Ay Dios... Cementerio viviente es una experiencia que resulta difícil olvidar. Recuerdo que me compraron la novela mis padres, la primera vez que fui a Madrid, con unos doce años, y el terror absoluto que me produjo su lectura durante las noches de hotel... para mi es uno de los más logrados trabajos de King.
Y recuerdo también "el asombro y el misterio" que me embargaban al ver la película, junto con las risotadas. La segunda parte es ya directamente, una broma en sí misma.