Respuesta: Sofia Coppola prepara Somewhere
Coppolita mantiene su constante temática que a estas aturas casi podría decirse que es el eje sobre el que bascula toda su cinematografía; el hastío vital, reflejado en personajes que aparentemente lo tienen todo para ser felices pero por alguna razón se mantienen atrapados en un punto de sus vidas donde el avance resulta imposible. Toda su obra está transida de este sentimiento; esto da lugar a una serie de films en los que el tedio, la apatía y la sensación de que los personajes no buscan la felicidad sino que más bien se alejan de ella son reflejo continuo -quien sabe- si de su propia directora.
Somewhere no es sólo una excepción, sino que en ese sentido es el más Soffiacoppolista de sus films. Desnudado de las arquitecturas que enmascaran la pureza de su narración (sea Tokyo, sea Versalles), aquí se centra en un personaje al que vemos roto desde el primer momento (impagable y elocuente la primera escena con The twin strippers). Stepehn Dorff interpreta a la estrella que le hubiera gustado ser con bastante clarividencia; una estrella empachada de la vacuidad de su vida, y a la que la aparición de su hija pequeña parece abrirle una vía alternativa.
La película es de una enorme sencillez, pero tremendamente humana. A fin de cuentas Lost in translatio A.K.A. "Que hago yo aquí, rodeá de chinos" tampoco es que contara algo muy diferente. Tan sólo quedaba adornada con el efectismo de neón y la excentricidad de Tokyo a ojos occidentales. Toda esta parafernalia efectista y muy de pose que es uno de los puntos en los que Coppolita me carga, aquí desaperece. La narración es tremendamente cruda, tanto que muchos se van a llevar las manos a la cabeza, con planos que van a poner a prueba la paciencia de más de uno. Rodada en planos fijos, sin excesos musicales vanguardistas, con un uso intimista de los espacios y del sonido que te sumerjen en el mundo de la soledad personal de una estrella. Y es que esa sensación de vida-pecera está muy bien conseguida, algo que reconozco se le da bastante bien a Soffia. Todos los espacios en los que se mueven sus personajes son completamente aislantes. El escaparate brillante de Tokyo y lo aséptico de su hotel, la jaula de oro de Versalles y en este caso el complejo casa/hotel al margen de la ciudad en el que vive Dorff.
En fin que se trata de una película pequeña, sencilla, muy bien llevada y en la que Coppola parece haberse librado de sus excesos aunque sus obsesiones sean exactamente las mismas.