Respuesta: Sir Scott vuelve a Alien, o no: Prometheus
Revisión al canto. Y que bien le/me ha sentado, señores. Gazpacho de calidad.
Prometheus, la gran criticada del 2012, (me) demuestra que esta caja de muñecas rusa es un cúmulo de situaciones donde Scott intenta apartarse, supuestamente, del universo Alien pero cuanto más se observa más cerca está de él, no se puede evitar y él mismo no debería forzar la máquina. Sigue siendo un batiburrillo de ideas, propuestas, flipadas de director - guionista con ansias de hacer algo grande pero desde luego el resultado, aunque pueda parecer confuso y/o extraño, no deja de tener cierta coherencia y ofrece un producto más que satisfactorio y que merece una nueva oportunidad para todo aquel que creyó que se le había tomado el pelo.
No es más que otra vuelta de tuerca para contar lo mismo sólo que esta vez sin recurrir al terror como elemento principal (aunque hayan escenas maravillosas al respecto: la cesarea, la nueva criatura que surge del interior del charco negro, la nueva transformación grotesca del científico...) y que enfoca más la cámara hacia el suspense o la acción a cuenta gotas. Una puesta al día de la esencia de Alien sólo que Ridley ha apostado esta vez por un tono algo más intimista de lo que cabía esperar.
Una confrontación entre robótica con más sentimientos y constantes emocionales que los propios humanos (David vs. Vickers), un deseo humano más allá de todo lo posible (Weyland deseando contactar con los Ingenieros para conseguir la inmortalidad) agitado y mezclado en un cocktail de factura impecable, exposición de elementos en estado de gracia cuya fotografía resulta uno de los ingredientes más llamativos desde el primer plano y con una elegante puesta en escena donde la fantasía (la primera escena con el ingeniero siendo un sacrificio), el suspense (la entrada en la nave) y el terror (la cesarea) van de la mano sin perderse por el camino y demostrándome, una vez más, que Scott sabe jugar con el espectador y a su vez darle algo más de perspectiva a lo que ya conocíamos con mucho riesgo de acabar lapidado pero que por mi que siga con la nueva tónica que, ahora sí, yo la aplaudo.