Y es que Tiburón 19 es una precuela steampunk-noir del futuro de Cyborg-Tiburón, donde conoceremos al creador del híbrido una vez que el nieto Brody descubra que el asesino y director del hotel es, en realidad, el tataranieto de Tiburón IV. Una excusa muy vaga para ahorrar en vestuario y CGI, que se limita a mostrarnos al escualo trajeado en escenas continuamente oscuras con superposición de sombras de persianay mucho humo para disimular que durante el 90% de la película, el villano no es más que el propio Spielberg con una careta de los Street Sharks.