La cuestión es que van pasando los años y veo como se les va la pinza a algunos comprando sets pedales de más de 1000€ y barbaridades varias con lo que no tenía nada claro donde estaba el salto cualitativo sin gastarse una animalada. Y también siempre he sido bastante escéptico sobre que un volante mejor te hacía mejor piloto...
Vamos por partes, ahora mismo la escala de volantes está bastante clara:
Gama de entrada: Logitech Gxxx con un sistema de FFB inalterado desde el G25. El nuevo G923 añade una serie de vibraciones extra con algo llamado TrueForce, pero el FFB en sí, sigue siendo el mismo.
Gama media: Thrustmaster T300. Siempre lo he mirado con cierto desdén por incluir unos pedales que parecen de juguete, pero la versión RS GT, que es la que he comprado como podéis ver tiene un aspecto decente y el freno incluye un muy práctico tope de goma para aumentar su dureza.
Gama alta: Fanatec... Paso.
Al tema, G25 al wallapop vendido, T300RS GT por 299€ reacondicionado en amazon estado como nuevo (precio habitual 350-399€) es una proposición que me atrevo a probar y si no me convence pues de vuelta a amazon.
Pues bien, ayer mismo me llegó, puse los ajustes recomendados en varios sitios:
Conecto todo a las 22:00, configuro, abro Iracing a las 22:10 y veo que la siguiente sesión en Indianapolis es a las 22:15. Aún no he dado ni una vuelta con el volante... Pero me vengo arriba y me apunto, mientras duran los 5 minutos de práctica hago la calibración, ajusto los botones y copio la configuración recomendada en iracing. Trago saliva, entro en qualy, que consiste en hacer dos vueltas seguidas sin posibilidad de repetir y consigo hacer una vuelta a fondo en sexta marcha totalmente limpia. Ahí pienso, pues que bien, sensaciones buenas me ha salido fácil, pero todo pasa tan rápido que no sé si ha sido casualidad. Hago P2 con toda mi sorpresa... Bueno, suerte, pienso, supongo.
Empieza la carrera a 60 vueltas y sí, joder, sí, esto es otro mundo. La sensación de trazar las curvas de indianapolis a 370 kmh con aplomo y control de la situación son únicas, el volante me transmite una suavidad en el movimiento y respuesta a años luz de logitech, de repente ya no tengo miedo de estamparme contra el muro, sé al comienzo de la curva si voy demasiado rápido o no, y tengo las décimas de segundo suficientes para corregir, algo que antes era muy difícil. La sensación de ir en recta con el volante suave pero al iniciar la curva va aumentando su dureza es realmente espectacular, te transmite todo lo que está pasando y te lo crees.
La carrera tiene de todo, varias banderas amarillas y tres paradas en boxes, un gran ambiente, un ligero toque en el alerón me obliga a que la parada sea más larga de lo normal para reparar y me uno en P17. Consigo enlazar adelantamientos y después de otros incidentes consigo llegar a P7 a falta de 5 vueltas. Supongo que por problemas de neumáticos de los de alante percibo como tengo mejor ritmo que la cabeza y en la penúltima vuelta llego a P3 entrando a meta a una décima del P2.
90 minutos en los que gozo como un gorrino y me enfado un montón por haber esperado tanto a mejorar el volante.