Respuesta: NosoloGH. Solo puede quedar una. 5ª Ronda Eliminatoria (60's) [Juego].
El talento para la planificación de Leone me parece incomparable. Considero -aunque esta es únicamente mi opinión- que con una cámara ha habido y hay muy pocos directores tan hábiles como el italiano. Lo que ocurre es que su estilo es barroco, recargado, exagerado... lo que conlleva el empleo de técnicas que están en las antípodas de lo que se puede considerar como "sobrio" en circunstancias normales. Curiosamente, técnicas que empleaba el mismo Peckinpah, cuyo "Grupo Salvaje", sin ir más lejos, está rodada también con ópticas zoom y contiene numerosos planos en los que se usa para hacer in & outs sobre algún punto del encuadre. Y como narrador de historias, Leone, con su estética sucia y sus personajes grotescos, trataba de diferenciarse del Western de Hollywood, pero no para buscar una aproximación realista al género, sino una visión caricaturesca del mismo, porque él mismo era consciente de que no había nada más ridículo que un tío gordo de Roma rodando una película del Oeste en cinco o seis idiomas en un desierto de España.
Por eso él le da la vuelta a las convenciones del género, va mucho más al grano y muestra personajes icónicos: sus películas son lo mismo al Western tradicional que el Cómic a la novela convencional. Lo que define a Leone desde "Por un Puñado de Dólares" a "Érase una vez en América" es que sus películas son películas de un cinéfilo y fanboy a partes iguales. Desde una profunda admiración y un profundo respeto, toma elementos de cientos de filmes -no sólo Westerns, sino también cine negro y de samuráis, como "Yojimbo"- y los hace suyos a través de su particular estética y hallazgos increíbles como el músico Ennio Morricone o el mismísimo Clint Eastwood.
Leone, por ello, no es original en sentido estricto; su originalidad reside en que fue el primero en refundir y reciclar el cine que admiraba, treinta años antes de la aparición de Tarantino, que hace lo mismo que el italiano pero sustituyendo la habilidad de éste tras la cámara por una pluma incomparable para los diálogos. Curiosamente, el cine de ambos me parece que funciona, sobre todo, porque parten de situaciones que todos hemos visto en cientos de filmes y juegan con ellas; le dan la vuelta rompiendo las convenciones que toman como punto de partida, por lo que consiguen sorprenderte y engañarte como si fueran originales, cuando realmente no lo son.
El talento para la planificación de Leone me parece incomparable. Considero -aunque esta es únicamente mi opinión- que con una cámara ha habido y hay muy pocos directores tan hábiles como el italiano. Lo que ocurre es que su estilo es barroco, recargado, exagerado... lo que conlleva el empleo de técnicas que están en las antípodas de lo que se puede considerar como "sobrio" en circunstancias normales. Curiosamente, técnicas que empleaba el mismo Peckinpah, cuyo "Grupo Salvaje", sin ir más lejos, está rodada también con ópticas zoom y contiene numerosos planos en los que se usa para hacer in & outs sobre algún punto del encuadre. Y como narrador de historias, Leone, con su estética sucia y sus personajes grotescos, trataba de diferenciarse del Western de Hollywood, pero no para buscar una aproximación realista al género, sino una visión caricaturesca del mismo, porque él mismo era consciente de que no había nada más ridículo que un tío gordo de Roma rodando una película del Oeste en cinco o seis idiomas en un desierto de España.
Por eso él le da la vuelta a las convenciones del género, va mucho más al grano y muestra personajes icónicos: sus películas son lo mismo al Western tradicional que el Cómic a la novela convencional. Lo que define a Leone desde "Por un Puñado de Dólares" a "Érase una vez en América" es que sus películas son películas de un cinéfilo y fanboy a partes iguales. Desde una profunda admiración y un profundo respeto, toma elementos de cientos de filmes -no sólo Westerns, sino también cine negro y de samuráis, como "Yojimbo"- y los hace suyos a través de su particular estética y hallazgos increíbles como el músico Ennio Morricone o el mismísimo Clint Eastwood.
Leone, por ello, no es original en sentido estricto; su originalidad reside en que fue el primero en refundir y reciclar el cine que admiraba, treinta años antes de la aparición de Tarantino, que hace lo mismo que el italiano pero sustituyendo la habilidad de éste tras la cámara por una pluma incomparable para los diálogos. Curiosamente, el cine de ambos me parece que funciona, sobre todo, porque parten de situaciones que todos hemos visto en cientos de filmes y juegan con ellas; le dan la vuelta rompiendo las convenciones que toman como punto de partida, por lo que consiguen sorprenderte y engañarte como si fueran originales, cuando realmente no lo son.
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