Bueno amigos, pues ya he vuelto de la premiere, comparto mi crónica de la velada. Había bastante personal de seguridad y cámaras, y por un momento he pensado que Tommy iba a presentarse allí pero finalmente ha sido el director, Joseph Kosinski, quién se ha pasado a saludar y ha dado una breve charla de introducción a la peli. Ha comentado algunos detalles técnicos, lo de las 6 cámaras en las cabinas, etc. Tras tres o cuatro frases que una señora de Paramount iba traduciendo, ha comenzado la proyección.
Sin ser yo extremadamente crítico ni tiquismiquis, debo decir por un lado que la película me ha encantado, emocionado y tenido el culo pegado al asiento en toda su duración (137 min.). Es trepidante, dinámica, empieza a toda leche y va al grano en su propuesta. Si a ello le sumamos el lujo de ver en la pantalla a actorazos como Ed Harris, Jon Hamm, Jennifer Connelly o el entrañable Val Kilmer retomando su papel de Iceman, y tenemos en cuenta que por encima de todo es una peli que encumbra aquello que comentábais, un tipo de cine de acción física y grandes proezas, resulta una buena ochentada actualizada a tiempos actuales y un entretenimiento de primer nivel. No le voy a poner ni un pero, me lo he pasado teta. Para reflexiones profundas sobre la insoportable levedad del ser ya hay otras propuestas más adecuadas, aquí venimos a gozarlo fuerte viendo a estos intrépidos pilotos de caza hacer mil y una cabriolas, y emocionar a la audiencia.
Por otro lado, quisiera destacar la enorme calidad de la sala. Es mi primera experiencia en una Imax y debo decir que la Dolby, que para mí era la de referencia, queda relegada a un segundo puesto. Pantalla gigantesca de lado a lado y de suelo a techo, con una calidad de imagen que por poco se me caen las pelotas al suelo (creo que es doble proyector láser 4K). Una nitidez y un contraste alucinantes, una imagen tridimensional y fluida como nunca había visto antes. A nivel sonoro un espectacular Dolby Atmos tronando por todas partes con unos graves secos y contundentes que te hacían temblar las entrañas cada vez que un avión sobrevolaba a toda leche
Y como colofón unas butacas absurdamente grandes y cómodas, reclinables electrónicamente y con reposapies, en filas aisladas de modo que ni te molestan los de delante ni tú molestas a los de detrás. Me he enamorado de esta sala, así os lo digo.
Si os mola Top Gun (ni siquiera hace falta haber visto la primera para seguir la trama sin problema) y queréis asistir a un espectáculo audiovisual de primer nivel, os recomiendo encarecidamente la peli, y si es en una sala premium mucho mejor. A tope con Cruise defendiendo que estas películas hay que verlas en un pantallón enorme con la mejor tecnología disponible. Seguramente no habría ido al cine si no llegan a tocarme las entradas y me hubiera perdido esto, que visto en casa dentro de unos meses no hubiera sido lo mismo a pesar de tener un buen sistema A/V.