Ropit
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Respuesta: Películas que vais viendo en casita
Esta tierra es mía (Renoir, 1943). Gran actuación de Laughton, joven y bellísima O'Hara, todos los actores bien llevados, en especial el astuto y complejo mayor alemán, y una buena dirección de Renoir para una absoluta obra menor donde el caráter panfletario se convierte en protagonista hasta un final sermoneador de perogrulladas. Ya sé que es del 43, que es americana, que el código Hayss, pero, por ejemplo, "Los verdugos también mueren" de Lang se la come con patatas. Por no hablar, ya fuera de Hollywood, de la Roma de Rossellini.
La Dama de Shanghai (Orson Welles, 1947). Welles consigue un impregnar su obra de un ambiente en el que todo huele a podrido, un auténtico noir sucio donde el antihéroe es el menos malo. Magníficas caracterizaciones, sobre todo, el abogado Bannister, y destacar las habituales virguerías de Welles tras la cámara, a la cabeza el famoso juego con los espejos en el clímax. No obstante, la cinta adolece de un guión deslabazado, a trompicones y con motivaciones poco verosímiles en algunos personajes.
Mr. Arkadin (Orson Welles, 1955). Sensación bastante parecida a la anterior, brillante dirección de Welles, otra vez un noir con premisa inquietante y, esta vez, bastante autoinfluenciado por su Ciudadano Kane en esa búsqueda del pasado de un multimillonario. Las apariciones casi demiúrgicas del personaje de Arkadin/Kane otorgan un tono metafísico al relato de investigación llevado a cabo por el acertado personaje de Michael Redgrave. Pero el guión otra vez flaquea, con el prota viajando por todo el mundo y encontrándose casi siempre no sólo con Arkadin sino también con su hija.
El Cuarto Mandamiento (Orson Welles, 1942). Aquí Welles cogeel melodrama y lo llena de una cantidad de matices en todos sus personajes y relaciones sin el habitual defecto en este género de exagerarlo, trata sentimientos brutales de manera sutil y sobria, juega magistralmente con la cámara como en ese momento en que nos muestra lo que acontece en 3 pisos de la mansión de los Amberson. Lástima que se trate de una película salvajemente mutilada y se note mucho, sobre todo, por el mayor alcance que se intuye con otros temas como la llegada de la tecnología o la caída de la aristocracia pero que queda muy cojo y sólo vemos piceladas. No es redonda por ello.
El Tercer Hombre (Carol Reed, 1949). Ésta sí es redonda, todo, la trama, los personajes, ella, la mágica aparición de Welles, la fotografía, la ambientación, la música, el montaje del tramo de acción, todo luce desde el principio y sabes que estás viendo un gran noir clásico, de esos 10 ó 15 que están en boca de todos, pero lo que, para mí, la hace única es el final, es la guinda del pastel, le da una tercera dimensión a la película, lo hostia en verso de lo antimaníqueo y en la época en que lo hace todavía más mérito, el amor hacia él a pesar de. Maravillosa.
Esta tierra es mía (Renoir, 1943). Gran actuación de Laughton, joven y bellísima O'Hara, todos los actores bien llevados, en especial el astuto y complejo mayor alemán, y una buena dirección de Renoir para una absoluta obra menor donde el caráter panfletario se convierte en protagonista hasta un final sermoneador de perogrulladas. Ya sé que es del 43, que es americana, que el código Hayss, pero, por ejemplo, "Los verdugos también mueren" de Lang se la come con patatas. Por no hablar, ya fuera de Hollywood, de la Roma de Rossellini.
La Dama de Shanghai (Orson Welles, 1947). Welles consigue un impregnar su obra de un ambiente en el que todo huele a podrido, un auténtico noir sucio donde el antihéroe es el menos malo. Magníficas caracterizaciones, sobre todo, el abogado Bannister, y destacar las habituales virguerías de Welles tras la cámara, a la cabeza el famoso juego con los espejos en el clímax. No obstante, la cinta adolece de un guión deslabazado, a trompicones y con motivaciones poco verosímiles en algunos personajes.
Mr. Arkadin (Orson Welles, 1955). Sensación bastante parecida a la anterior, brillante dirección de Welles, otra vez un noir con premisa inquietante y, esta vez, bastante autoinfluenciado por su Ciudadano Kane en esa búsqueda del pasado de un multimillonario. Las apariciones casi demiúrgicas del personaje de Arkadin/Kane otorgan un tono metafísico al relato de investigación llevado a cabo por el acertado personaje de Michael Redgrave. Pero el guión otra vez flaquea, con el prota viajando por todo el mundo y encontrándose casi siempre no sólo con Arkadin sino también con su hija.
El Cuarto Mandamiento (Orson Welles, 1942). Aquí Welles cogeel melodrama y lo llena de una cantidad de matices en todos sus personajes y relaciones sin el habitual defecto en este género de exagerarlo, trata sentimientos brutales de manera sutil y sobria, juega magistralmente con la cámara como en ese momento en que nos muestra lo que acontece en 3 pisos de la mansión de los Amberson. Lástima que se trate de una película salvajemente mutilada y se note mucho, sobre todo, por el mayor alcance que se intuye con otros temas como la llegada de la tecnología o la caída de la aristocracia pero que queda muy cojo y sólo vemos piceladas. No es redonda por ello.
El Tercer Hombre (Carol Reed, 1949). Ésta sí es redonda, todo, la trama, los personajes, ella, la mágica aparición de Welles, la fotografía, la ambientación, la música, el montaje del tramo de acción, todo luce desde el principio y sabes que estás viendo un gran noir clásico, de esos 10 ó 15 que están en boca de todos, pero lo que, para mí, la hace única es el final, es la guinda del pastel, le da una tercera dimensión a la película, lo hostia en verso de lo antimaníqueo y en la época en que lo hace todavía más mérito, el amor hacia él a pesar de. Maravillosa.
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