Harkness_666
Son cuatro
Me he visto They shall not grow old, el documental sobre la gran guerra hecho por este hombre, a modo de conmemoración (el año pasado) de los 100 años del final del conflicto:
Jackson es por lo visto un gran fanático y conocedor de la primera guerra mundial y su abuelo combatió en el bando británico. El presente documental es esencialmente un bonito homenaje a los que lucharon, la mayoría de ellos prácticamente niños en el momento de alistarse. A partir de testimonios en off de los veteranos (grabados en los 60 y 70) y de imágenes de archivo, el neozelandés apuesta por reconstruir el conflicto desde el punto de vista humano, desde el relato personal y la “intrahistoria”, podría decirse, en lugar de centrarse (como ya se ha hecho hasta la saciedad) en la historia política y militar. Lo más llamativo, el trabajo de remasterización y coloreado de las imágenes, con sorprendente realismo y un punto de artificiosidad (ignoro si buscado o no, tratándose de este hombre), añadiendo incluso efectos de sonido para la recreación del ambiente y completando ciertas partes mediante ilustraciones de la época. El resultado logrado es muy emotivo, con el ojo puesto en determinados rostros y expresiones anónimas que destacan entre las imágenes conservadas; gracias a la magia del cine y de la tecnología actual aquellos tipos parecen regresar por un instante a la vida.
El primer tercio incide especialmente en el proceso de reclutamiento y entrenamiento: ellos cuentan las ingenuas expectativas que tenían, sus ideas sobre la patria… que hoy nos resultan ajenas y como de otro tiempo, pero que entonces daban sentido a una visión del mundo. La vida en las trincheras fue un infierno y nos relatan todas las penalidades vividas en ellas, recreándose sin reparo en las anécdotas más truculentas, con la muerte acechando día tras día (todo lo que, en definitiva, nos ha enseñado el cine de mejor o peor manera); hubo también momentos de asueto, de camaradería (un poco forzada por las circunstancias a veces), sorprende que alguno incluso recuerda experiencias positivas de aquello, o al menos no solamente lo malo… lo último por lo que pasaron estos tipos fue por la inadaptación, la incomprensión y el rechazo de quienes antes fueron los suyos, incapaces ya de entender por lo que habían pasado (difícil que todo vuelva a la normalidad tras semejantes experiencias). Atención al respeto, confraternización incluso, para con el enemigo alemán capturado; la película se centra en el lado británico, pero de hacerlo con el otro bando, poco o nada cambiaría.
Jackson es por lo visto un gran fanático y conocedor de la primera guerra mundial y su abuelo combatió en el bando británico. El presente documental es esencialmente un bonito homenaje a los que lucharon, la mayoría de ellos prácticamente niños en el momento de alistarse. A partir de testimonios en off de los veteranos (grabados en los 60 y 70) y de imágenes de archivo, el neozelandés apuesta por reconstruir el conflicto desde el punto de vista humano, desde el relato personal y la “intrahistoria”, podría decirse, en lugar de centrarse (como ya se ha hecho hasta la saciedad) en la historia política y militar. Lo más llamativo, el trabajo de remasterización y coloreado de las imágenes, con sorprendente realismo y un punto de artificiosidad (ignoro si buscado o no, tratándose de este hombre), añadiendo incluso efectos de sonido para la recreación del ambiente y completando ciertas partes mediante ilustraciones de la época. El resultado logrado es muy emotivo, con el ojo puesto en determinados rostros y expresiones anónimas que destacan entre las imágenes conservadas; gracias a la magia del cine y de la tecnología actual aquellos tipos parecen regresar por un instante a la vida.
El primer tercio incide especialmente en el proceso de reclutamiento y entrenamiento: ellos cuentan las ingenuas expectativas que tenían, sus ideas sobre la patria… que hoy nos resultan ajenas y como de otro tiempo, pero que entonces daban sentido a una visión del mundo. La vida en las trincheras fue un infierno y nos relatan todas las penalidades vividas en ellas, recreándose sin reparo en las anécdotas más truculentas, con la muerte acechando día tras día (todo lo que, en definitiva, nos ha enseñado el cine de mejor o peor manera); hubo también momentos de asueto, de camaradería (un poco forzada por las circunstancias a veces), sorprende que alguno incluso recuerda experiencias positivas de aquello, o al menos no solamente lo malo… lo último por lo que pasaron estos tipos fue por la inadaptación, la incomprensión y el rechazo de quienes antes fueron los suyos, incapaces ya de entender por lo que habían pasado (difícil que todo vuelva a la normalidad tras semejantes experiencias). Atención al respeto, confraternización incluso, para con el enemigo alemán capturado; la película se centra en el lado británico, pero de hacerlo con el otro bando, poco o nada cambiaría.