El otro día con un colega comentábamos, a raíz de esta
magnífica reseña de Django, la recurrencia de las representaciones y las farsas en el cine de Tarantino. Por partes.
En
Reservoir Dogs hasta le dedica un capítulo a ensayar como contar la farsa, aquél en que Holdaway le hace repetir una y otra vez a Mr. Orange los detalles de la anécdota para infiltrarse en la banda.
En
Pulp Fiction es el propio Jules el que deconstruye su propio teatro con la famosa cita bíblica (que recita 3 veces) cuando intenta comprender su significado apuntando con la pistola al atracador Ringo. La cita de Mia y Vincent en el restaurante también se puede interpretar como una representación por la naturaleza del restaurante retrotrayéndose a otra época, baile incluido.
En
Jackie Brown, Ordell tiene su propia representación montada para sacar a posibles delatores de la trena pagando la fianza y cargándoselos después, esa deliciosa escena de Beaumont que casi se repite con Jackie. Y después está el juego a 3 bandas de Jackie que se monta una película con la policía, otra con Ordell y otra con Max, siendo esta última la única verdadera.
En
Kill Bill vuelve a ser parte importantísima, de hecho lo explicita Bill en su discurso de Clark Kent y Superman, la novia quiere jugar a parecer una persona normal más. Una de las mejores escenas del díptico se da en el primer volumen en Okinawa cuando tanto ella como Hattori Hanzo fingen ser quién no son. El hermano Budd también interpreta como matón de bar.
En
Death Proof, el modus operandi de Mike es engañar a sus víctimas. Aparte, toda la primera parte gira entorno a una representación inventada por Jungle Julia con la intención de que un tío la suelte para recibir el lap-dance de Butterfly. Incluso en la segunda parte, para conseguir que les dejen el coche se inventan una historia de que una de ellas es actriz porno, otra farsa.
En
Malditos Bastardos es un no parar, Landa interpretando un papel que después admite despreciar, los bastardos viendo el show del Oso Judío como si fuera el cine, Shoshanna fingiendo ser Madame Mimieux, el plan de los ingleses en la taberna, el plan de Von Hammersmark en la premiere, el plan de Soshanna para con los nazis, el plan de Landa para acabar con la guerra ...
Y en
Django otra vez el leit motiv, las representaciones de Schultz para cada recompensa, lo del sheriff y el marshall en el pueblecito, la compra de un esclavo en la plantación de Big Daddy, la compra de mandingos con Candie, la liberación final de Django con los australianos con otra farsa, e incluso toda la ida a Candieland visualizada por Schultz como una materialización de la leyenda alemana de Sigfrido.
Y ahora en la sinopsis de
Hateful Eight pone todo el mundo finge ser quién no es ...