Si no existe mayor racismo, machismo u homofobia que en el discurso de la izquierda actual. Pensar que lo más importante de una persona es su sexo, raza u orientación, que esas características de grupo te definen como parte de un colectivo de pensamiento único, y todo buscando aglutinar una intención de voto. Y encima hay que aguantar que los que ondean estas banderas acosen con esas etiquetas a los que mantienen el sentido común. Se les ha permitido darle la vuelta al mundo.