Crónicas desde el geriátrico
Nacho Gay
www.elconfidencial.com
Javier Sardá en 'La Tribu'. Telecinco. Malos tiempos para los marcianos. Sobre todo para los de ‘palo’.
Llegaba Sardá a Telecinco este viernes con los calzoncillos por encima de los pantalones, dispuesto a sacarle a Vasile las castañas de la hoguera, pero a la mañana siguiente los llevaba ya por los tobillos, sabedor -lo dice el señor audímetro, que está en los cielos- de que la Patiño se le había beneficiado en horario de prime time, delante de toda España. A él y a toda su Tribu de indios a medio civilizar.
No me extraña lo más mínimo. Sigue Telecinco empeñada en resucitar un modelo de televisión extinto y caduco, que ya no quiere ver nadie, que simplemente pasó a mejor vida. Y en ese intento se va a llevar por delante, incluso, la mítica figura del señor Sardá, gurú del morbo y el ‘datazo’ de share; el partidor de todas las panas.
Sale este caballero a las diez y pico de la noche de un viernes, con sus cincuenta tacos mal llevados, canoso perdido, a honrar a Leticia Sabater y a la filosofía ‘con mucha marcha’. Le pegan más a estas alturas a este hombre programas como Saber vivir que el que ahora presenta. De hecho, no hay espacio que le vaya mejor que Saber vivir, porque el tío sigue siendo un vividor y un ‘jeta’, que tiene un simulador de aviación en su casa donde entrevista a ex ministras con mal manejo del verbo. Javier Sardá y ‘Maleni’ surcando los cielos en un aparato de Fomento. No podía pasar nada bueno.
Hubo hostión de los grandes, con perdón. Qué programa más rancio. Qué aburrimiento. Le ha copiado el tono Sardá a Buenafuente, su queridísimo verdugo, para hacer un programa mucho menos criticable que Crónicas, más blanco, sin cocainómanos confesos ni meretrices de alto standing enseñando permanentemente las bragas.
Tampoco hay micropenes en La Tribu. No al menos encima de la mesa. Ahora lo más impúdico del programa se llama Mercedes Milá, escatológica y verde hasta el vómito.
Ni el impresionante plató (muy parecido al de Crónicas), ni la buena utilización de la música (Crónicas), ni la lisérgica realización (Crónicas)... van a poder salvar este invento del demonio. Todo se viene abajo por la impostura del conjunto.
Lo tiene además difícil Sardá en la noche de los viernes (¿quién ha tenido la brillante idea de poner este programa, dirigido al público relativamente joven, ese día?). Lo tiene difícil porque el viernes hay mucha tela en la ‘parrilla’. El último, en Antena 3, Lorena Bobbitt con el pene de su marido en la mano; en Cuatro, Callejeros a vueltas con sus putas y sus yonquis fetiche; En TVE, el humor (a todas luces desternillante, ya me entienden) de gente tan fresca como Flo y Josema Yuste. Y en Telecinco, Sardá y su tribu. ¡Dios, qué país!