Edgtho
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Por favor, no reírse... 
Unidas Charemos
- Autor Lerink
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Edgtho
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Cuando éste le mete ese ostia a mano abierta sin contemplaciones es que Iglesias lo tiene más que jodido.
es brutal la involución en votos de Podemos en las autonómicas de cada región.
Jesse Custer
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Dios o Galactus te escuche en Cat... aunque ya tenemos suficiente con lo nuestro
Hinomura Krycek
Bayofilo
Jesse Custer
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Los dos caretos son bastante buenos xD
Lidia Falcón se queda a gusto y les dice las cosas claras a los jetas de Podemos...
Gorobei
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La acumulación de sueldos y cargos es la prueba más fehaciente de lo degradada que está la profesión de político en España. Si un diputado cobra el 100% de su sueldo por desempeñar su función, pero también cobra el 100% del sueldo de ministro significa que ninguno de los dos trabajos requiere el 100% del tiempo para realizarse.
Y la verdad es que es cierto, basta ver algunos ejemplos de diputados que en meses no han hecho nada de nada y se lo han llevado calentito para comprobar la decadencia, la degradación y el pasotismo denigrante del que hacen gala en el Parlamento, cómo los políticos viven a cuerpo de rey a costa de nuestro dinero y cómo son capaces de tener las entrañas de poder hacerlo una y otra vez y cómo salen elegidos una y otra vez en las elecciones, en una especia de espiral de vanidad sin fin. Es como en Espartaco, cuando Craso y Glabro hablan de sus ligues con indiferencia mientras dos gladiadores luchan en la arena a muerte. Ese mismo tipo de despreocupación, de creerse mejores al resto, de que ellos se lo merecen, de que su trabajo es por el bien público y de que nos están haciendo un favor. Esa soberbia, esa altanería es lo verdaderamente dañino en este país.
Y la verdad es que es cierto, basta ver algunos ejemplos de diputados que en meses no han hecho nada de nada y se lo han llevado calentito para comprobar la decadencia, la degradación y el pasotismo denigrante del que hacen gala en el Parlamento, cómo los políticos viven a cuerpo de rey a costa de nuestro dinero y cómo son capaces de tener las entrañas de poder hacerlo una y otra vez y cómo salen elegidos una y otra vez en las elecciones, en una especia de espiral de vanidad sin fin. Es como en Espartaco, cuando Craso y Glabro hablan de sus ligues con indiferencia mientras dos gladiadores luchan en la arena a muerte. Ese mismo tipo de despreocupación, de creerse mejores al resto, de que ellos se lo merecen, de que su trabajo es por el bien público y de que nos están haciendo un favor. Esa soberbia, esa altanería es lo verdaderamente dañino en este país.