Mi opinión sobre los médicos y las enfermeras en general es bastante negativa (aunque habrá de todo, imagino, como en todas partes), no tengo ningún tipo de confianza en ellos, y pienso que no deberían escoger una profesión como esa si no tienen verdadera vocación de ayudar y de intentar curar a la gente.
Solo puedo entender frases como esta (y las consiguientes), desde el desconocimiento y la rabia que puede dar un acontecimiento lamantable (y ya digo que yo he sufrido uno).
Ser médico, o enfermero, es, ante todo, un trabajo VOCACIONAL. Nadie (insisto, NADIE) podría soportarlo sin desear serlo hasta la última fibra de su ser. Y todos los profesionales de la saludo que conozco (que por mi trabajo, son muchísimos), se dejan la piel.
Lo que desde fuera no se entiende son los factores que condicionan su trabajo. Es muy duro. Uno de mis mejores amigos es supervisor de enfermería en un gran hospital. Un Viernes que habíamos quedado con él en su casa, llegó tarde, muy tarde. Le estábamos esperando. Hacía unas horas había caido un muro sobre una zanja en la que estaba trabajando un albañil. Un chavalín de apenas 19 años. El día era lluvioso. Lo habían llevado al hospital destrozado. Reventado. Con mil heridas llenas de barro y piedras. No había forma humana ni de ponerle una vía para el calmante. Consciente, pero muerto en vida. Tuvieron que ponerlo en una plataforma y lavarlo con una manguera, entre sus alaridos y viendo como se les escapaba de entre las manos sin poder hacer nada. Y cuando lo sacaron, la familia les agredió por que decían que le habían torturado.
Pedro llegó a casa hecho un guiñapo. No podía casi ni hablar. Y eso es su vida, día si, día también. Te afecta, y mucho. Y claro, cuando llegas a cierto punto, tienes que levantar un muro. Una especie de barrera para no venirte abajo. Procuras no implicarte con los pacientes. Si, suena duro, pero o los ves como números, o te retiras. No se puede soportar. Y ojo, ello no implica menor profesionalidad, pero si cierta distancia, que muchas veces se malinterpreta.
Y a veces, se cometen errores. Incluso grandes cagadas. Pero cuando llaméis a uno de ellos "hijo de puta" por que se confundió de diagnóstico, pensad en los MILES de vidas que puede haber salvado antes. ¿Es que eso no cuenta? Que rápido olvidamos lo bueno, y con cuánta facilidad culpamos por lo malo...
Manu1oo1
PD) En el caso de Were, la cosa no va de médicos (al menos en su mayor porcentaje), sino de una ineficiente administración de la clínica. Un problema frecuente que se repite con demasiada frecuencia...