Hoy hace más de un año que dejé abandonado este post, y por ende, la afición. Varios factores se sumaron a ello:
-La cámara o tomavistas de Super 8 que adquirí, venía tan impecable por fuera como destrozada por dentro. La llevé a un servicio técnico corriente, donde me la dejaron por inservible, ya que, además de otros defectos, tenía un rodillo roto que ellos no podían sustituir. Había que llevarlo a algún servicio técnico especializado en estas cámaras.
-Pero sobre todo, lo que me llevó a bajar del barco fueron los precios. El Super 8 a día de hoy es una afición que no resulta económicamente viable. Me sería más barato comprar entradas para Jurasick Park. Veamos un ejemplo con precios reales:
-----Un cartucho estándar de 15 metros de película virgen dura 3 minutos de media, algo menos según a cuantos fotogramas por segundo lo proyectes.
------El precio de un cartucho de este tipo oscila entre los 20-25 euros (blanco y negro, mudo y marca la pava) y los 35 (color, sonoro, Kodak).
-------Además de comprarlo, una vez expuesta la película, hay que revelarla. Huelga decir que en España Kodak cerró todos sus laboratorios. Hay un par de laboratorios que te hacen el servicio, el cual ronda los 30-40 euros. En tiempos pretéritos estos cartuchos costaban 600 pesetas y Kodak te los revelaba GRATIS, pagando tú tan solo gastos de envío.
Así, tenemos que, poniéndonos en lo más barato, comprar, exponer y revelar un cartucho de Super 8 en 2015 tiene un coste aproximado de 50 euros, y obtienes de ello 3 minutos de película. Si ruedas en color y en sonoro, el precio se puede subir hasta los 75 euros el cartucho.
Una opción secundaria es comprar película caducada, o comprar en el extranjero, y revelarla tú mismo en casa, pero los costes iniciales son altos (el tanque de revelado cuesta unos 150 pavos, y ya ni siquiera son fáciles de encontrar), y los químicos, que están entre 60-80 euros un lote, con el que puedes revelar unos 4-5 rollos, algo más si lo reciclas (exponiéndote a que los últimos rollos no te salgan todo lo bien que sería deseable). Por supuesto, se trata de un proceso químico con resonancias a la vieja alquimia, donde debes controlar estrictamente la dilución, la temperatura, los tiempos de revelado... una sola variable que se te descuadre, te descuajina todo el revelado. Es un material MUY sensible.
La solución más práctica y sensata es olvidar para siempre el Super 8. El celuloide ha muerto, larga vida al digital. Los laboratorios que restan abiertos son como viejos dinosaurios que llevan años extinguiéndose en una muerte lenta mucho tiempo, la mayoría no les auguro ni 5 años, a no ser que a la gente le dé la locura por el celuloide. Cosa muy improbable: filmar tus recuerdos o tus trabajos en película es complejo, es costoso, la película se degrada con el paso del tiempo, y su calidad es unas 4.000 veces inferior a la que puede darte una buena cámara digital. Hay unos cuantos (incluso muchos) aficionados al Super 8 en España, que tienen toda mi admiración. Estas personas tienen un trabajo realmente complejo por delante, con décadas de experiencia: la mayoría han acabado convirtiéndose en manitas; sus propios reparadores, los "médicos" de sus propios cacharros, con mil y un trucos para su afición. Pero no nos engañemos: son la minoría.
Lo más práctico y sensato es olvidarse. Sí. Pero los que me conocéis sabéis que tengo muy poquito de sensato, y aún menos de práctico
Total, que tras un año he podido ahorrar un poquillo, y me dispongo a enviar mi cámara a un servicio de reparaciones especializado en el tema, a ver si me hacen un presupuesto sin compromiso. Tengo claro que la cosa se reducirá a 2-3 cartuchos al año como mucho... a no ser que revele yo mismo. Lo que es tentador. Algunos ya sabéis que revelo fotografías desde hace un par de años, así que tengo algo de experiencia, aunque yo revelo blanco y negro, y revelar película en color es considerablemente más complejo: implica procesar la película con un mayor número de químicos, y una adecuación de las temperaturas mucho más estricta. Pero...
Pero hay "algo" en el hecho de rodar y proyectar en celuloide, que me atrae poderosamente. Ese viejo mundillo tiene mucho poder sugestivo, y tal cosa no puede negarse. De momento, os pongo unas fotillas de mi material hasta el momento. Dios quiera que no aumente... demasiado
Este cartucho tiene una historia interesante detrás. Me venía gratis con la cámara... pero solo más tarde me enteré de que nadie, en el mundo, revelaba ya Kodachrome 40. Creo que en 2005 se reveló en Holanda la última tanda: al parecer, el proceso implicaba 25 baños en diferentes químicos, y era carísimo. Cuando me enteré, decidí destriparlo y echarle un vistazo al celuloide