Si con Rogue Nation McQuarrie lograba un émulo bondiano con ALGO de tratamiento de personajes, ALGO de reposo en una narrativa menos acelerada de lo habitual y una puesta en escena ALGO elegante, en esta Fallout directamente se decanta por la acción desenfrenada, el estrellato absoluto de Cruise para eclipsar a personajes-monigote (con la salvedad de un Cavill madelmanesco gracioso en su arrogante torpeza) y una hipertrofia de espectacularidad que satura y cansa, sobre todo en un clímax marveliano insoportable. Puede que haya minucias de thrillers de Mann, Friedkin o Frankenheimer, pero me parecen eso: detallitos diluidos en un blockbuster nada memorable, sembrado de estereotipos en personajes y resoluciones. Un artificio olvidable en el que sólo destacan algunas set pieces vistosas pero sustentadas en el puro vacío. Y bueno, tal vez alguna situación de no sé si medio autoparodia de la saga también tiene su punto divertido. Lo que me parece sangrante, y creo que se ha dicho antes, es que la desgana en las escenas de conversación (menudos diálogos planos) contrasta con el esfuerzo de la acción, siendo revelador de que la película usa todo aquello que no sea boom como transición sin interés. Lo único que importa es la acrobacia. Un rollo. Y las subtramas amorosas, buf.
Por comparación y con la distancia del tiempo, la de De Palma es un milagro que pulveriza una cosa tan anecdótica como Fallout.