Horizonte final
Me llamaba la atención por imágenes que había visto por ahí, pero he tardado en encontrarle un hueco a la película posiblemente más apreciada y revalorizada de un cineasta despreciado por sus abundantes truños. Y por tener un tocayo tambén cineasta, genial y visionario, para colmo de males, cosa que incrementa el contraste de Dios/gitano de la cañada real.
Un cruce de aventura espacial y terror sobrenatural, con unos referentes poco disimulados que van de Alien, Solaris y El resplandor al universo de H. P. Lovecraft, en lo que sería una especie de corazón de las tinieblas conradiano en gravedad cero. Una expedición viaja al borde del sistema solar para descubrir qué ocurrió con una nave desaparecida, y allí encontrarán una pesadilla que desafía todo lo imaginable; el contraste entre la razón científica, la capacidad humana para superar sus límites gracias a la tecnología, frente a ese horror indescriptible y más allá de la locura, es uno de los temas más jugosos... pero Anderson no es amigo de la sutileza y no aprovecha bien ésto.
Hay imágenes potentes, una imaginería lograda pese a la poca originalidad, así como una tensión y unos golpes de efecto bastante bien dosificados durante todo el metraje. Lamentablemente, noto como la confusión va apoderándose del asunto hasta convertirlo todo en un sindiós, con un final que rompe con ese terror más o menos soterrado para convertirse en un videoclip de acción y explosiones, con Fishburne en plan sargento chusquero; luego parece que el guionista no sabe qué coño hacer y remata con un final que sí-que no, digno de Pesadillas de R. L. Stine. Sea como sea, el pastiche acaba funcionando no tan bien, y pierde parte de ese mal rollo inicial; una pena.
Con todo, una cosa estimable y con momentos puntuales muy jodidos (para bien); esa orgía sanguinolienta y blasfema registrada por el diario de abordo no creo que la olvide.