Respuesta: Nueva versión de "Los Miserables" con Hugh Jackman
Va por ustedes.
(
Les misérables, Tom Hooper, 2012)
Tendré que empezar diciendo que Tom Hooper venía señalado por una marca difícil de eliminar (y creo que es una marca que muchos le pusieron, con o sin razón, ahí lo dejo a gusto del consumidor): "El discurso del rey" fue, es y será una de las películas más aburridas e insulsas del séptimo arte. Es imposible negarle cierta pericia escénica y una exposición lograda de una ambientación de época sobresaliente al respecto pero en cuanto a realización era un sopor y algo tremendamente plano, sin mucho más que añadir o aportar. "Los miserables" partía y parte que es un musical pero miedo me daba recordar quien era el director.
Una vez dado el salto y una vez finalizado el metraje diré, con toda satisfacción, que "Los miserables", a pesar de ser académica y una realización realmente solemne y más seria de lo que podría uno imaginar es imposible que yo le ponga más peros a un producto de estas condiciones y con estos acabados. Sólo dos errores para mi gusto, cuentan en su haber: la cámara es demasiado exesiva en muchas ocasiones, con efectos demasiado embriagantes como para conseguir el efecto deseado y un poquito más de descanso entre canción y canción no hubiese venido nada mal. No es lo mismo una obra de teatro, donde el tono es el adecuado y otra muy distinta el cine, donde es necesario una transición, un cambio de tono entre el fin de una canción y el principio de otra. Esta película con diálogos hubiese sido redondez absoluta.
Por lo demás indicar que es un filme de una embergadura apabullante. Desde los primeros minutos, con esa bandera hundiéndose en el fondo del mar mientras la cámara se acerca hasta los condenados que arrastran el barco (y con él su vida atada a unas cadenas) donde es puro espectáculo. Y aunque puedo entender que quizás el tono teatral pueda chocar o no ser del gusto del consumidor que con los ingredientes mostrados pudiera esperar algo más de epicidad física o algo más de espectáculo cinematográfico, "Los miserables" de Tom Hooper se basa en el clásico de Victor Hugo pero a su vez en el eterno musical. Y veo una evidente traslación teatral en todos y cada uno de los pequeños episodios que componen este mamotreto bestial y sin concesiones: lo tomas o lo dejas, no hay termino medio.
Actores entregados que si bien es cierto no logran todos el do de pecho esperado (Crowe es el que podría agitar la banderita al respecto. Eso sí, para cuando hagan el biopic de David Bowie que cuenten con él... ¡es él, es él!) consiguen, ofrecen, logran y plasman unos personajes realmente vívidos, vitales, con las emociones a flor de piel y los sentimientos cargados de matices, cargados de ilusiones, esperanzas y rotos por la sociedad que les ha tocado vivir y sufrir. Envueltos en la epicidad de lo trágico, en la desgracia de vivir bajo una tiranía y unas leyes sumamente estrictas "Los miserables" evoca, para mi gusto, a los musicales de toda la vida. Los que tanto me emocionan y los que tanto me agradan. Oigo (y veo) ecos de casos como "Oliver!", "Sweeney Todd", "Moulin Rouge!" pero también cierto intento (no tan logrado pero si evidente) desperdigados y con la única intención de poder formar parte entre todos ellos.
Numeros escénicos que gritan fuerte el trabajo efectuado y la laboriosidad pertinente, donde cada set piece y cada monólogo cantado es toda una declaración de intenciones, llama la atención los momentos clave donde Hugh Jackman rompe su condicional y esparce los pedazos al viento, como si eso le despojara de una losa enorme reconvertido en un hombre nuevo y (supuestamente) libre, Russell Crowe caminando siempre al filo de la navaja, en lo alto de un puente o un balcón, como si ese caminar al límite fuese una prolongación de sus sentimientos y su moralidad: no comprende como algo tan sencillo y simple como el perdón puede darle qué pensar siendo un hombre de justicia extrema, o esa Anne Hathaway, rota por dentro y destrozada por fuera, grita y llora desconsolada ante la situación triste y desgarradora que le ha tocado vivir. Su canto en soledad es el momento más emotivo (también creado para ello) y consigue transmitir todas las emociones necesarias para ser, quizás, el puntal o la punta de un iceberg realmente conseguido. Añadámosle una ambientación más que convincente donde unos cuantos juegos visuales y algún que otro fuego de artificio logran redondear el producto.
Quizás son menos interesantes para mi gusto las partes de Cohen y Bonham Carter, donde entiendo la caracterización bufonesca y el humor cómplice para romper un poco la tensión y la desgracia del momento pero su exceso de protagonismo y su necesidad constante de provocar la risa forzada (me) rompe el tono general. Pero son pequeñas pinceladas. Repleta de romanticismo, amor, desgracia, entrega, pasión y sobre todo respeto por un género concreto, "Los miserables" de Tom Hooper, consigue ser uno de los musicales más extremos y más ariesgados de cuantos me haya encontrado. Que cuenta con mi admiración, mi respeto y sobre todo mi aplauso más sincero. Hooper lo ha conseguido. Es un espectáculo de primera orden.