Suspiria remake

Perdón si ya lo habéis analizado...

¿Cuál es la explicación, si es que la tiene, de que la Tilda tenga los dos papeles? ¿Cuál es la conexión entre el personaje de la profesora y el chanante?

Porque si no hay una metáfora en esta duplicidad me parece un absurdo innecesario por muy bien que lo haga de señor mayor prostético.

No sé cómo la habréis visto, pero yo en bluray proyectado con muy buena calidad y es indudable y bien visible que es un maquillaje chanante, sobre una buena actriz, eso sí.
 
Es un despropósito más dentro de este desastre mayúsculo orquestado por un tipo tan inflado de pretensiones como falto de talento.

Curiosamente la "Suspiria" original de hace cuarenta años resulta más moderna y pop que esta.

Me encanta que a Argento no le haya gustado nada.
 
Pues vista.

No he visto la de Argento, imagino que dará mas miedo que esta cosa.

La ambientación muy conseguida, eso sí, y las partes que tienen lugar en la academia muy logradas. Pero toda la trama del viejo no viene a aportar nada (salvo contar de vez en cuando qué esta pasando por si hay algún despistado en la sala), a no ser que quisieran lucirse con lo de Tilda (y todo el mundo acabó pillándola en el tráiler). Le quitas a él y te ahorras mas de media hora.

En fin, que no me he sentido terror (asco en algún plano, tal vez), y ese final en plan Climax (la de Noé), pues tampoco ha ayudado.

Ellas muy bien, eso sí, sobretodo la Jhonson, que curiosamente me ha parecido infinitamente mas atractiva aquí que en las del Grey.
 
La receta de Guadagnino para el remake de semejante título, emblemático delirio visual donde el primer asesinado era el guionista, no es sino cargarse todavía más la lógica argumental en un nuevo ejercicio de barroca grandilocuencia que camina por la cuerda floja de la flipadez y de la impostura; tan inflado de metraje como de pretensiones autorales. Se lanza a una mezcla de tonos y de tramas en las que el estilo se impone, pero no como en Argento y su colorido goticismo, sino con imágenes ocres, oscuras y apagadas, las de un Berlín presidido por la lluvia, igual de desasosegante que los interiores de la escuela de danza, con sus pasadizos, salas de espejos, recovecos.

La puesta en escena es extraña, está llena de cortes de montaje, barridos de cámara, zooms como de hace décadas. En ocasiones se aboga por un terror sugerente, pero en otras se opta por unos estallidos de “body horror”, unas truculencias dignas de Raimi o un gore que se reserva para una secuencia ritualística y alucinatoria con el rojo apoderándose del encuadre, sin que por el camino hayan faltado unos insertos pesadillescos de elaborada imaginería visual videoclipera o de spot publicitario, territorio que parece el medio natural de este hombre, mucho más que ese cine europeo tan artístico que se empeña en referenciar una y otra vez. En líneas generales no sabes muy bien qué coño estás viendo, si reírte, asustarte, llorar o qué. Se podrá decir que es una película guiada por la intuición en lugar de por la lógica, pero también que es más confusa que misteriosa; sigue imponiéndose un velo de incertidumbre en torno a esas “tres madres”, pero quizá lo más farragoso y sometido al capricho aquí es precisamente ese concepto de maternidad y de lo femenino.

Sorprendente hallazgo la Dakota de larguísima cabellera pelirroja y pálida piel, que me ha puesto pero que muy malo. Las demás, un poco desaparecidas, en especial una Moretz que parpadeas y te la pierdes (mejor las veteranas). La Alemania dividida, el terrorismo revolucionario, la herida del pasado nazi, todo ello deja de ser mero contexto para adquirir una importancia inusitada, hasta el punto de incorporar un drama como muy oscarizable, muy seriote y detallado, que casi parece una frivolidad el resto en comparación, sobre el paso del tiempo y un anciano destruido por el recuerdo de su esposa, las vidas rotas y separadas por la condenada guerra… y cuidado, que esto evoluciona a partir de una subtrama de personaje racionalista que investiga el tinglado a lo Van Helsing ¿El único inocente y libre de pecado que merece ser perdonado? ¿La gente normal, a quien le toca pasar lo peor? Entre medias, humor macabro, costumbrismo brujeril y toques de “splatterstick”. Entiendo que la trama gira en torno a una crisis de legitimidad, lo viejo y lo nuevo en torno a una autoridad puesta en entredicho y su necesidad de renovación, de ahí que el cisma entre estas malas pécoras equivalga al de un mundo exterior igualmente cuestionado y hecho pedazos desde dentro. Cobra relieve la danza, una especie de comunión (“Volk”, pueblo), el arte en tiempos difíciles, que por reflejarlos es imposible que sea la expresión de algo bello, sino agresivo (¿como lo que haces tú, Luca, querido?…). Un “delirio que habla de lo real”, un epílogo que se antoja innecesario y además lacrimógeno. Al doble papel de Tilda supongo que se le pueden buscar las vueltas… pero a lo mejor es porque sí, mera excentricidad del italiano y porque él lo vale, como el resto de la peli.
 
Arriba Pie