sobre todo por la ambientación, el ojo puesto en las artes distintas de Goya, en el costumbrismo de la realeza, las otras "artes" del pintor para criticar a la religión, monarquía, gobierno, etc, al igual que las visicitudes dificultosas de la plebe frente a los cambios históricos.

Para mi es un sí.
 
Amadeus

Biopic histórico con papeletas para el Oscar, muy bien contado pese al extenso metraje, que propone una visión de Mozart como héroe romántico, o músico independiente enfrentado a un sistema que le trata de criado, sometido a los designios de gente sin criterio, incomprendido incluso… un idiota místico, un sujeto peculiar en el que lo sublime y lo vulgar se unen (o cómo la genialidad puede ocultarse tras lo intrascendente, o incluso ridículo). La idea de enlazar fragmentos de sus óperas para pautar distintos momentos de su agitada vida obedece a la idea del artista que no puede evitar plasmar en su obra sus inquietudes más profundas (Las bodas de Fígaro y la peligrosa exaltación de lo popular, Don Giovanni y la pérdida del padre…). Espíritu libre y proto-rockstar, el sentimiento de culpa se sublima de una forma muy freudiana, con esa sombra espectral autoritaria que anuncia la muerte (la fidelidad histórica ya tal… pero pese a la polémica en este sentido, contábamos con ello). Viena como feria de las vanidades dieciochesca y mundo bullente de vida y color, de alegre prostitución de las artes en manos de la iglesia y la aristocracia, o un carnaval donde se mezclan lo principesco y lo barriobajero, tragedia y alegría de vivir… como en la propia película de Forman (otro acierto).

Un tanto grueso el tratamiento de los italianos como guardianes del buen gusto musical y reacción ante el desafiante cambio de paradigma que supone el joven Wolfgang. Porque si éste representa lo nuevo, Salieri es el establishment rancio, alguien bien acomodado a unas jerarquías (como la suya propia respecto a Dios) que sólo benefician a los segundones. Porque él sí que tiene talento, pero para acomodarse a las modas (el magisterio del estilo italiano), para ofrecer lo que los demás quieren oír, sin ir más allá. Paradoja brutal la de un hombre que quiere matar a Dios, la de odiar y querer arruinar aquello que más amas y mejor entiendes; el peor enemigo de Mozart acaba siendo su amigo más leal, lo que otorga grandeza tragicómica a un Salieri que es ya símbolo, icono pop (inolvidable final, reconociendo al fin su mediocridad, replanteando quién es el auténtico freak), un hipócrita reprimido que apenas insinúa su naturaleza en su pasión por los dulces. Como espectáculo suntuoso y de recreación de época, me sobran un poco las partes operísticas por ralentizar el desarrollo (aún siendo irreprochable este apartado), aún así, de lo más acertado el uso tanto de la música del biografiado como el montaje, según los recuerdos del narrador, con alguna que otra transición notable.
 
Siempre me gustó, hasta siendo un crío la ví mil veces.

Luego me la hicieron revisionar en el cole, en clase de música, la "proyección" duró semanas :juas
 
A mí me parece redonda del todo, con un ritmo impresionante incluso en el montaje del director, y con el característico genio de Forman para escoger a sus actores de entre intérpretes en los que nadie se hubiera fijado para protagonizar un film de gran presupuesto.

Sinceramente, no entiendo la postura de tachar 'Amadeus' de film de diseño para ganar Oscars, cuando a mi me parece una obra hecha por alguien que realmente siente lo que está contando. Y encima reivindicar la música clásica para un público joven contemporáneo en pleno auge del tecno-pop ochentero.

Un saludete.
 
Man on the moon

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Con este biopic del cómico y artista por lo general inclasificable Andy Kaufman, papel estelar para un Jim Carrey en su época de gloria y prestigio crítico a finales de los noventa, el checo ofrece otra de sus semblanzas sobre locos geniales, personalidades histriónicas y contrarias a los usos y costumbres establecidas o a las reglas del establishment en que se mueven, donde el actor se funde con el personaje en una interpretación tan extrema como solían serlo las actuaciones de Kaufman, dándolo todo y suponiendo un vehículo de lucimiento para Carrey donde el resto del reparto pasa un poco más desapercibido o simplemente cumple.

El protagonista puede considerarse un artista total o performer adelantado a su tiempo con sus ocurrencias delirantes, montajes y peculiar sentido del humor muchas veces incomprensible, absurdo y violento que, ante todo, plantea un desafío a la audiencia, quien muchas veces no sabe muy bien cómo reaccionar, qué se va a encontrar, o bien se siente agredida… los espectáculos de este hombre ante todo eran, por lo que se ve, experiencias que no dejaban a nadie indiferente y que desafiaban a un público habituado a lo fácil (Latka el taxista, o el secundario cómico fácilmente identificable), buscando estimular unas reacciones, mejores o peores, pero siempre nuevas, las propias de quienes se encuentran con lo insólito.

La película es otro retrato de un mundo del espectáculo, aquí televisivo, de un artista sometido a los designios de las audiencias y sobre todo de quienes dirigen el cotarro. Se saca de la manga identidades alternativas como la del grotesco cantante de Las Vegas Tony Clifton, imitaciones de Elvis, lecturas interminables de “El gran Gatsby”, combates de lucha libre contra mujeres… Un tipo genial, insoportable y probablemente ambas cosas a la vez, cuya huella en posteriores cómicos extremos es notoria.

Los créditos iniciales ya dan una pista del componente de manipulación, con nuestro hombre dirigiéndose a nosotros; si lo real no da para más, entonces no queda otra que lanzarse a un salto sin red para quien ya desde pequeñito apuntaba maneras. Finalmente, esta “Man on the moon” se convierte en otra película más sobre enfermedades, aunque hay que decir que al adentrarse en este terreno del melodrama sale bien parada, jugando la carta como una parte más de la farsa habitual de este señor, de pronto ante una ironía del destino (el engañador engañado). Se maneja la ambigüedad con bastante elegancia, el mito de lo que es real y de lo que no, otro fraude o una cruda verdad… cargando las tintas lo justo y quedándonos al menos con la posibilidad de la fantasía, del disparate que nos puso ante las narices este Kaufman, o al menos, de esa personalidad arrolladora que nunca se termina de desvelar o entender del todo.
 
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