No es la película perfecta.
No es una obra maestra.
De hecho, ni siquiera parece una película.
Es más como cuando quieres cocinar y no sabes, y te piensas que juntando en un cazo todo lo que tienes en la nevera (incluido el bote de pegamento, para que no se seque) vas a conseguir algo delicioso. Estás equivocado.
Decepcionará a todos aquellos que NO vayan a ver una obra épica basada en sólo en efectos especiales. Y probablemente a estos también.
Porque es un drama griego, señores. Es un drama griego.
El problema empieza con la recomendación de los productores al guionista de usar su fantasía para homenajear a los clásicos de terror de la Universal. Hay un problema de comunicación; el guionista entiende que tiene que homenajear a cualquier película de fantasía o de terror que se haya rodado en este Universo. Y además se gasta el adelanto en anfetas.
Cuando presenta el primer guión, los productores se dan cuenta del problema de comunicación con el guionista. El script está escrito en perfecto Griego. Los productores empezaron a responderse muchas preguntas. Y aquí empieza el drama.
En un arrebato de genialidad (digna únicamente de un productor de Hollywood, sin duda), deciden que para ahorrar costes, van a usar un traductor de Internet… El pastiche obtenido es tal cúmulo de incongruencias, estupideces, situaciones mil veces vistas, tópicos y frases sin sentido que difícilmente podría utilizarse como ejemplo de lo que no tiene que ser un guión para una película. De hecho, a duras penas podría usarse para calzar una mesa coja.
Al comprobar tamaño despropósito, los productores exclaman… ¡Perfecto! ¡Tendremos que usar este sistema más a menudo! Seguro que va a ser un éxito. Busquemos ahora un director que sepa poner en imágenes esta creación.
En un principio pensaron utilizar el mismo sistema que para el guión, pero ningún drogadicto griego quiso hacerse cargo de la obra después de leer el script. Y pensaron en Stephen Sommers. Será un poco más caro, pero por lo menos sabe que un travelling no es el movimiento que realiza la cabeza siguiendo a la nariz para meterse una raya. Da igual, los productores tampoco saben lo que es. Pero ellos sólo hacen películas, así que qué más da.
Empecemos a recordar la película. Que lo disfrutéis…
Empieza en blanco y negro. Un guiño a las primeras películas de la Universal. O un error al poner la película en la cámara.
Transilvania. Noche de Tormenta. Una muchedumbre con antorchas asalta a un castillo, dirigidas por… ¿el tío Creepy? Bueno, vale. Después de todo, sólo es el comienzo.
Un momento… ¿hemos dicho Transilvania? Entonces, ¿qué pinta aquí el doctor Frankenstein? Seguro que nos lo explican enseguida. La puerta está a punto de ceder cuando… ¡Oh! ¡Qué susto! El cantante de los Simple Minds. Cantando siempre me ha dado un poco de yuyu, pero esto es excesivo.
Un momento. No, es el Conde Drácula. Casi hubiera preferido que fuera Jim Kerr, por lo menos el acento sería escocés, y no transilvano de Carabanchel. Y además tendría mejor gusto para elegir la ropa.
Retomamos la historia. Resulta que el monstruo de Frankenstein es un encargo del conde Drácula. ¿Para qué? Pronto lo sabremos…
Victor von Frankenstein reniega de su creación, e intenta matar al conde Drácula antes de que cante, pero no contaba con que ya estaba muerto. Frankenstein pide ayuda a su fiel ayudante Igor (el personaje más parecido a un cruce entre Igor Fronkonstin y Gollum que puede hacerse sin recibir una querella por derechos de autor), pero es traicionado por el lado oscuro. Drácula acaba con la vida del doctor, pero el monstruo consigue librarse de sus ataduras y escapar con el cuerpo sin vida de su creador. La bestia consigue llegar al molino abandonado, pero la horda vengadora les rodea y prenden fuego al molino (el molinero era un alcohólico, pero eso es otra historia). Y vaya pedazo de horda. Anda que no había gente en Transilvania en esa época, y estaban todos allí.
Esta es la primera vez que podemos ver al monstruo con claridad. Se aprecia que han mejorado el diseño. Si en un principio Frankenstein ya parecía una mesa camilla, este nuevo monstruo ha mejorado mucho. ¿Qué necesitas siempre en una mesilla de noche? Exacto, el nuevo monstruo lleva la luz incorporada. Y verde, para que ilumine, pero no deslumbre.
Mientras el fuego se propaga por todo el molino, Drácula aparece volando, seguido de sus tres novias. La multitud huye aterrorizada, pero Drácula llega tarde para salvar al monstruo, nadie puede sobrevivir en ese incendio.
Un año más tarde…
Paris…
Van Helsing…
Música de inauguración de Juegos Olímpicos… (no le busquéis una explicación lógica, aceptadlo simplemente)…
Un cadáver de mujer…
Notre Dame…
Quasimodo…
Y en las campanas de Notre Dame… El doctor Jeckyll. ¡¿?! Esto hay que tomarlo como un homenaje a la Liga de los Hombres Extra-Ordinarios. Tal es el homenaje, que es el mismo efecto especial, así se amortiza mejor. Y si en la Liga funcionó… Bueno, en la Liga tampoco funcionó, pero no por eso va a dejar de ser un homenaje, digo yo.
Van Helsing debe dar caza a Mr. Hyde, y acabar con sus crímenes. Empiezan los mamporros. Esta escena de lucha nos da pistas de lo que vamos a ver. Una película de superhéroes.
Pasamos al Vaticano. Van Helsing se entrevista con un cura, perteneciente a una sociedad secreta que desea acabar con el mal en el mundo, los Servicios Secretos Británicos. Helsing, Van Helsing es su mejor agente en la lucha contra las fuerzas malignas. El cura resulta que es M, y le va a encargar una misión en Rumanía. Debe acabar con el Conde Drácula, (creo que antes de que les produzca el próximo disco a Locomía). Y debe proteger a los últimos descendientes de la familia Valerius, la estirpe que lleva siglos luchando para evitar la victoria del Conde. Si todos los miembros de los Valerius mueren sin cumplir su misión de derrotar a Drácula, ninguna de sus almas podrá cruzar las puertas del cielo.
Pero para llevar a cabo su misión, necesita equipamiento sofisticado. Es necesario visitar a Q, el fraile inventor que dará el contrapunto cómico a la historia, es bien sabido que todas las grandes historias de aventuras necesitan su Pepito Grillo para redondear la trama. Como si no lo supiéramos. Este fraile está interpretado en la película por Adso de Melk, porque cuando se ponen a hacer homenajes, son imparables. Y allá que nos vamos. A Transilvania.
(capítulo 2)
Y estamos en Transilvania. Es azul. Todo es azul. Parece de día, pero un día azul. Como si el director de fotografía fuera un pitufo. Vemos a un hombre atado a una estaca, en espera de su sacrificio.
Es una trampa para cazar… ¡al Hombre Lobo! Vale, entonces debe ser de noche. Pero qué noches más claras tienen en Transilvania, jolines (y qué azules).
Todo el pueblo ha preparado la trampa, pero es Velkan Valerius quien pone en peligro su vida para cazar al lobo, ayudado por su hermana Anna. Mas la trampa falla… y la bestia escapa. Lógicamente, el hombre lobo sabe qué carne está más jugosa, y se pone a perseguir a Anna. En el último momento, Velkan consigue acabar con el licántropo, pero a costa de ser arrastrado al acantilado. Sólo puede quedar una.
Volvemos, con Van Helsing. Después de atravesar el paso de Caradhras (palabrita del niño Jesús), llega al pueblo transilvano. Y qué a punto. En ese preciso instante las novias de Drácula deciden atacar al pueblo para raptar a Lara Croft, perdón, a Anna Valerius, y acabar con su estirpe. Os preguntaréis si los vampiros no salen únicamente de noche. Pero no olvidéis que las noches en esa zona son muuuuy luminosas, y muy azules.
Pues no, es de día. Sólo que estaba nublado. Uno de los poderes de las mujeres vampiro debe ser la meteorología, para saber cuándo sale el sol y cuándo se oculta.
Aquí también viene otro homenaje interesante. No sé si es a Twister, o al chiste de la Vaca. Pero volar, vuela.
Sigamos. Dos de las vampiras logran acorralar a Lara… eehhh… Anna. Y la tercera está a punto de acabar con Van Helsing. Menos mal que en ese pueblo tienen agua sagrada de grifo. La muerte de Marishka hace que las otras dos huyan antes de acabar con Anna.
Por cierto, ¿esta gente no conoce la inmigración? O eso, o les pone vivir al lado de un vampiro, debe dar prestigio a la ciudad, anda que no hay gente en ese pueblo. Deben estar unos treinta por casa, porque si no, no me salen las cuentas.
Drácula ha sentido la muerte de una de sus novias, y parece bastante afectado (tanto como para darle un ataque de sobreactuación). Y descubrimos la verdadera personalidad del Conde. Es el Hombre de Lata, que no tiene corazón… Claro, por eso tiene un ejército de Munchkins como sirvientes. Que los vista como jawas simplemente les da el toque hi-tech que necesita la película. Pero el fracaso de acabar con Anna Valerius no va detener a Drácula. Porque tiene un plan…
Anna Valerius invita a Van Helsing a su mansión. Es el momento de profundizar en la relación entre los protagonistas… ZZZZZZZ… ¿Ya? Pero, ha drogado a la chica, ¿qué estará tramando?
Cuando Anna se despierta, todo está azul. Mal rollito. Es una emboscada para acabar con el hombre lobo (que por cierto, tiene la misma visión que Predator, y se pega mejor a las paredes que Spiderman). Salvo que el hombre lobo es su hermano, Velkan.
Como es lógico, la hermana evita que el protagonista acabe con el hombre lobo. Del chiste del enterrador casi mejor no comento nada. Ahora la misión de Anna no es acabar con el vampiro sino salvar a su hermano, porque resulta que Drácula tiene un antídoto para curar hombres lobo, como todo el mundo sabe.
Vayamos al castillo de Frankenstein, donde Drácula está realizando un experimento, con ayuda de sus duerguis, por si no era suficientemente ridículo que fueran munchkins.
Por cierto, no comento las frases del guión, pero también parece que todas que han sido sacadas al azar de otras películas. Que Anna diga “Para mi es algo personal”, cuando ya estás metido en harina, te dispara todas las alarmas. Y así una tras otra…
Los protagonistas llegan al castillo para acabar con los diabólicos planes del Conde. Como Anna habla duergui (hay que joderse, en vez estudiar inglés en CCC, como la gente decente…) se entera que están experimentando con su hermano. Tienen que actuar con rapidez, si consiguen darle el antídoto antes de la última campanada de medianoche podrán devolverle su humanidad.
Descubrimos que el experimento consiste en dar vida a las vainas de Alien, que son las crías de Vampiro. Sólo que nacen muertas… Todo la mar de lógico. Y por medio de la electricidad y a través del cuerpo del hombre lobo, podrán… ¿renacer? ¿novivir?
Y el experimento comienza. Son miles. Pero algo debe salir mal, porque lo que obtienen tras energizar las vainas son… ¡Gremlins! Y yo que pensaba que cuando se volvían así de feos era cuando los revivías después de medianoche… ¿O era cuando las dabas de comer?. No importa, porque ahora es cuando necesitan alimentarse. Con sangre humana. El pueblo está en peligro. Y como el pueblo no tiene costumbre de ver cosas raras, por qué habría de tenerla, en Transilvania, al lado del castillo de Frankenstein, con Drácula de vecino y rodeados de hombres lobo, pues en cuanto oyen un ruido salen de noche a la calle a ver qué pasa. El buffet está servido.
Mientras tanto Van Helsing y Drácula tienen su primer enfrentamiento. Como ya estamos muy entrenados, nos preparamos para un “momento culminante”. La escena es muy reveladora. Descubrimos que a Drácula no le puedes matar con una estaca (algo original tenía que tener, ¿no?) También descubres que Drácula no tiene ningún sentido espacial, porque le está oyendo los latidos del corazón a Ven Helsing, pero es incapaz de saber de dónde vienen. Nadie es perfecto. Y finalmente descubrimos… que se conocen. Desde hace más de 300 años (si esto no es información para que nos preparen la precuela, no sé qué es lo que puede ser).
Mientras tanto Anna nos enseña cómo haría las cosas Indiana Jones si estuviera en el museo de cera. ¿No os pensaríais que esa cuba de líquido hirviendo estaba ahí puesta por casualidad?
Al final, el cuerpo del hombre-lobo no es suficiente para mantener con vida a los gremlins, y la descendencia de Drácula deja de eeee… existir. Van Helsing y Anna consiguen escapar (pufff, vaya sorpresa). Ahora sería un buen momento para comentar las capacidades actorales de Drácula y sus groupies, pero ya estamos curados de espanto. Más que nada, porque el ritmo es frenético y la acción continúa.
Bien, el mejor sitio para descansar cuando estás huyendo del jefe de los Vampiros, sus tres novias y un hombre lobo a sus órdenes es… las ruinas de un molino que están como a unos doscientos metros. Menos mal que Drácula no tiene sentido espacial, que si no. Pero hay que encontrar rapidito al monstruo de Frankenstein, que nos van a dar las uvas. (Aquí viene un guiño al Windows, porque el monstruo está tan bien diseñado que puedes cambiarle el skin, enfin chistes informáticos a estas alturas…). Frankenstein es la clave para dar vida a la progenie de Drácula. Pero el hombre lobo les ha encontrado, y huye para informar a su amo.
Y nos habíamos olvidado de Novato de Melk. En un ingeniosísimo giro argumental, descubre una de las claves para derrotar al monstruo (el modo de encontrar la clave secreta me hace pensar en un homenaje a Abbott y Costello contra los fantasmas, pero es difícil, está tan poco visto…). Claro que la inventiva del guionista sólo es comparable a su capacidad para escribir diálogos, pero no está bien ahondar en la herida. Sigamos.
Deciden huir de Transilvania con el monstruo de Frankenstein (¿Drácula? De reposo, que la noche anterior fue muy ajetreada). Nada es más rápido que los caballos transilvanos, ni siquiera un hombre-lobo. (Los tres mosqueteros, La Diligencia). Vaya, pues no son tan rápidos, porque las novias ya les han localizado, y se han traído al licántropo. Pero los buenos son más listos, porque les han hecho el viejo truco de las dos diligencias (Nuevos momentos Matrix). Mientras persiguen al señuelo, el monstruo viaja tranquilamente en el otro carromato. Y ahora la pregunta… si han venido volando… ¿de verdad que no han podido ver los dos carros viajando uno al lado del otro? Debe ser que a esas velocidades se produce el efecto de visión de túnel. Misterios de los muertos en vida. Y aún más, ¿de qué construyen los carruajes en Transilvania? (momento A Todo Gas). Y todo es azul.
Y cuando parecía que habían conseguido salvarse, Van Helsing es mordido por el hombre lobo antes de morir. Y peor aún, la vampira superviviente consigue raptar a Anna. ¿Qué más puede suceder?
Budapest… exterior día.
Pues no, es de noche, porque Aleera está aquí. Qué noches más luminosas tienen en Budapest.
Propone un intercambio, la criatura por la princesa. Anda, es Halloween, ¿por qué no me sorprende otra “casualidad” más? Seguramente porque no va a ser la última. Como por ejemplo, si un hombre lobo sólo se convierte con la luna llena, y faltan dos días para que llegue y le afecte a Van Helsing, ¿qué hacía el hermano de Anna paseándose peludo a todas horas, noche sí y noche también?
El intercambio se producirá durante el baile de disfraces. Y aquí tenemos la escena Pretty Woman en el baile de los Vampiros, el director Artístico sabe hacer el cortar y pegar como nadie, y además Polanski debería denunciarle. Porque todos son vampiros, y además han conseguido capturar a Frankenstein. Sólo queda huir. Menos mal que el traje de bufón tiene los bolsillos grandes. Tan grandes como para llevar la providencial bomba luminosa matavampiros que cualquier complemento humorístico del héroe debe llevar en su equipamiento. Menos mal.
Pues hala, de vuelta a Transilvania. Hemos perdido los caballos transilvanos, y al menos ha pasado un día completo antes de empezar el viaje de regreso. Pero ya estamos allí. Debe ser que además de la bomba, Pepito Grillo llevaba un teletransportador molecular en el otro bolsillo, porque todavía nos sobran un par de horas de día para hacer investigaciones. No han descubierto la guarida de Drácula en 400 años, pero es que a Lobezno y al pajillero les gusta trabajar bajo presión. Y más cuando, ¡Oh, milagro! La clave para resolver el enigma, es el pergamino que le dio M a Van Helsing en el Vaticano. No sé por qué, pero me lo esperaba. El cabrón del antepasado que se llevó el trozo a Roma sin dejar instrucciones tenía un sentido del humor muy especialito.
El Castillo de Drácula. El Desenlace. Que ya va siendo hora. (Y no, los efectos especiales del castillo no son de WETA, considerémoslo… otro homenaje).
Como después de casi dos horas de película todavía no hemos llegado a ningún sitio, y en Transilvania las convenciones temporales no las llevan muy a rajatabla, a partir de ahora vamos a ir a toda leche. Abrochaos los cinturones, subir el volumen del loro (que empieza a sonar el We Will Rock You, pero por los monjes de Silos), y preparados para empezar.
Entran en el castillo, gracias a los nuevos poderes de Van Helsing, que está más Lobezno que nunca. Y al primero que se encuentran es a Igor, por supuesto, no hay tiempo que perder en secundarios. Y en la segunda puerta… Frankenstein encerrado en un bloque de hielo, preparado para el experimento. Menos mal que ha tenido tiempo de enterarse que Drácula tiene un antídoto para los hombres-lobo, así Van Helsing ya tiene algo para entretenerse.
¡Claro! ¡Cómo no se me había ocurrido! A ver si resulta que lo único que puede matar a un Vampiro es… un minuto de silencio por la neurona del guionista, que seguro sufrió una sobrecarga después de tamaño esfuerzo. Si, un VanHelsing-Lobo, lo habéis adivinado. Hala, cagando leches. Por cierto, los diálogos siguen siendo dignos del Club de la Comedia, si no fuera porque los dicen en serio.
La niña y el bufón, a por el antídoto. El prota, a parar el experimento. Sigamos a la chica.
Igor les indica dónde se encuentra el antídoto. Pero les tiende una trampa. Y además Aleera protege el antídoto. Lógicamente, Carl consigue huir con la jeringuilla, y deja que nos centremos en lo que verdad importa. La pelea de gatas.
Pero antes, Carl se pone a huir por los pasillos de Isengard. (que me quede cojo si miento) Bueno, es como Isengard, pero los electricistas no se esmeraron tanto. De hecho, no se esmeraron en absoluto, tantos cables al aire pegando chispas tienen que hacer que la factura suba un montón.
Carl es perseguido por Igor, hasta que le pilla en mitad del puente. Por lo que se ve, Igor es el encargado de las ñapas en el castillo. Con esas herramientas no me extraña que no funcione nada como debe.
Mientras, Van Helsing intenta salvar al monstruo de su destino cruel (¿Qué pasa? A ver si el único que va a poder usar tópicos es el guionista). Drácula se da cuenta, e intenta evitarlo. Aquí hay un bonito momento homenaje a Jackie Chan, porque si no, esa caída a través de catorce toldos dentro de la torre, para llegar al suelo sano y salvo no tiene sentido. Aunque tampoco eso sería demasiado grave.
El monstruo no ha podido ser liberado a tiempo, y las crías cobran vida. Cómo se nota que Drácula no es tonto y se deja lo mejor para el final. Porque la última camada es para flipar. La Aleera es una auténtica coneja.
Del impacto del rayo, Frankenstein sale despedido. Y descubrimos que realmente es Burt Lancaster en Trapecio. Vaya triple salto mortal carpado con doble tirabuzón que se clava para medir dos metros y medio y pesar ciento sesenta kilos. Si es que cuando los madelman están bien construidos. Y lo divertido es que más vale caer en gracia que ser gracioso, porque va a caer exactamente encima de Carl y Igor. Eso es puntería. Volviendo a los electricistas, menos mal que dejaron todos los cables tirados por ahí, que si no, de la hostia que se iba a haber llevado se le iban a saltar todos los puntos. Bueno, ya nos hemos cargado a Igor. Vamos a volver a lo bueno.
Ana y Aleera, por supuesto. Si tuvieran más tetas, yo creo que el homenaje sería para Russ Meyer, porque nadie ha sabido rodar una pelea de mujeres como él. Vaya lametón. Esto se pone emocio…
Pues no. El aguafiestas del monstruo, que todavía seguía dando botes por ahí, ha elegido para estrellarse la misma habitación donde se estaban peleando las señoritas. Éramos pocos, y parió el guionista. Frankenstein se queda luchando con el vampiro, y Anna corre a ayudar a Van Helsing. Ya que estamos, y viendo el trabajo de los electricistas, resulta mucho más rápido saltar por la ventana. Si lo ha podido hacer el monstruo, qué no va a poder hacer Anna Croft. Incluso todavía va a tener tiempo de acabar con la Vampira.
Y ahora, la traca final. A ver, hemos homenajeado al terror de la Universal, las películas de aventuras, a James Bond, las comedias de enredo, las de instituto, las pelis de efectos especiales… ¿qué nos falta? Pues vamos a acabar a lo grande. Vamos a homenajear a… (psss… oye, que no queda nada en Archivo…). Pues habrá que hacer algo… algo que guste sobre todo a la gente joven, con mucha acción… Vamos a homenajear a la obra maestra con la que el productor descubrió su amor por el cine. Y eligieron.. ¡el Bloody Roar! Y así además podemos usar los efectos directamente en Van Helsing 3D para las consolas. ¡Si es que somos unos genios!
Y en esta pelea entre el murciélago y el lobo, todavía tenemos tiempo a hacer cameos de Freddy Krueger, que se esconda la luna un par de veces, y a que el conde suelte el speech para intentar dar coherencia al argumento (de verdad que había que intentarlo). Lo que dan de sí doce campanadas.
Al fin, el bien triunfa sobre el mal. Adam Ant no volverá a grabar ningún disco más, Van Helsing le corta las cuerdas vocales al vampiro. Lástima que al final Anna Valerius tenga que entregar su vida para salvar al protagonista. La verdad es que sobrevivir los dos y estar juntos para siempre habría sido demasiado fuerte.
Siempre le quedará el fraile Carl.