PAN METRON
Menudo desfase
Respuesta: Películas que vais viendo en casita
El planeta de las tormentas (Pavel Klushantsev, 1962)
Resulta que, siendo los primeros en mandar bichos y artefactos sospechosos al espacio, los soviéticos estén tan poco representados en el cine de ciencia-ficción. Es de suponer que su más que lógica ansia de trasladar la dictadura del proletariado al cosmos debería reflejarse en grandes sagas cinematográficas repletas de aguerridos cosmonautas ucranianos y cosas similares.
Pues no.
Son relativamente pocas las pelis de ciencia ficción soviética que nos han llegado de la época gloriosa de la Unión Soviética. Por lo que se ve no estaban para gastar dinero en chorradas alienígenas y las que hacían no se exportaban. Incluso ahora, en pleno festival de cultura libre por internet, es difícil encontrarlas.
Planet Bur es una de esas pocas.
La película empieza a tope con un meteorito destruyendo una de las tres naves soviéticas que están orbitando alrededor de Venus. El fatalismo ruso y la seriedad del hombre de ciencia comunista
quedan probadas con ese comienzo y con la entereza imperturbable con la que los héroes cósmicos del pueblo se toman la desgracia. Esto será una constante en toda la peli.
Impasible el ademán pase lo que pase. Como corresponde a un comunista de los de antes.
Decididos a explorar el planeta, se arriesgan a descender a pesar de faltarles una nave. Lo que se encuentran es un festival de tópicos que demuestran que en esto de la ciencia ficción todos pensamos en las mismas tonterías, ya seamos recios cineastas comunistas, instruyendo a la par que entreteniendo al proletariado, o ambiciosos capitalistas que buscan sacarles los cuartos a la chavalada.
¡El ficus carnívoro venusiano!
¡Robots contra hombres lagarto!
¡Diplodocus alienígenas!
Entre todo este glorioso festival de chorradas hay que destacar al puto robot, un armatoste impresionante que se llama ¿John?, que solo obedece si lo tratas con respeto y si te pasas dándole órdenes te suelta un discurso sobre que es un robot libre y no un esclavo. ¡El robot comunista perfecto!
También me impresionó el vehículo flotante con el que exploran Venus y se enfrentan a dinosaurios voladores. Muy convincente el efecto, e incluso lo hace sobre el agua y la lava. George Lucas le echó un ojo seguro.
Nuestros proletarios del espacio, entre aventura y aventura, hablan del gobierno mundial, del origen de la vida, de la bondad del ser humano y de las teorías de Darwin. Para que se note que esto no es una tontería de esas americanas de serie-b.
Hay que denunciar que los capitalistas, comandados por ese sucio especulador llamado Roger Corman, se hicieron con esta película y la despedazaron para usar sus escenas más espectaculares crear típicos productos industriales alienantes, como "Voyage to the Planet of Prehistoric Women".
Se puede comprobar en el cartel italiano como la propaganda capitalista desvirtúa por completo el mensaje de esta obra maestra del cine soviético.
Es necesario aclarar que en la peli no sale ninguna rubia ligera de ropa.
Lo que si sale es una valiente cosmonauta rusa llamada Masha que es la única que muestra emociones y se descontrola un poco llegando a poner en peligro toda la misión, lo que lleva a uno de los científicos a exclamar un estremecedor "Se puede hacer que un robot piense, pero con una mujer no" que es claramente una denuncia de un machismo clasista, vestigio de tiempos pasados.
Imprescindible.
El planeta de las tormentas (Pavel Klushantsev, 1962)
Resulta que, siendo los primeros en mandar bichos y artefactos sospechosos al espacio, los soviéticos estén tan poco representados en el cine de ciencia-ficción. Es de suponer que su más que lógica ansia de trasladar la dictadura del proletariado al cosmos debería reflejarse en grandes sagas cinematográficas repletas de aguerridos cosmonautas ucranianos y cosas similares.
Pues no.
Son relativamente pocas las pelis de ciencia ficción soviética que nos han llegado de la época gloriosa de la Unión Soviética. Por lo que se ve no estaban para gastar dinero en chorradas alienígenas y las que hacían no se exportaban. Incluso ahora, en pleno festival de cultura libre por internet, es difícil encontrarlas.
Planet Bur es una de esas pocas.
La película empieza a tope con un meteorito destruyendo una de las tres naves soviéticas que están orbitando alrededor de Venus. El fatalismo ruso y la seriedad del hombre de ciencia comunista
quedan probadas con ese comienzo y con la entereza imperturbable con la que los héroes cósmicos del pueblo se toman la desgracia. Esto será una constante en toda la peli.
Impasible el ademán pase lo que pase. Como corresponde a un comunista de los de antes.
Decididos a explorar el planeta, se arriesgan a descender a pesar de faltarles una nave. Lo que se encuentran es un festival de tópicos que demuestran que en esto de la ciencia ficción todos pensamos en las mismas tonterías, ya seamos recios cineastas comunistas, instruyendo a la par que entreteniendo al proletariado, o ambiciosos capitalistas que buscan sacarles los cuartos a la chavalada.
¡El ficus carnívoro venusiano!
¡Robots contra hombres lagarto!
¡Diplodocus alienígenas!
Entre todo este glorioso festival de chorradas hay que destacar al puto robot, un armatoste impresionante que se llama ¿John?, que solo obedece si lo tratas con respeto y si te pasas dándole órdenes te suelta un discurso sobre que es un robot libre y no un esclavo. ¡El robot comunista perfecto!
También me impresionó el vehículo flotante con el que exploran Venus y se enfrentan a dinosaurios voladores. Muy convincente el efecto, e incluso lo hace sobre el agua y la lava. George Lucas le echó un ojo seguro.
Nuestros proletarios del espacio, entre aventura y aventura, hablan del gobierno mundial, del origen de la vida, de la bondad del ser humano y de las teorías de Darwin. Para que se note que esto no es una tontería de esas americanas de serie-b.
Hay que denunciar que los capitalistas, comandados por ese sucio especulador llamado Roger Corman, se hicieron con esta película y la despedazaron para usar sus escenas más espectaculares crear típicos productos industriales alienantes, como "Voyage to the Planet of Prehistoric Women".
Se puede comprobar en el cartel italiano como la propaganda capitalista desvirtúa por completo el mensaje de esta obra maestra del cine soviético.
Es necesario aclarar que en la peli no sale ninguna rubia ligera de ropa.
Lo que si sale es una valiente cosmonauta rusa llamada Masha que es la única que muestra emociones y se descontrola un poco llegando a poner en peligro toda la misión, lo que lleva a uno de los científicos a exclamar un estremecedor "Se puede hacer que un robot piense, pero con una mujer no" que es claramente una denuncia de un machismo clasista, vestigio de tiempos pasados.
Imprescindible.
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