Antikorper, El ángel de la oscuridad
Cojonuda de la muerte. Se trata de un thriller alemán con psicópata al estilo de El silencio de los corderos, por no decir que es en algunos aspectos un calco total, ya que hay veces que se pasa bastante con el "homenaje". Un depravado psicópata es detenido y encarcelado, se confiesa autor de catorce asesinatos, pero hay uno cuyas pruebas no encajan. El protagonista, un pazguato y pusilánime poli de pueblo, tendrá que investigar y vérselas con el asesino, que le irá poniendo a prueba a medida que sus indagaciones avanzan, afectándole psicológicamente y llegando a hacer que se cuestione lo que hasta entonces tenía por bueno, y todo aquello por lo que más aprecio y seguridad siente.
Como digo, a ratos se parece demasiado a El silencio de los corderos, solo que en versión alemana, con frases del malo tales como "sois todos como corderos, jajajaja..." o "¿a quien se esperaba usted, a Hannibal Lecter?". Pero la película en sí es cojonuda, un thriller psicológico con todos los ingredientes de las pelis de psicópatas. Si bien en un principio es bastante lentorra y aburre un poco, luego se pone las pilas y mantiene el interés hasta el final, con un crescendo terrorífico que pone los pelos de punta. Tampoco es que invente nada nuevo, hay ciertos momentos y lugares comunes bastante tópicos, y la historia es del todo menos original, pero por otra parte es, a parte de un thriller escabroso, una reflexión entre el bien y el mal, o más bien sobre la idea que se tiene de bien y de mal. Lo visceral, lo reprobable, lo amoral, lo repugnante, frente a lo virtuoso, lo casto, lo puro, etc. que en ocasiones es, desgraciadamente, una máscara, una falsedad hipócrita bajo la cual hay algo que no queremos ver. Los personajes son estereotipados y má sosainas que Christopher Nolan el día de su comunión (pedazo de comparación me ha salido), pero aún así son afectados por esta dualidad, y toda la película gira en torno a ella. El malo es como el alter-ego del prota.
Como cosas negativas, yo diría que tiene ese aire cutre-telefilmero soseras típico alemán, que recuerda desagradablemente a la horrible serie esa del perro Rex, y además, el director se flipa a veces con la cámara, poniéndose a hacer virguerías incomprensiblemente, como enfocar innecesariamente a los personajes desde chorrocientos ángulos distintos, picados, contrapicados, etc. mientras se salta el eje y da vueltas en plan tiovivo (por suerte, esto es solo en algunas escenas).
A parte de eso, una peli muy competente en la que el director sabe como utilizar los recursos de la narración. También hay una buena historia y un buen guión que, aunque no sean muy originales, sirven para hacer una peli interesante de las que no te esperas gran cosa y luego te sorprenden.
NOTA: 7'5