Es una serie apañada y con revisionismos simpáticos del mito, tirando por direcciones interesantes... y cuando quiere ser divertida lo es, pero en sus defectos es muy de los últimos años de SHERLOCK; Moffat funciona mejor en historias mucho más contenidas y Gatiss cuando se desmadra.
El primer episodio va a toda leche, quizá demasiado incluso en la forma de rodar y montar (¡tirad de atmósfera, joder!), pero ir viendo por dónde van reescribiendo los pasos que ya nos sabemos es muy curioso, porque la propia serie establece un diálogo con el fan que se conoce a Stoker, muy parecido al rollo de fidelidad con el que adaptaban Holmes (o con aquel memorable CUENTO DE NAVIDAD de Moffat para Who). Y el sentido del humor unido al del horror (los muertos, el bebé, ¡el conceptazo del lobo!).
El segundo es el mejor; expande mi parte favorita del libro así que con eso ya me ganan, pero sorprendentemente consiguen funcionar el intento de psicoanalizar al Conde ("¿por qué arrancas flores"?) sin tener que entrar en romantizaciones a lo Coppola... el problema es un poco que a Moffat ya te lo ves venir (el giro de la escalera de caracol), salvo cuando se la juegan con el girazo final.
Pero hasta ahí lo que más me ha gustado de la serie, porque el 3 me cansó mucho; hay alguna actualización coñera muy bien traída (
) y un Renfield divertido, pero los otros personajes del canon que aparecen son sosísimos; incluso Agatha pierde mucho en este episodio. Pierde todo mucho humor y se vuelve TRASCENDENTE, que es algo difícil de que no huela a muerto con los tonos anteriores y adaptando algo así.
Me ha gustado mucho Claes Bang como Drácula, alejándose del príncipe gitano en modo intenso de otras versiones; es un Vlad vacilón y cuando Bang se lo está pasando bien, se le nota, sobre todo con la cantidad de dobles sentidos y vaciles que le dan en esos primeros episodios. Y Dolly Wells también muy divertida como la monja.