Atreyub
En busca y captura
Respuesta: Pixar's BRAVE / INDOMABLE (2012)
(Id, Mark Andrews / Brenda Chapman / Steve Purcell, 2012)
Con este título, Pixar me ha dejado claro que se quiera o no Disney es y será la número uno como referente en el campo de la animación. Es un referente imposible de obviar, es una marca registrada que conlleva y encierra mucho tema a debatir. Pero para no irnos por los cerros si no compete indicaré que Pixar ha querido hacer su Disneyada propia. Ha querido alejarse por un momento de las ideas propias donde se daba vida (propia) a elementos comunes como podían ser los peces, los juguetes o los coches y crear aquí una historia con el aroma clásico y el universo propio de las princesas.
Sólo que como viene siendo el nuevo cuño aquí parten de la nueva ola / moda / forma: la princesa ya no necesita un príncipe que la proteja, la defienda, la dirija o la venga a rescatar. Son las nuevas princesas del S. XXI. Son gallardas, heroinas de flecha certera, bravas y valientes, cabalgan y luchan. Sólo les falta eructar con los pies en la mesa y sonarse los mocos con un agujero tapado. No hay príncipe y si lo pretenden presentar son meros mindundis que no tienen voz, no tienen figura y son tomados por tontos pazguatos que de vivir en la era Tuenti se peinarían como Justin Beaver para posar y aclamar amigos imaginarios.
Merida (y su pequeño universo) navega y vuela en otra honda, en otro tono. Y eso parte bien. Quizás choca y suena a extraño que una princesa (Disney) quiera vivir su propio destino, saltarse las reglas, saltarse la aristocracia marcada por el legado de una familia. Choca que el carácter de Merida sea tan individualista, tan ajeno y alejado de un estereotipo que hemos estado contemplando durante tantos años (más de 70 que no son pocos). Pero esto es Disney y si bien es cierto intentan dar una vuelta de tuerca a las clásicas historias de princesas siguen empleando los manidos targets que acaban completando y contemplando (casi) todos y cada uno de los filmes pertenecientes a los clásicos de esta empresa: familia, equipo, amistad, amor, comprensión, fuerza, conjunto, etc.
"Brave" es un rara avis que no cuenta con un príncipe para una princesa, no cuenta con un villano con forma física (un oso a modo de bestia es un tanto extraño tomarlo como el enemigo formal de una película), le falta un tono concreto pues es difícil de definir donde acaba el costumbrismo de la rutina palaciega, donde empieza la épica y aventura, donde lo encajamos para que no cueste (incluso la bruja sale desdibujada más allá de una comicidad marca de los nuevos tiempos y sin mucho terror que la envuelva).
Pero a pesar de todos estos pequeños detalles que son importantes para darle forma al conjunto y cuesta encajarlos (en principio) indicaré que "Brave" me parece un producto digno, un guiño y unas formas perfectas para conseguir la simbiosis necesaria entre las dos majors. La más Disney de Pixar / la más Pixar de Disney. Es una película que funciona muy bien como set pieces, donde el humor tira más a la sal gruesa pero no ofende, los niños que son meros secundarios no exclaman ni un sólo vocablo siendo una comedia física, casi slapstick; el príncipe convertido en oso no es un villano en sí pero sigue demostrando tener un potencial digno de estar puesto como el final épico (en menor escala y menor medida).
Visualmente es una obra de orfebrería más de la empresa. La naturalidad del entorno, la majestuosidad de los parajes (a pesar de no contar con muchos escenarios más allá del bosque y el interior del castillo), la fragilidad y sensibilidad de realismo por parte del pelo (una obra maestra en su artesanía) y no se puede negar que la fluided de movimientos es magistral. Momentos realmente logrados como la narración del padre a sus hijos sobre la batalla con el oso, Merida en el interior de las ruinas, la libertad en un día donde demuestra ser dueña de su propia vida, el duelo de flechas (que rezuma guiño al Robin Hood de la era Reitherman) o la pequeña batalla final son escenas que transmiten una realización ejemplar. Son pequeñas píldoras para un título menor pero que contiene una fuerza y un enfoque realmente conseguido.
Qué la parte Hermano Oso (madre e hija conviviendo en situación ajena a su voluntad) resulte extraña a la par que difícil de encajar o que le falte un villano no son males en sí mismos. Una película más de los clásicos Disney donde el enfoque adulto / oscuro de algo mil veces visto no es más que, como indican en la película, una leyenda creada para contar una moraleja. Por eso mismo (y todo lo expuesto arriba) yo sí compro y con sumo gusto. Porque en estos casos prefiero mil veces conocido.
(Id, Mark Andrews / Brenda Chapman / Steve Purcell, 2012)
Con este título, Pixar me ha dejado claro que se quiera o no Disney es y será la número uno como referente en el campo de la animación. Es un referente imposible de obviar, es una marca registrada que conlleva y encierra mucho tema a debatir. Pero para no irnos por los cerros si no compete indicaré que Pixar ha querido hacer su Disneyada propia. Ha querido alejarse por un momento de las ideas propias donde se daba vida (propia) a elementos comunes como podían ser los peces, los juguetes o los coches y crear aquí una historia con el aroma clásico y el universo propio de las princesas.
Sólo que como viene siendo el nuevo cuño aquí parten de la nueva ola / moda / forma: la princesa ya no necesita un príncipe que la proteja, la defienda, la dirija o la venga a rescatar. Son las nuevas princesas del S. XXI. Son gallardas, heroinas de flecha certera, bravas y valientes, cabalgan y luchan. Sólo les falta eructar con los pies en la mesa y sonarse los mocos con un agujero tapado. No hay príncipe y si lo pretenden presentar son meros mindundis que no tienen voz, no tienen figura y son tomados por tontos pazguatos que de vivir en la era Tuenti se peinarían como Justin Beaver para posar y aclamar amigos imaginarios.
Merida (y su pequeño universo) navega y vuela en otra honda, en otro tono. Y eso parte bien. Quizás choca y suena a extraño que una princesa (Disney) quiera vivir su propio destino, saltarse las reglas, saltarse la aristocracia marcada por el legado de una familia. Choca que el carácter de Merida sea tan individualista, tan ajeno y alejado de un estereotipo que hemos estado contemplando durante tantos años (más de 70 que no son pocos). Pero esto es Disney y si bien es cierto intentan dar una vuelta de tuerca a las clásicas historias de princesas siguen empleando los manidos targets que acaban completando y contemplando (casi) todos y cada uno de los filmes pertenecientes a los clásicos de esta empresa: familia, equipo, amistad, amor, comprensión, fuerza, conjunto, etc.
"Brave" es un rara avis que no cuenta con un príncipe para una princesa, no cuenta con un villano con forma física (un oso a modo de bestia es un tanto extraño tomarlo como el enemigo formal de una película), le falta un tono concreto pues es difícil de definir donde acaba el costumbrismo de la rutina palaciega, donde empieza la épica y aventura, donde lo encajamos para que no cueste (incluso la bruja sale desdibujada más allá de una comicidad marca de los nuevos tiempos y sin mucho terror que la envuelva).
Pero a pesar de todos estos pequeños detalles que son importantes para darle forma al conjunto y cuesta encajarlos (en principio) indicaré que "Brave" me parece un producto digno, un guiño y unas formas perfectas para conseguir la simbiosis necesaria entre las dos majors. La más Disney de Pixar / la más Pixar de Disney. Es una película que funciona muy bien como set pieces, donde el humor tira más a la sal gruesa pero no ofende, los niños que son meros secundarios no exclaman ni un sólo vocablo siendo una comedia física, casi slapstick; el príncipe convertido en oso no es un villano en sí pero sigue demostrando tener un potencial digno de estar puesto como el final épico (en menor escala y menor medida).
Visualmente es una obra de orfebrería más de la empresa. La naturalidad del entorno, la majestuosidad de los parajes (a pesar de no contar con muchos escenarios más allá del bosque y el interior del castillo), la fragilidad y sensibilidad de realismo por parte del pelo (una obra maestra en su artesanía) y no se puede negar que la fluided de movimientos es magistral. Momentos realmente logrados como la narración del padre a sus hijos sobre la batalla con el oso, Merida en el interior de las ruinas, la libertad en un día donde demuestra ser dueña de su propia vida, el duelo de flechas (que rezuma guiño al Robin Hood de la era Reitherman) o la pequeña batalla final son escenas que transmiten una realización ejemplar. Son pequeñas píldoras para un título menor pero que contiene una fuerza y un enfoque realmente conseguido.
Qué la parte Hermano Oso (madre e hija conviviendo en situación ajena a su voluntad) resulte extraña a la par que difícil de encajar o que le falte un villano no son males en sí mismos. Una película más de los clásicos Disney donde el enfoque adulto / oscuro de algo mil veces visto no es más que, como indican en la película, una leyenda creada para contar una moraleja. Por eso mismo (y todo lo expuesto arriba) yo sí compro y con sumo gusto. Porque en estos casos prefiero mil veces conocido.