Ya lo habéis dicho todo. No sé hasta qué punto puedo estar condicionado por la lectura del libro, pero me ha parecido otro puntazo fincheriano. Si este hombre hace peli buena seguida de peli pa' pasar el rato, ahora tocaba una buena después de la medianía de “Millenium”, y a mi parecer, así ha sido.
Relativa vuelta a los orígenes de Fincher, es decir, historias de base novelesca, “de género”, efectistas, etc. concebidas como entretenimiento de gran impacto estético, pero también como inmersión en los problemas de la sociedad contemporánea, con una visión muy negra, muy nihilista, tanto del ser humano como de la realidad en que vive. “Seven” y “El club de la lucha” serían de éstas. Luego Fincher evoluciona y se vuelve más ambicioso, “Zodiac” y “La red social” son el mismo cine cuidadosamente estilizado, perfeccionista y con un poso de negrura, pero son más analíticas, más cerebrales y con los pies en la tierra. “Benjamin Button” la encuentro un intento impersonal por hacerse con el Oscar, un rollo que no le va demasiado. “Perdida”, por lo tanto, tiene un pie en el género policiaco de toda la vida, con sus piezas de rompecabezas que encajan entre sí, sin fisuras... y por otra parte, es un sórdido melodrama que va sobre el matrimonio, las relaciones familiares, la verdadera identidad, distorsionada por la mirada del otro y los medios de comunicación.
Extremadamente fiel y meticulosa adaptación, al estilo de “El topo” de Alfredson, por cómo pretende resumir una trama enrevesada mediante detalles visuales precisos y una narración muy concentrada, donde ocurre de todo. Salvo un par de momentos (el descubrimiento del giro, con las tramas que confluyen, y el monólogo videoclipero de las “chicas enrolladas”, tirándo los bolígrafos de colorines por la ventana), mucha contención, con la fotografía apagada marca de la casa (creando esa estética tan “normal” y a la vez tan perturbadora), la fiel colaboración de Trent Reznor y Atticus Ross (otra lección de juntar imágenes y música, inseparables una de la otra) y un gran nivel de montaje y planificación, en general. Los actores; el Affleck haciendo de palurdo es inimitable. Rosamund Pike no es un bellezón, pero tiene elegancia, carisma y resulta ambivalente (lo mismo una mujer encantadora que una cabrona psicópata). Les rodean unos secundarios excéntricos; los padres progres, el Neal Patrick Harris grimoso... que son también un acierto de cásting.
Estupenda, aún siendo más larga que un día sin pan.