Respuesta: Tachán, tachán ... "Wall Street 2: el dinero nunca duerme" de (V)OLiVER St
Si en su día, después de ver Wall Street, no hice otra cosa que dar palmadas de alegría ante el disfrute que sentí ver esa historia que me contó Oliver Stone con esta secuela palmadas más bien pocas y lo que es disfrute diría que muy poco.
¿Razones? Para empezar diré que al crítico de la revista Imágenes le deben haber pagado un plus (muy) extra por decir que esta película es de repanocha para arriba porque desde luego, bajo mi punto de vista, no lo es ni mucho menos. ¿Mala? Tampoco pero desde luego deja con la sensación de que Stone ha querido tener un éxito entre manos de la forma que sea y ha preferido tirar por uno de sus clásicos en su currículum (fuera de él lo dejaremos a gusto del consumidor).
Lo que sí es cierto es que la película parece una precursora o una previsora, qué más da, de los acontecimientos financieros que sucedieron en el 2008 (época por la que se escribió el guión) y que desde luego no creo que ni ellos mismos pudiesen darse cuenta de lo premonitoria que podía llegar a ser. En este caso la película está bastante conseguida.
¿Pero que es lo que falla? Que han querido darle moral, conciencia y una venganza emotiva a los personajes (en esto se asemeja un poco a las razones que movían a los personajes de Ocean's 13) para dar razón a sus acciones y en según qué momentos queda como muy impostado. Luego tenemos unos personajes que no atraen, da casi igual que su dinero vuele, flote o se esfume. Y la pareja protagonista pues sus intenciones, motivos y acciones como que transmiten menos que un peluche de esparto.
¿Y qué pasa? Pues que el único que salva la película de cierta irregularidad es Gordon Grekko, que aparece siempre en los momentos donde la historia va a trancas y barrancas, surgiendo de la nada cual salvador del metraje. Todas sus escenas son las que nos hacen interesarnos y sigue siendo el maldito villano empedernido sin escrúpulos que sólo se mueve (y vive) por una cosa: el dinero. Pero han tenido una idea que para mi hace su personaje (y la historia, como comentaba antes) de conciencia y moral aún siendo un tío avaricioso, codicioso y tiburón. Y eso hace que me chirríe en según qué momentos. Aún y así, siguiendo, sus momentos son los mejores desde luego (para muestra de botón ese monólogo en la convención donde da en el clavo sobre la economía actual o un giro drástico que aún siendo previsible se medio agradece).
Una película que va a trompicones con momentos que no aportan nada en absoluto (esa carrera de motos) y aunque plasma con cierta soltura la situación económica actual, donde ya no hay tanta bonanza ni tanta alegría monetaria Stone se cree Soderbergh intentando "innovar" con técnicas, maneras y formas en la pantalla que han quedado completamente obsoletas y que a día de hoy hacen sonrojar como el poner imágenes superpuestas, pantallas partidas intentando dotar a la escena de rapidez y brío, las estadísticas impostadas y muchos numeritos financieros que son un estorbo.
No es el mal pero desde luego dista de ser una película a tener (muy) en cuenta. Pasable con cierta soltura y ya.