Respuesta: "The Expendables 2 / Los mercenarios 2": Stallone vuelve a la carga y viene con Van Damme!
Una película completamente impersonal, con la planicie por bandera y sin superar a la primera (que tampoco es que fuese difícil pero así están las cosas). Chascarrillos y referencias cinéfilas calzadas, nunca mejor dicho, para sacar la sonrisa cómplice del público presente pero que quedan de más. Todo empieza muy a lo burro, a lo grande, como si esto fuese a ser una secuela más burra y sin concesiones. Pero se sacan de encima toda la furia (Jet Li inclusive) y ¡pasamos a el aburrimiento consciente de serlo!.
No hay ni chicha ni limonada. Todo es vacío insustancial, no hay ritmo, no hay nada a lo que aferrarse o algo que valga la pena en esta especie de la margarina de los Mercenarios. Situaciones aburridas, diálogos insípidos (por mucho que le metan chistes chorras y rebufos fe cerveza a modo de chascarrillos rancios) y no hay personaje interesante que lo sostenga. Es lo malo de cuando el producto se convierte en una pasarela de testosterona manida. No hay un enfoque o un personaje clave, por mucho que se suponga que es Sly. Y si lo mejor es que salga Chuck Norris y suelte 4 frases en modo forocoches (que es gracioso pero no tanto como para aplaudir su presencia) pues está todo el pescado rancio vendido.
Pero lo que más me ha aburrido de todo es que es un todo pasa porque sí, da igual. No hay cordinación en la resolutiva de las acciones y las decisiones. Ahora estamos aquí, llegamos aquí, llegan los malos sin saber como los han descubierto, vamos allá, rematamos (nunca mejor dicho), aparecemos en el pueblo de la vieja del bisillo, seguimos rematando charlies a cascoporro y mientras tanto Van Damme intenta hacernos creer que es muy malo pero de una forma completamente desdibujada. Y cuando parece que no hay redención posible aparece de la nada ¡de la nada, literalmente! el Chuache - uno de los personajes más innecesarios - y seguimos pa' lante (como los de Alicante).
Y así, entre pitos y flautas, llegamos al final en una concatenación de metralleteo puro y duro, con mucho ruído y pocas nueces, para acabar en una pelea desangelada pero que por suerte es lo más interesante de toda la película y lo único que huele a los míticos action hero de los 80 (nunca creí ver una pelea entre Van Damme y Sly). Pero nada, todo queda en algo que no llega, ni llena ni convence. Añadámosle una BSO a ritmo de temazos que son empleados de forma vergonzosa y una fotografía insustancial que consiguen un título completamente olvidable y aburrido. En este caso, por extraño que parezca, prefiero malo conocido.
Eso sí, volvemos a conseguir cuchillacos made in Cocodrilo Dundee... ¡eso son cuchillos!.